El equipo catalán se lleva el Clásico de ida de Copa con un gol en propia puerta de Militao

El Barça golpea primero ante un Real Madrid que no tiró a puerta

El Clásico entre el Real Madrid y el Barcelona no fue lo que se esperaba. Los que querían un partido vibrante, con ocasiones, goles y tensión, vivieron un partido anodino que no ofreció demasiado. 

El Real Madrid no tiró a puerta. Pero el Barça solo lanzó dos veces entre los palos de Courtois y eso que el gol fue tras una serie de rebotes por un disparo de Kessie que el portero belga detuvo bien, pero que se encontró con la pierna de Militao y el error de Nacho al intentar sacar el balón. Un gol raro, que el árbitro no concedió por fuera de juego y el VAR tuvo que rectificar. 

Ese tanto fue en el minuto 26 y poco más. Las defensas volvieron a brillar sobre el resto de las líneas. Xavi aseguró tras el partido que no habían traicionado el sistema. En realidad, su equipo apenas tuvo un 36% de posesión y acabó metido en su área defendiendo el gol. 

Lo que Xavi no quiso decir es que, sin Lewandowski, Debelé o Pedri era imposible jugar a otra cosa y bastante tenían con llevarse un 0-1 del Bernabéu. 

Por otro lado, Ancelotti estaba contento. El italiano dijo que había controlado el partido y la gran defensa del Barça les había obligado a jugar así. Los cambios tampoco revolucionaron el equipo e, incomprensiblemente, Asensio y Ceballos se quedaron sin jugar. Fueron Rodrygo, Tchouaméni y Álvaro Rodríguez los llamados a buscar el empate. 

En el Barça de las bajas y los problemas físicos, fue Kessie el que marcó la diferencia. El de Costa de Marfil puso las ganas y las cabalgadas mientras Busquets y De Jong se repartían el juego en un centro del campo por el que apenas pasaba el balón. 

Gavi vio amarilla y Camavinga, no. Eso dice mucho de cómo son ambos jugadores. Los dos tienen que jugar duro y parar el juego del rival, pero el francés se cubre mejor y sabe evitar la tarjeta para no condicionarse. 

Los goles no llegaron porque Araújo ha tomado el relevo de Piqué en la defensa azulgrana y Ter Stegen para, aunque el Real Madrid no descubriera quién era el meta rival en 90 minutos. Benzema fue el de otros años. Un jugador que trenza bien los ataques, juega al toque con Vinicius y activa a sus compañeros en la frontal, pero que no puede rematar a la vez. Y eso que tuvo una ocasión clara que mandó al fondo de la portería, pero que fue anulada por fuera de juego.

El primer asalto de la Copa del Rey se lo llevó el Barcelona en el Bernabéu. El primer rival que gana al equipo blanco esta temporada en casa. De eso sabe bastante Busquets, el catalán suma 23 victorias en Clásicos y ya es el jugador que más veces ha disputado este tipo de partidos. 

Xavi descubrió el dulce sabor de la victoria y empieza a gustarle eso de ganar antes que jugar bien. Nada como la presión de un banquillo y la inexperiencia para cambiar de principios.  

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