La IATA reclama ayudas para evitar la quiebra de las aerolíneas por el derrumbe de las reservas de pasajes y la pérdida de 7.200 millones de dólares en menos de dos meses

El coronavirus provoca la caída en picado del tráfico aéreo en los países del Consejo del Golfo y de la ribera sur del Mediterráneo

PHOTO/IATA - El director general y máximo responsable de la IATA reclama medidas urgentes para salvar la crisis y que las aerolíneas puedan contribuir a la recuperación de la economía cuando el COVID-19 sea derrotado

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha lanzado una alerta a los gobernantes de los países del Golfo y de la ribera sur del Mediterráneo sobre la urgencia de poner en marcha medidas de apoyo para la supervivencia de las aerolíneas ante la evaporación de la demanda de pasajes de avión que ocasiona la galopante expansión del COVID-19 por todo el mundo.

En los seis países que conforman el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo ‒Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar‒ y los cinco africanos pertenecientes a la IATA situados en la ribera Sur del Mediterráneo ‒Marruecos, Túnez, Egipto, Jordania y Líbano‒, se han cancelado nada menos que un total de 16.000 vuelos de pasajeros tan solo desde finales de enero hasta mediados de marzo.

La IATA ‒que acoge a 290 aerolíneas de todo el mundo‒ ha evaluado que las prohibiciones y restricciones de vuelos han obligado a las aerolíneas a suspender enlaces entre los aeropuertos de los países árabes y del norte de África con el resto del mundo. Los transportistas que vuelan a las naciones del Cercano Oriente comprueban día tras día como desciende en picado la ocupación de vuelos ‒hasta el 60% y más‒ en aquellas rutas que aún permanecen en servicio. 

Los comercios de las grandes terminales aeroportuarias sufren las consecuencias de una drástica disminución de transeúntes

El resultado es que sus ingresos se desploman a pesar de aplicar medidas draconianas de reducción de costos, millones de empleos están en juego y las aerolíneas buscan salvar su situación para poder “contribuir a la recuperación global una vez que COVID-19 sea derrotado”, reclama Alexandre de Juniac, director general y máximo responsable de la IATA.

La Asociación estima que la aportación económica del tejido industrial y de servicios vinculado al transporte aéreo de pasajeros y carga en los países de Oriente Próximo es de 130.000 millones, genera alrededor de 2,4 millones de empleos y aporta el 4,4% del PIB de la región. Por tales razones de peso, el vicepresidente regional de IATA para África y Medio Oriente, Muhammad Al Bakri, considera que las cadenas de suministro deben “continuar funcionando y proporcionando conectividad al turismo y al comercio para impulsar una rápida recuperación del crecimiento económico”.

Lo grave es que el número de anulaciones continúa en ascenso de manera exponencial a causa de las medidas restrictivas al movimiento de personas que, de forma progresiva, ponen en marcha los gobiernos de los países de la zona y de los países de destino. Tal has sido el volumen del descenso de pasajeros y las limitaciones impuestas por muchos países que la aerolínea Emirates, por boca de su máximo responsable, Ahmed bin Saeed Al Maktoum, ha decidido suspender todos sus vuelos comerciales de pasaje y recortar los salarios del personal de la compañía para no provocar despidos y retornar con solidez al mercado una vez pasada la crisis. 

Emirates ha decidido suspender todos sus vuelos de pasajeros a partir del 25 de marzo y recortar los salarios del personal de la compañía para no provocar despidos
Escasas reservas pero muchas cancelaciones y reembolsos

Hasta la fecha, las reservas de pasajes para vuelos internacionales en los meses de marzo y abril en el Cercano Oriente han sufrido un descenso del 40% respecto al año anterior, porcentaje que por el momento se sitúa en el 30% en el caso de las reservas ya en firme para los meses de mayo y junio.

En el plano de los vuelos domésticos, las reservas han disminuido en un orden del 20% para marzo y abril, y descienden al 40% para mayo y junio. A lo anterior hay que añadir los reembolsos por devoluciones de billetes, que aumentaron un 75% a lo largo del 1 de febrero al 11 de marzo de 2020, en comparación con el mismo período en 2019. La suma del descenso de reservas en ambos escenarios representa un hundimiento de los ingresos de 7.200 millones de dólares hasta el 11 de marzo de 2020.

Por países, la IATA ha calculado que los desajustes originados por el COVID-19 en el escenario que denomina “de propagación extendida” afectarían de manera muy directa a Arabia Saudí, donde dejan de volar 15,7 millones de pasajeros. 

La IATA prevé que compañía de bandera de Bahrein, Gulf Air, sufrirá un descenso de 1,1 millones de pasajeros cuando acaba de cumplir su 70 aniversario

El citado descenso supondría unas pérdidas de ingresos de 3.100 millones de dólares que pondrían en peligro alrededor de 140.300 empleos en todo el país, tanto en sus compañías aéreas ‒Saudia, SaudiGulf, Flynas, Flyadeal, Nesma‒ como en sus cerca de 30 aeropuertos, siete internacionales, cinco regionales y 15 para vuelos domésticos.

La repercusión es algo menor en Emiratos Árabes Unidos. Las aerolíneas que operan en el país y de forma especial sus grandes compañías nacionales como Emirates y Ethiyad ‒pero también Air Arabia, Flydubai y otras‒  perderán del orden de los 13,6 millones de viajeros y dejarán de ingresar 2.800 millones de dólares, lo que pondrá en riesgo muchos de los 163.000 puestos de trabajo en sus numerosos aeropuertos.

El tercer país afectado por el descenso de los vuelos en la región es Qatar, en donde se disiparán unos 2,3 millones de pasajeros, se dejarán de obtener 746 millones de dólares, y repercutirá sobre unos 33.200 empleos, de manera especial en Qatar Airways y en sus tres aeropuertos internacionales.

Kuwait, Omán y Bahrein también están en la lista de perjudicados. En el caso de Kuwait, el escenario que contempla la IATA asigna al país unas pérdidas de unos 2,9 millones de pasajeros, con unas consecuencias económicas de 547 millones de dólares. En torno a 19.800 empleos están en riesgo, básicamente en la aerolínea estatal Kuwait Airways y el aeropuerto internacional de Farwaniya, a 15,5 kilómetros al sur de la capital kuwaití.

Todas las aerolíneas y aeropuertos del Cercano Oriente aplican a rajatabla las medidas de desinfección frente al COVID-19 que aconseja la Organización Mundial de la Salud
Descensos en las aerolíneas de Marruecos a Jordania

Por lo que respecta a Omán, la repercusión del COVID-19 incidirá sobre una carencia de 2 millones de transeúntes, con una ausencia de ingresos de alrededor de 328 millones de dólares. Pondrá en riesgo a unas 36.700 personas en sus aeropuertos internacionales de Muscat y Salalah, en buena medida en su aerolínea Omán Air y en los contratistas de la compañía.

El menos afectado es el estado insular de Bahréin, de tan solo 760 kilómetros cuadrados, algo más grande que la superficie que ocupa Madrid capital. Su tráfico aéreo de pasajeros sufrirá una disminución de 1,1 millones de pasajeros, una ausencia de ganancias de 204 millones de dólares y peligrarán  alrededor de 5.100 empleos, tanto en el aeropuerto internacional de Muharraq, a unos 7 kilómetros al noreste de la capital, Manama. Allí se encuentra la base de operaciones de Gulf Air, la aerolínea de bandera que recientemente ha cumplido su 70 aniversario.

En seis países del Golfo y cinco de la ribera Sur del Mediterráneo se han cancelado 16.000 vuelos de pasajeros desde finales de enero hasta mediados de marzo

Entre los países de la cuenca sur del Mediterráneo, Egipto es sin duda el más perjudicado. Los analistas de la IATA sitúan un descenso de pasajeros de 6,3 millones, lo que acarrea que se esfumen 1.000 millones de dólares, que afectará a sus numerosas aerolíneas ‒EgyptAir, Nile Air, AMC Airlines, etc.‒ y a los puestos de trabajo de los 138.000 empleados que generan sus líneas aéreas y los doce aeropuertos internacionales existentes en el país.

Las repercusiones para Marruecos tampoco se han hecho esperar y provocará un desplome de 4,9 millones de pasajeros y una caída de 728 millones de dólares, que se volcarán de manera negativa sobre los 225.000 empleos directos e indirectos que están alrededor de los más de 20 aeropuertos y la media docena de aerolíneas del país, entre ellas la compañía de bandera Royal Air Maroc y las de bajo coste.

Las aerolíneas del Cercano Oriente observan día tras día el descenso en más del 60% de la ocupación en las rutas que permanecen en servicio

La encrucijada que representa Líbano también sufre las consecuencias. El país de los cedros verá la desaparición de 1,9 millones de pasajeros y sufrirá un agujero económico de 365 millones de dólares, que afectará a buena parte de 51.700 empleos. Las más perjudicadas serán las compañías turcas y europeas que operan en el país, así como MEA, la aerolínea libanesa más importante.

Los dos países con menor incidencia son Túnez y Jordania. En el primero, la IATA estima que el coronavirus provocará la pérdida de 2,2 millones de pasajeros y un déficit de 297 millones dólares. En Jordania, entre cuyos principales alicientes turísticos se encuentra la ciudad de Petra, Áqaba y el Mar Muerto, la disminución estará entre 1,6 millones y 645.000 pasajeros, lo que orinará un descenso de ingresos entre los 118,5 y 302,8 millones de dólares. La caída del tráfico aéreo pone en riesgo al menos a 6.100 personas en todo el país. 

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