El doble desafío de la pandemia de coronavirus y la consiguiente caída de los precios del petróleo está afectando a los países del continente africano de distinta manera

El coronavirus y la caída de los precios del petróleo en África: ¿qué países saldrán mejor parados?

photo_camera PHOTO/REUTERS - Construcción en la Refinería de Petróleo de Dangote, en el distrito de Ibeju Lekki, en las afueras de Lagos (Nigeria) el 5 de julio de 2018

A nivel mundial, las medidas de bloqueo y de distanciamiento social han provocado una fuerte caída de la demanda de petróleo, en particular en el primer trimestre. El precio del crudo Brent disminuyó de poco menos de 59 dólares por barril el 19 de febrero a un mínimo en 20 años de alrededor de 20 dólares por barril a finales de abril. Este acontecimiento tuvo lugar antes de que el acuerdo firmado por los países de la OPEP+ para reducir drásticamente la producción mundial ayudara a que los precios se recuperaran hasta los niveles actuales, situados alrededor de 41 dólares.

También a finales de abril, con una capacidad de almacenamiento peligrosamente baja en Estados Unidos, el precio de los futuros de petróleo crudo del West Texas Intermediate (WTI) se desplomó en territorio negativo por primera vez en la historia, con precios que cayeron hasta -40 dólares por barril.

Los exportadores se llevarán la peor parte

Los exportadores de energía del continente africano – que en muchos casos obtienen proporciones importantes del PIB y de los ingresos de la venta de hidrocarburos – han notado el impacto de la caída de los precios. Con presupuestos anuales basados en la subida de los precios del crudo, los gobiernos de esos países han tenido que estudiar la posibilidad de recortar los gastos o de obtener financiación adicional para ajustarse a la caída de los ingresos.

En ningún lugar esto es más evidente que en Nigeria, el mayor productor de petróleo de África con una producción de alrededor de 2 millones de barriles por día. El petróleo representa alrededor del 10% del PIB del país, así como el 57% de los ingresos del gobierno y más del 80% de las exportaciones, lo que significa que cualquier caída en los ingresos por exportaciones podría tener efectos significativos en la economía en general.

En su informe "Perspectivas Económicas Mundiales", publicado a principios de junio, el Banco Mundial pronosticó que el sector energético de Nigeria se contraería un 10,6% este año.  En respuesta a la caída de los precios, el presupuesto revisado del Gobierno, aprobado por el Parlamento el pasado 10 de junio, modificó el precio de referencia del petróleo de 57 dólares por barril a 25 dólares, mientras que el Ejecutivo también aprobó 5.500 millones de dólares en préstamos adicionales para ayudar a financiar el nuevo déficit presupuestario.

Austin Avuru, director general de la empresa independiente de petróleo y gas Seplat Petroleum, dijo a OBG que, mientras la empresa seguía invirtiendo en proyectos de gas, se estaban haciendo esfuerzos para reducir los gastos operativos. "En general, nuestro objetivo es acercarnos a una posición de liquidez neutral en 2020. Así que el principal objetivo de nuestra reestructuración presupuestaria es poder sobrevivir al año fiscal 2020, con la esperanza de que durante el 2021 los precios vuelvan a subir y podamos reanudar nuestras inversiones previstas. Mientras tanto, en 2020 la palabra clave es supervivencia".

Por otra parte, se prevé que los bajos precios del petróleo tengan también un impacto significativo en Angola y Argelia, el segundo y el tercer mayor productor de petróleo de África, respectivamente. En Angola, donde el petróleo constituye el 90% de los ingresos totales por exportación, el valor de las exportaciones de petróleo cayó casi un 50% de abril a mayo, mientras que, en Argelia, que igualmente obtiene más del 90% de los ingresos por exportación y financia el 60% de su presupuesto a partir del petróleo, el Gobierno anunció en mayo que recortaría el presupuesto nacional de 2020 en un 50%.

Si bien el 34% de los encuestados en la Encuesta de CEOs de África COVID-19 de OBG dijo que la caída de los precios afectaría al plan de recuperación de su empresa, esta cifra se elevó al 60% en Argelia y al 65% en Nigeria.

En esta foto de archivo tomada el 16 de septiembre de 2015 de la refinería de Port Harcourt construida en 1989, en el estado de Rivers
¿Un respiro para los importadores de energía?

Aunque no son inmunes a las consecuencias económicas de esta pandemia, los importadores netos de energía del continente sufrirán en menor medida los efectos directos de los bajos precios del petróleo. Los países que no dependen de las exportaciones de energía no sufrirán directamente la caída de los precios de crudo. Además, los que se abastecen de energía en el extranjero verán algunos beneficios de la reducción de los precios del petróleo en sus balances.

Sin embargo, a pesar de estos aspectos positivos, el Banco Mundial ha advertido que los posibles beneficios para los importadores de energía serán menores en comparación con el daño económico provocado por las distintas medidas tomadas para reducir el impacto del coronavirus. "En el contexto de las actuales restricciones a una amplia franja de la actividad económica, es poco probable que los bajos precios del petróleo contribuyan mucho a amortiguar los efectos de la pandemia, pero pueden proporcionar cierto apoyo inicial para una recuperación una vez que se empiecen a levantar esas restricciones", declaró el banco en un informe publicado a principios de junio.

Un beneficio notable de la reducción de los precios del petróleo podría ser en el área de los subsidios energéticos. Diversos analistas han sugerido que una reforma de los subsidios en los países importadores de energía, como los que se observaron tras la caída del precio del petróleo de 2014 a 2016, podría liberar importantes fondos públicos que se destinarían a otras actividades de recuperación de la pandemia.

Aunque los importadores netos siguen experimentando un impacto negativo en otras industrias clave, se prevé que les vaya mucho mejor en general que a sus homólogos exportadores. Según el Banco Mundial, se prevé que las economías importadoras de petróleo de MENA -que incluyen a los países africanos Djibouti, Egipto, Marruecos y Túnez- experimentarán una caída media del 0,8% del PIB este año, en comparación con la contracción media del 5% prevista para los exportadores de petróleo de la región. Del mismo modo, en África subsahariana se prevé que los exportadores experimenten una caída del 3% del PIB, ligeramente superior a la media general del 2,8%.
 

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