El país árabe sufre la peor crisis económica desde la guerra civil, con un desplome de la moneda del 90% desde hace más de un año 

El Ejército libanés pide ayuda internacional frente al colapso económico

AFP/IBRAHIM CHALHOUB - Ejército libanés desplegándose en la ciudad portuaria de Trípoli

Líbano se hunde en una grave crisis económica y financiera. El país del cedro sigue sin Gobierno, con los principales lideres discutiendo sobre la formación de un gabinete en este país regido por el confesionalismo. Las protestas en las calles provocadas por el colapso económico de la libra libanesa no son los únicos quebraderos de cabeza a los que se enfrenta el Líbano. 

El descontento se está gestando, también, entre las Fuerzas de Seguridad del Líbano por una caída de la moneda que ha acabado con la mayor parte del valor de sus salarios. Frente al estancamiento político y la mayor crisis económica de su historia, el Ejército Libanés podría estar dispuesto a intervenir para proteger la seguridad pública en caso de un colapso total. 

El comandante del Ejército del Líbano, el general Joseph Aoun, reunido con el jefe del Estado Mayor de los Ejércitos franceses, el general Francois Lecointre  AFP/EJERCITO DEL LIBANO

Las terribles condiciones del Ejército llevaron al comandante de las Fuerzas Armadas, el general Joseph Aoun, a pedir ayuda a sus aliados y advertir de que la situación es insostenible. Aoun, advirtió sobre un “colapso” de la institución militar”, destacando que cualquier debilitamiento de las Fuerzas Armadas conduciría al “caos”, pidiendo a los "países amigos" que apoyen al Ejército, en un movimiento que refleja la gravedad de la situación en el Líbano. 

Sus comentarios se produjeron cuando 20 miembros del Grupo de Apoyo Internacional para el Líbano (ISG), además de países del Golfo, la ONU, la UE y otras organizaciones internacionales asistieron a una conferencia virtual para apoyar al Ejército. A diferencia de conferencias anteriores, en las que se proporcionó armas, equipo o entrenamiento militar, este evento tenía como objetivo proporcionar al Ejército libanés ayuda humanitaria, generalmente reservada para países en guerra. La conferencia, organizada por Francia en colaboración con Italia y la ONU, tenía como finalidad movilizar el apoyo a través de la ayuda directa para el Ejército Libanés, como alimentos, medicinas y piezas de repuesto para su equipo militar, ante el colapso de la libra.

El presidente del Líbano, Michel Aoun PHOTO/DALATI NOHRA

Según el comunicado oficial emitido desde París al final de la reunión, el Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia, indicó que esta conferencia “tenía como objetivo desarrollar una respuesta coordinada a las urgentes necesidades expresadas por el Ejército libanés”. Asimismo, los participantes subrayaron el continuo deterioro de la situación económica y social en el Líbano, subrayando el papel esencial que juega el mantenimiento de la seguridad para preservar la estabilidad del país. 

Mientras el FMI espera la formación de un nuevo Gobierno que haga posible la llegada de ayudas al Líbano, las deudas ahogan a un país que ve cómo su ciudadanía inunda las calles de protestas y caos día sí y día también reclamando unas condiciones económicas mínimamente dignas.

Manifestantes bloquean una carretera durante una protesta, después de que el Banco Central del Líbano  REUTERS/YARA ABI NADER

La caída de la libra libanesa continúa su curso, alcanzando ya las 15.000 libras por dólar en el mercado negro. Este descenso supone la mayor crisis que haya atravesado el país desde la guerra civil (1975-1990) y representa una pérdida del 90% de su valor en un período de menos de un año.

El Líbano está sumido en una crisis financiera causada por una deuda acumulada, lo que hace que el país tenga dificultades para encontrar divisas para pagar el combustible y otras importaciones básicas. Asimismo, el Banco Mundial (BM) publicaba un informa sobre la situación económica del país donde criticaba duramente a la élite política, que tachaba de corrupta y culpaba de la agónica situación por la que pasa el Líbano al ser incapaces de acordar medidas para paliar la crisis. 

Los coches hacen cola en una gasolinera mientras esperan para repostar en Yiya, Líbano, el 10 de mayo de 2021 PHOTO/REUTERS

Desde que tuviese lugar la explosión en la capital del Líbano, las repercusiones han estado presentes en todos los ámbitos posibles. Las primeras consecuencias llegaron tan sólo unos días después con la dimisión del primer ministro, Hassan Diab, que ha dejado descabezado un país que atraviesa ahora sus peores momentos. Y es que el bloqueo que vive ahora mismo el Estado libanés representa una encrucijada de la más alta complejidad. El enfrentamiento entre el primer ministro, Saad Hariri, y el presidente, Michel Aoun, mantiene en vilo a una sociedad que se ve ahogada.

Los escándalos de corrupción y derroche han derivado a una situación límite. Sin olvidar, la controversia que aún rodea a la explosión de Beirut y que aún varios meses después sigue siendo investigada, y no parece que la solución a las múltiples incógnitas que existen todavía se vaya a resolver en un futuro muy próximo. El escándalo en torno al devastador incidente que acabó con la vida de 210 personas sigue siendo asunto de máxima importancia en el país que, cabe recordar, se llevó por delante al primer ministro Diab y todo su Gobierno, uno de los detonantes de esta catastrófica etapa a la que hace frente Líbano.

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