El Ejército de Liberación Nacional colombiano da un paso para retomar las conversaciones de paz mientras no abandona la lucha y confirma su presencia en Venezuela

El ELN está dispuesto a negociar con el Gobierno colombiano a cambio de un alto el fuego

photo_camera RAÚL ARBOLEDA - Miembros del frente Ernesto Che Guevara, perteneciente a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en la selva del Chocó, Colombia, el 23 de mayo de 2019.

La guerrilla más grande de Colombia retoma la posibilidad de iniciar unos Acuerdos de paz bajo un clima de desconfianza y pocas garantías. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha sustituido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y ha ocupado la mayoría de espacios y territorios que había abandonado la anterior guerrilla gracias al proceso de paz iniciado en 2016.

El ELN también quiso adscribirse a estos acuerdos de paz, pero en 2019 se descolgaron de las conversaciones tras el atentado perpetrado contra la Escuela de Policía General Santander en enero de 2019

Ahora parece que el panorama puede cambiar, esta semana desde La Habana (Cuba), el jefe negociador del ELN, Israel Ramírez Pineda (también conocido como ‘Pablo Beltrán’,) ha asegurado que la guerrilla no cierra las puertas a volver a negociar la paz con el Gobierno de Colombia, pero ha insistido en un alto el fuego mutuo como requisito previo.

Pineda ha asegurado en una entrevista desde La Habana con DPA que, a pesar de haber pasado más de año y medio desde que se rompieron las negociaciones con el Gobierno de Iván Duque, ambas partes “conocen lo que el otro piensa al respecto” y ha subrayado una vez más la propuesta de un alto el fuego mutuo con el que iniciar los primeros pasos.

El jefe negociador del ELN ha abordado varias cuestiones como las recientes movilizaciones contra el Gobierno (en las que el grupo armado ha confirmado su presencia) y la violencia policial en varias ciudades del país, así como la supuesta colaboración del Gobierno de Venezuela con la guerrilla, que ha negado rotundamente.

En ese sentido, ha señalado que el equipo negociador de la guerrilla está esperando que el Gobierno colombiano designe a sus delegados "para que haya reuniones iniciales discretas y confidenciales" y así "ver cuáles son las expectativas mutuas" de cara a un posible acuerdo.

"Estamos disponibles aquí, en Cuba, o en donde sea, lo importante es que empecemos a mirar las posibilidades de relanzar las negociaciones", ha remarcado el jefe negociador.

Pineda ELN
La influencia del ELN en Colombia

Actualmente el ELN tiene unos 3.000 miembros activos y ocupa territorios en casi la mitad del país, concentrándose sobre todo en los departamentos de la costa pacífica y caribeña. También tiene presencia en más de cinco capitales de departamento (Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Barranquilla y Tunja)  a través de distintos comandos urbanos.

Esta guerrilla nació inspirada en la revolución cubana y está marcada por una fuerte influencia religiosa, con el cura Camilo Torres como figura importante. Muchos celebran el día de su muerte en Colombia y se considera un mártir del grupo armado a pesar de que lo mataran en su primera intervención de apoyo a la guerrilla. El grupo es considerado una organización terrorista por Colombia, Perú, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y tiene una influencia muy grande dentro de Colombia.

En febrero de 2020 el grupo armado convocó una huelga nacional que paralizó el país. A través de una nota de prensa amenazaron con atacar cualquier transporte terrestre, fluvial y aéreo que se desplazara durante el fin de semana del 14-15 de febrero. A pesar de ser un grupo ilegal y “sin poder de facto” en la administración colombiana, la mayoría de personas que vivía en departamentos con presencia del ELN respetó las indicaciones y se quedaron en casa.

Este grupo tiene una gran influencia, pero no es el único determinante, la violencia “en general” es lo que influye en las políticas y decisiones diarias de los ciudadanos y ciudadanas colombianas. La guerrilla del ELN no es el único grupo armado en el país; de hecho, este grupo no está enemistado solo con el Gobierno colombiano. Existen otras milicias y grupos que se enfrentan entre sí constantemente luchando por el control de distintos territorios, por ejemplo, el Clan del Golfo o las Autodefensa Gaitanistas, ambos también en conflicto directo con el ELN.

ELN Colombia
Colombia recupera la inseguridad previa a los Acuerdos de Paz

Los Acuerdos de Paz que inició el anterior presidente Juan Manuel Santos se están viendo frenados y estancados por la nueva administración de Iván Duque que pone trabas y retrasa los plazos establecidos en el calendario. 

La Comisión de la Verdad está creando un informe realmente extenso con testimonios de víctimas. Desde la  propia comisión admiten que no dan abasto y que no saben si podrán terminar en el plazo de un año y medio que les queda.

La desesperanza reina en los departamentos más afectados porque la violencia sigue presente en Colombia. Los asesinatos de líderes sociales y de exguerrilleros de las FARC o las masacres en zonas dominadas por esos grupos o por bandas dedicadas al narcotráfico son el pan de cada día en las zonas rurales de Colombia.

Un estudio publicado la semana pasada por la ONG Misión de Observación Electoral (MOE), señaló que los asesinatos de líderes sociales se incrementaron este año un 85% en comparación con el primer semestre de 2019. Según el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), que surgió de la desmovilización de la guerrilla, también 228 excombatientes han sido asesinados desde noviembre de 2016.

"Frente a los hechos de violencia letal, en lo corrido de 2020 se perpetraron 81 asesinatos de líderes sociales", señaló el informe de la MOE, según el cual 52 de estos crímenes fueron perpetrados en las regiones donde el Gobierno ha puesto en marcha los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), "lo que significa que 64,2% de los asesinatos se dieron en zonas priorizadas por el Estado para evitar los focos generadores de la violencia".

Pero la violencia en las zonas rurales no es la única piedra en el zapato del Gobierno, que desde hace unas semanas tiene que hacer frente a los casos de violencia policial principalmente en Bogotá, donde un hombre de 46 años brutalmente arrestado el pasado 9 de septiembre murió poco después en un hospital, lo que dio pie a protestas que acabaron en más violencia, con otras 13 personas muertas.

Por esas y otras acciones controvertidas, el ministro de Defensa, del cual depende la Policía, tendrá que hacer frente en las próximas semanas a mociones de censura pedidas por la oposición en el Senado y la Cámara de Representantes para que explique al país el manejo de la seguridad pública.

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