Varios grupos aseguran que el ciudadano saldrá perdiendo y verá empeorada su situación si se aprueban las remodelaciones que solicita la institución apoyada por el Gobierno

El FMI plantea las reformas que Túnez necesita

AFP/MANDEL NGAN - El sello del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ve fuera de un edificio de la sede en Washington, DC

La situación económica de Túnez sigue en el camino de la mejora. La crisis económica todavía afecta al país y las reformas que se han establecido no han sido suficientes para paliar los efectos de la recesión. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se encuentra estudiando la posición del país sobre las reformas económicas y, por ello, una delegación encabezada por Jihad Azour, director del departamento de Oriente Medio de la entidad, ha visitado al país. Allí, la delegación se ha dedicado a buscar nueva financiación para poner fin a la crisis que, además, coincide con una transición política que va a establecer grandes remodelaciones políticas 

Kais Saied, presidente de Túnez, recibió al equipo del FMI y expresó su total apoyo a las ideas que la institución quiere que se apliquen. A pesar de estar de acuerdo con las exigencias de la organización, Saied aseguró que esta debería tener en cuenta el sufrimiento del pueblo tunecino, ya que seguramente sean los mayores afectados de las remodelaciones económicas. 

Varios grupos económicos y políticos del país no están del todo satisfechos con estas nuevas remodelaciones. Estos temen que las reformas afecten gravemente a los ciudadanos tunecinos, señalando que la que más preocupan son la de la paz social y la reversión de subsidios para materiales y productos básicos.

Kais Saied

Todos concuerdan en que los tunecinos serán los que saldrán perdiendo de este nuevo paquete de reformas. Estos tendrán que hacer frente cara a cara a las remodelaciones y no están de acuerdo con algunos puntos del programa de reformas como los puntos asociados con el aumento de los subsidios y la congelación de la factura de nómina de los empleados. 

Debido a ello y la actual situación, las condiciones sociales se verán empeoradas y ya los movimientos sociales están empezando a organizar huelgas. Uno de ellos, la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT) afirma no entender que con estas ayudas se perjudique a los tunecinos y demandan mejores condiciones para los sectores afectados duramente por el coronavirus.  

La UGTT ha rechazado en su totalidad todas las propuestas de reforma propuestas por el FMI, argumentando que hasta que Túnez no tenga una estabilidad política que asegure buenas perspectivas a sus ciudadanos, no puede enfrentarse a estos cambios

Por su parte el FMI quiere que los dirigentes del país emitan un nuevo préstamo destinado a la aprobación del programa de reforma social. Ya varios medios como Fitch Ratings advierten que esta tensión va a obstaculizar a que Túnez firme un acuerdo con el FMI. Asimismo, cree que el Gobierno y el movimiento sindical tienen que llegar a un punto medio sobre este nuevo paquete de reformas para implantar el préstamo del FMI y que se apoye la posición externa del país.  

Túnez sufre una gran crisis económica y financiera que ha aumentado tras los efectos de la COVID-19 y la guerra de Ucrania. Además, la inestabilidad política que sufre el país no mejora la situación y partidos políticos interrumpen cada paso que da el Gobierno para solventar la crisis.  

El FMI asegura que el país se enfrenta a desafíos estructurales que producen que la nación tenga grandes desequilibrios macroeconómicos y el crecimiento económico sea débil, por lo que no hay empleo, ni inversiones y así se generan profundas desigualdades sociales.

FMI Túnez

“Reducir el déficit presupuestario a través de un sistema tributario justo, un control estricto del bloque salarial, una mejor orientación de apoyo y una reforma profunda de las instituciones públicas es necesario para reducir los desequilibrios macroeconómicos”, asegura la institución. 

Ahora mismo, Túnez necesita recibir 12.600 millones de dinares en préstamos externos para financiar el déficit presupuestario para este año. La deuda pública ya ha alcanzado los 106.000 millones de dinares y la situación empeora cada vez más. Por su parte, el Gobierno espera que la deuda crezca a los 114.1000 millones de dinares en 2022, lo que equivale a un 82,6% del PIB.  

La situación se agrava en un momento en el que Gobierno y sindicatos se encuentran en tensión. Túnez se encuentra ultimando los preparativos para un referéndum popular que producirá cambios en la Constitución y permitirá el acceso a reformas. Pero los sindicatos todavía se niegan a que esto se produzca porque no mejorará la situación de los tunecinos y las huelgas ya han comenzado.  

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