El club de las 20 mayores economías del mundo se expresa a favor de poner fin a la guerra al tiempo que reconoce las discrepancias internas

El G20 condena la agresión de Rusia y pide su retirada “completa e incondicional” de Ucrania

PHOTO/SOAZIG DE LA MOISSONIÈRE/ELYSÉE - El presidente francés, Emmanuel Macron, saluda al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el marco del G20 en Bali (Indonesia)

“Existe un espacio de convergencia para empujar a Rusia hacia la desescalada”, afirmó Emmanuel Macron al término de la cumbre del G20 en Bali. Las impresiones del presidente francés no iban en absoluto desencaminadas. El Grupo de los Veinte había acordado la víspera emitir un comunicado para condenar “en los términos más enérgicos” la agresión rusa de Ucrania y exigir la retirada “completa e incondicional” de las tropas del Kremlin del territorio ucraniano. Y así sucedió. 

La declaración conjunta de 16 páginas, suscrita este miércoles por “la mayoría de los líderes del G20”, dejaba constancia de los graves daños económicos provocados por la guerra, y describía como “inadmisibles” las amenazas veladas de Rusia sobre la utilización de armas nucleares en suelo ucraniano. “La era actual no debe ser de guerra”, sentencia el selecto club de las 20 economías mundiales más pujantes en un texto que ha marcado la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Indonesia. 

Los líderes dedicaron espacio al estado de la economía mundial, el tema de discusión habitual que suele vertebrar las reuniones anuales del G20. La guerra en Ucrania recrudeció las incipientes crisis energética y alimentaria a escala global, que provocaron a su vez cifras récord de inflación en Estados Unidos y la eurozona. En consecuencia, los bancos centrales ejecutaron drásticas subidas de tipos de interés que han aumentado significativamente el riesgo a caer en recesión. Por eso, los dirigentes acordaron moderar estas subidas. 

G20 Bali

Pero el debate giró en torno a la situación en Ucrania. El texto encajó las diferentes apreciaciones de los Estados miembros, reconociendo de paso la existencia de “otros puntos de vista y diferentes evaluaciones”. Los socios occidentales consiguieron persuadir a los países del Sur Global que integran el club, especialmente a India, cuyo peso estratégico sirvió para desnivelar la balanza. Finalmente, la declaración conjunta salió adelante “por unanimidad”. 

A pesar de la claridad de los miembros del G20, el texto no fija medidas concretas para poner fin a la guerra. La intención de los aliados occidentales pasaba por amplificar el aislamiento internacional y estrechar el cerco diplomático al que está sometido Rusia desde el pasado 24 de febrero. Solo China defendió a su aliado, aunque sin la contundencia mostrada en ocasiones anteriores. También Pekín prefiere que la guerra acabe cuanto antes. 

La emisión de un comunicado en términos condenatorios contra Rusia era poco factible antes de la cumbre, por lo que puede considerarse una victoria simbólica de la diplomacia occidental al conseguir que países en principio alejados del contexto de la invasión de Ucrania, como Argentina, Brasil o Indonesia, el anfitrión de la cumbre, suscribieran el texto.

G7 Bali

“La discusión al respecto fue muy, muy dura y al final los líderes del G20 estuvieron de acuerdo en el contenido de la declaración, que fue la condena de la guerra en Ucrania porque ha violado las fronteras y la integridad del país”, reconoció el presidente de Indonesia, Joko Widodo, que pretendía centrar el debate en la economía y dejas atrás las cuestiones más espinosas para otro tipo de encuentros multilaterales. 

Los líderes del G20 llegaron a reconocer en el comunicado que el foro no persigue la resolución de “cuestiones de seguridad”, pero concluyeron que este tipo de cuestiones “pueden tener consecuencias significativas para la economía mundial”.

Rusia, por su parte, mantuvo su retórica desafiante y justificó de nuevo su agresión sobre Ucrania. “Sí, hay una guerra en Ucrania, una guerra híbrida que Occidente ha desencadenado y ha estado preparando durante años”, expresó el veterano diplomático ruso, Serguéi Lavrov. El ministro de Exteriores, máximo representante de Moscú en sustitución del ausente Vladímir Putin, abandonó la cumbre el martes tras haber acusado a la organización de “politizar” la cumbre. 

Biden Blinken Sullivan
Polonia, ¿nueva crisis de los misiles? 

La declaración conjunta ha sido emitida un día después de la caída de dos misiles de fabricación rusa en territorio polaco. Murieron dos personas en la localidad rural de Przewodów, cerca de la frontera con Ucrania. El suceso hizo saltar las alarmas en las oficinas de la OTAN y propició una reunión de urgencia de los miembros del G7 presentes en Bali. El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha declarado en la mañana del miércoles que el misil era ucraniano, pero había sido lanzado para interceptar uno ruso. 

El político noruego culpó en último término a Rusia. Si no hubiera atacado Kiev y la zona occidental de Ucrania, este incidente no habría tenido lugar. “Mientras todos los líderes mundiales trabajaban juntos para abordar los mayores desafíos a los que se enfrentan nuestros pueblos, Putin lanzaba ataques indiscriminados contra civiles en Ucrania”, expresó desde Bali el nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak.

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