Irán trata de bloquear este proyecto a través de fuerzas políticas y gubernamentales con el pretexto de que Irak tiene como objetivo alimentar con petróleo a Israel y a otras naciones

El Gobierno iraní provoca retrasos en la construcción del oleoducto Basora-Aqaba en Irak

photo_camera AFP/HAIDAR MOHAMMED ALI - Refinería de petróleo en la ciudad sureña de Nasiriyah, Irak

El proyecto del oleoducto Basora-Aqaba en Irak está tardando más de lo que se pensaba. Esta idea concebida hace varios años y con varios parones debido a la guerra de Irak contra el Daesh vuelve a verse presionada y obstaculizada por la creciente presión de las fuerzas proiraníes. Todo apunta a que Irán está empezando a ejercer su fuerza política en el Ejecutivo iraquí para paralizar el proyecto.

El ministro de Petróleo en Irak, Ihsan Abdul Jabbar, emitió un comunicado en el que revelaba que el proyecto estaba paralizado ya que se encuentra todavía en estudio. Se trata de un proyecto que establecería una gran expansión económica a nivel nacional e internacional. Este permite al país establecer nuevos puertos de exportación de petróleo y que mejoraría su situación económica. 

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Irán influye enormemente en este país y, por ello, está tratando de parar el proyecto todo lo posible. El conducto sería un empujón para dejar que Irak tenga mayor integración con otros países árabes. Para ello, están empleando las fuerzas políticas y milicias progubernamentales en la nación para bloquearlo, ya que el Gobierno iraquí es muy vulnerable ante esta presión.

“Actualmente hay cambios en el proyecto y, por lo tanto, hay un nuevo cronograma económico, y se ha asignado a un nuevo consultor, Wood International Oil Services, para esta tarea. El Ministerio de Petróleo lo está analizando muy cuidadosamente si cumple con los requisitos del Ministerio, y si hay obstáculos para el proyecto, seremos claros ante el gabinete y los diputados", dijo Abdul Jabbar.

El estudio de este oleoducto, que estaba previsto para empezar a hacerse a realidad, ha provocado las reacciones de las fuerzas proiraníes, que han atacado al proyecto. Según Qais al-Khazal, secretario general de las brigadas Asaib Ahl al-Haq, este proyecto podría beneficiar a Israel y no está en los objetivos ni en los intereses de Irán. “Me niego a extender el oleoducto para alimentar a Israel”, comentó el secretario.

Por su parte, Nouri al-Maliki, ex primer ministro y líder de la coalición del Estado de Derecho, emitió un comunicado donde apoyó la idea iraní. “La decisión del Gobierno, un gobierno empresarial constitucionalmente incompleto, de proceder con el contrato para la construcción del oleoducto Basora-Aqaba es una violación de la Constitución, y es una violación legal explícita que pude al Tribunal Federal que lo detenga y detenga todas las decisiones y leyes emitidas por este gobierno”, dijo. 

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“Pedimos al Gobierno que espere, que no continúe con el proyecto y que lo deje en manos del próximo Ejecutivo”, continúo. Además, también sugirió equilibrar la exportación de petróleo y revisar donde este acaba. 

Este proyecto lleva años en marcha y tiene el objetivo de exportar un millón de barriles de petróleo crudo. En 2013, se volvió a reactivar tras la firma de acuerdos entre Irak, Jordania y Egipto para extender el oleoducto 1.665 km. Después en 2017, fue paralizado tras la guerra de Irak contra el Daesh que dificultó su realización y tomó varias áreas de control en el país. Después, en 2018, fue vuelto a ser puesto en marcha por el Gobierno de Haidr al-Abadi pero fue nuevamente tumbado.

A esto también se le añade la nueva presión que está ejerciendo Occidente hacia la producción de petróleo en Irak. Según el Ministerio del Petróleo, Occidente se encuentra mandando mensajes al país del Golfo para aumentar la producción del crudo. Esto no se podría hacer, ya que está fuera de lo acordado con la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).

Europa y Estados Unidos se encontrarían barajando la oportunidad de Irak tras el conflicto ucraniano y el bloqueo internacional en Rusia. Al aumentar el precio del gas y del combustible, las naciones occidentales están tratando de exportar los productos de otros lugares. Pero al ser rechazados por Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, uno de los mayores exportadores del mundo, están tratando de recurrir a países menores. La OPEP se ha visto obligada a decir que ahora mismo “hay equilibrio y que el mercado se rige por las normas de la oferta y la demanda actual”.
 

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