Las medidas de confinamiento y las restricciones a la actividad afectan más al empleo en algunos países mediterráneos, mientras que, a nivel nacional y forma generalizada, afectan más a los trabajadores más vulnerables

El impacto asimétrico de la crisis de la COVID-19 en el mercado laboral europeo

El mercado laboral europeo

Este artículo evalúa el impacto en el mercado laboral de las medidas de confinamiento adoptadas en la mayor parte de los países de la Unión Europea para contener la expansión del coronavirus. Estas medidas son similares en la mayoría de ellos, aunque el impacto varía, entre otras causas, por el diseño de las instituciones y por las características de la estructura productiva de cada país. Además, la crisis repercute de manera desigual en distintos grupos de trabajadores. Está afectando más severamente a países como España, el Reino Unido e Italia y, en el ámbito nacional y de forma generalizada, incide mucho más en los trabajadores más vulnerables, como detallamos a continuación.  

Para evaluar el impacto de la crisis en el mercado laboral, hemos extraído la información relevante de la legislación aprobada por España, Italia y Alemania para poner en marcha las medidas de confinamiento y restricción de la actividad económica. Usamos esta información como base para identificar los sectores esenciales y los no esenciales. En segundo lugar, hemos identificado las actividades directamente cerradas en los decretos por entrañar un especial riesgo para la salud pública (en la medida en que exigen contacto directo con el público). Por último, hemos clasificado sectores según la posibilidad de trabajar de forma remota. Con estos criterios hemos generado cinco categorías de sectores, caracterizados según la manera como les afectan las medidas: 

  • Esenciales y plenamente activos: la producción de alimentos y bebidas, las actividades de los profesionales de la salud, el suministro de energía eléctrica y gas, etcétera. 
  • Activos a través del teletrabajo: educación, actividades científicas y profesionales, etcétera. 
  • Principalmente esenciales y parcialmente activos: servicios como los de venta al por menor, la fabricación de productos químicos y de papel, etcétera. 
  • Principalmente no esenciales: aquellos cuya actividad se permite solo si se adoptan precauciones adicionales como varias actividades industriales no esenciales, la reparación de maquinaria y ordenadores, la construcción, etcétera. 
  • Cerrados: restaurantes, hoteles, actividades culturales, etcétera. 

 

Esta clasificación se ha aplicado a una extracción ad hoc de la Encuesta de Población Activa europea (con datos anuales de 2018), de manera que podemos comparar la proporción de empleo potencialmente afectado (y no afectado) en distintos países, y cruzar esas categorías con la información de algunas variables sociodemográficas. Así trazamos un perfil de los trabajadores que se están viendo más y menos afectados por la crisis actual. 

1. El impacto de la crisis por países: España, entre los más afectados

Parece razonable esperar que los países con una proporción mayor de empleos en los sectores cerrados por las restricciones sobre la actividad sufran un mayor impacto. En el conjunto de la Unión Europea, esta categoría representa casi el 10% del empleo, pero hay diferencias importantes entre países. Así, en el caso de España la cifra asciende hasta un 14,2%, y otros países del sur de la Unión Europea también se sitúan por encima de la media europea. 

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El principal factor que explica estas diferencias es la especialización económica y productiva de cada país. En los Estados miembros situados al sur de la Unión Europea, los empleos de actividades relacionadas con el ocio, los servicios personales y el turismo, así como otras actividades en estos momentos muy afectadas, tienen un peso comparativamente alto. Además, en estos países hay más empleo por cuenta propia y más contratos temporales, lo que podría agravar los efectos negativos de los cierres de la actividad. En contraste, los Estados miembros del centro y norte de la Unión Europea cuentan con una mayor proporción de empleo en sectores activos (por considerarse esenciales o porque pueden desarrollarse de forma remota), de modo que están menos expuestos a las consecuencias negativas de la crisis actual. 

En cuanto a la prevalencia del teletrabajo por países y sectores, en general y con anterioridad a la crisis, hay países (como los Países Bajos, Finlandia o Luxemburgo) que ya contaban con una media superior a la europea. El hecho es importante porque, en principio, hace que estén mejor preparados para la transición masiva al teletrabajo que ha desencadenado la crisis. Desafortunadamente, algunos de los países en los que la prevalencia del teletrabajo era menor son, de nuevo, los más afectados por la pandemia (incluyendo España e Italia). 

2. De nuevo una crisis que afecta sobre todo a los más vulnerables

El análisis de la composición sociodemográfica de los sectores definidos permite evaluar las implicaciones de la crisis desde el punto de vista de la desigualdad. La tabla 1 muestra el salario medio (expresado en porcentaje en relación con la media general) de los empleos que nutren cada categoría; los salarios más altos se ubican en el sector teletrabajable y los más bajos en el cerrado. Dicho de otro modo: en España, en promedio, un trabajador del sector que ha sido clausurado percibe unos ingresos inferiores a los de casi el 70% de los empleos.

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Esta tabla incluye la variable más representativa de todas las analizadas, por lo ilustrativa que resulta en sí misma y porque los salarios son una buena aproximación a la calidad del empleo. Este análisis nos permitiría extrapolar, a partir de los patrones que visualizamos, y hacernos una idea más amplia del tipo de empleos que componen cada categoría. El mismo ejercicio se puede plantear con variables referentes al género, la edad, el tipo de empleo y el nivel de cualificaciones en cada sector (como se ha hecho en el informe completo). Todos estos datos, tomados en conjunto, indican que los efectos de las medidas de confinamiento son claramente asimétricos. La crisis no solo está afectando más a quienes perciben menos ingresos, sino que además:

En la mayor parte de los países hay más mujeres que hombres en el sector cerrado por la crisis. 

El sector cerrado por las medidas de confinamiento cuenta con una proporción muy alta de trabajadores jóvenes, mientras que el peso de los jóvenes en los sectores menos afectados por la crisis es muy bajo. Por el contrario, los trabajadores más veteranos están sobrerrepresentados en el sector esencial y activo, lo cual implica que laboralmente se ven menos afectados que los trabajadores jóvenes. Sin embargo, esto podría ser problemático desde el punto de vista sanitario, ya que es un grupo de mayor riesgo, no solo por la edad, sino porque está más expuesto al contagio de la enfermedad en el lugar de trabajo. 

Tanto el empleo por cuenta propia como los contratos temporales (tabla 2) son especialmente comunes en el sector cerrado, aunque hay diferencias importantes entre países. Estas formas de empleo, asociadas al empleo precario, son más comunes en los países del sur y el centro y este de Europa. 

Hay un patrón claro en todos los países que muestra que la mayoría de los trabajadores de sectores teletrabajables están altamente cualificados, mientras que los trabajadores poco cualificados se distribuyen más equitativamente en el resto de las categorías.  

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3. Conclusiones

En resumen, las medidas de confinamiento, de obligado cumplimiento para poner freno al mayor problema de salud pública al que nos hemos enfrentado en mucho tiempo, están teniendo un impacto inevitable en el mercado laboral. Los datos de este y otros estudios indican que este impacto no está siendo simétrico. Al contrario, los efectos negativos de la crisis se concentran en los trabajadores más vulnerables y desfavorecidos. En concreto, las actividades que se consideran no esenciales y han sido clausuradas (servicios personales, hostelería, etc.) se caracterizan, en todos los países, por ofrecer bajos salarios y unas condiciones de empleo más precarias que el resto, además de tener una concentración más alta de mujeres y trabajadores jóvenes. 

Por otro lado, se espera que el impacto de las medidas de confinamiento en el mercado laboral será más fuerte en algunos países del sur de la Unión Europea. A pesar de tratarse ahora de una crisis cuyas causas son ajenas a la política, el resultado es que estos países han sido severamente golpeados por partida doble en un período de tiempo muy reducido. 

4. Referencia

Este artículo resume las principales conclusiones de un informe recientemente publicado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea: M. Fana, S. Tolan, S. Torrejón, C. Urzi Brancati, E. Fernández-Macías: «The COVID confinement measures and EU labour markets», EUR 30190 EN, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo, 2020.

Autores

Cesira Urzi Brancati, Songül Tolan, Enrique Fernández-Macías, Ignacio González Vázquez, Marta Fana y Sergio Torrejón Pérez, Centro Común de Investigación de la Comisión Europea

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