Un hombre llamado Ahmed Tarouzi, que presuntamente habría sido testigo de supuestas torturas del Frente Polisario y su dirigente Brahim Ghali en los campamentos de Tinduf en Argelia, declara este martes ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.
El juez titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 consideró pertinente tomar declaración a Tarouzi al aparecer en la querella presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra Brahim Ghali, aunque al mismo tiempo se negó a interrogar a los otros dos testigos propuestos, siguiendo así el criterio del Ministerio Fiscal, como informaba la agencia Europa Press y el medio 20 Minutos.
ASADEHD solicitó la declaración de estas tres personas porque ellos mismos habrían estado "secuestrados" supuestamente durante años por el Frente Polisario siendo testigos en primera línea del "exterminio" denunciado en la querella interpuesta contra Ghali, otros 23 responsables polisarios de seguridad y cuatro miembros de los servicios de Inteligencia de Argelia.
Por otro lado, se suspendió la declaración de otro testigo propuesto por la parte del otro querellante contra Ghali, Fadel Breica, supuesta víctima de los abusos del Frente Polisario en Tinduf, debido a los problemas para conseguir el visado de entrada en España, según fuentes jurídicas consultadas, como informó Europa Press y 20 Minutos.
La actuación judicial sobre Brahim Ghali se retomó en la Audiencia Nacional tras conocerse la presencia del líder polisario en España para ser tratado en un hospital de Logroño el pasado mes de abril debido a importantes problemas respiratorios. Esta situación fue el detonante de la reciente crisis diplomática vivida entre España y Marruecos ya que el reino alauí consideró que no había sido informado ni había recibido la cooperación necesaria por parte de un país considerado aliado y socio como España. Desde el Gobierno español se señaló que se había permitido la entrada de Ghali en territorio español por razones humanitarias; aunque las explicaciones no convencieron al país norteafricano.
Después de conocerse la presencia de Ghali en España y de las protestas manifestadas por el Ministerio de Exteriores marroquí se produjeron episodios que aumentaron la crisis política, como la entrada de miles de inmigrantes de manera ilegal en la frontera de Ceuta y la exclusión de España de la Operación Paso del Estrecho que posibilita el retorno vacacional de ciudadanos marroquíes en el periodo veraniego.
La Audiencia Nacional, tras conocerse su estancia en España, llamó a Brahim Ghali a declarar telemáticamente el pasado 1 de junio para hacer frente a denuncias interpuestas por ASADEDH y Fadel Breica por los presuntos delitos reseñados, pero el dirigente del Frente Polisario quedó en libertad sin medidas cautelares, por lo que pudo viajar a Argelia para ser tratado hospitalariamente allí; en un país como el argelino que es aliado histórico del Frente Polisario frente a Marruecos.
Posteriormente, también se instó a pedir más información e investigar judicialmente cómo se permitió el ingreso de Brahim Ghali en España y con qué documentación. Una cuestión sobre la que se ha pedido una aclaración también.
Detrás de toda esta crisis diplomática entre Marruecos y España subyacía también el asunto del Sáhara Occidental. Desde el reino marroquí se ha considerado que la nación española no ha dado el apoyo necesario en torno a la cuestión saharaui. Mientras tanto, Marruecos ha recibido muchos apoyos internacionales a su propuesta para solucionar el tema del Sáhara Occidental, basada en una amplia autonomía saharaui bajo soberanía marroquí. Una opción que recibió un gran impulso con el apoyo del pasado Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump y del actual Ejecutivo norteamericano de Joe Biden; y también con el anuncio de apertura de Consulados de países relevantes como el propio EEUU y Emiratos Árabes Unidos en enclaves estratégicos como Dajla o El Aaiún. Frente a esta postura, está la propuesta de referéndum de independencia saharaui que defiende el Frente Polisario y que cuenta con poco apoyo en el ámbito internacional, entre el que se recoge el soporte histórico de Argelia, país rival de Marruecos en diversas cuestiones en el norte de África.
Precisamente, ante este escenario, llegó el reciente relevo de la anterior ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, para nombrar a José Manuel Albares como nuevo responsable de la diplomacia española con la clara intención de mejorar los vínculos entre España y Marruecos, países vecinos y considerados socios estratégicos a ambas orillas del Mediterráneo. El que fuera anterior embajador español en París puede ser bien visto por el reino alauí para poder volver a retomar la senda de una relación buena y estable entre ambos países.