La Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable ha anunciado a las candidatas que el próximo año, una de ellas resultará ser la elegida para construcción de la planta

El megaproyecto de la planta desalinizadora de Casablanca despierta el interés de seis consorcios internacionales

photo_camera PHOTO/ABENGOA - Planta desalinizadora

El proyecto de planta desalinizadora de Casablanca avanza cada vez más. La estructura que se prevé que tenga una capacidad de 548.000 m3 diarios y con posibilidad de transformar más de 822.000 m3 de agua salada a agua potable diariamente, está empezando a tomar forma y su construcción empezará el año que viene. La ONEE -La Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable de Marruecos- acaba de anunciar que seis consorcios internacionales son los candidatos para llevar a cabo el megaproyecto.

Estas empresas enviaron su expediente a la ONEE hace unos meses y una de ellas será la elegida para poner en marcha la idea. La que gane el concurso, tendrá la adjudicación de un contrato estimado en más de 800 millones de euros para ejecutar su construcción y su puesta en marcha.

En primer lugar, se encuentran tres consorcios formados por cuatro empresas españolas que se han aliado con otras firmas internacionales para ser las candidatas. La primera es el grupo Abengoa junto a su socio francés Engie. Esta firma española no es nueva en este tipo de proyectos en el Reino y es la encargada de construir la mayor planta desalinizadora del mundo, ubicada cerca de Agadir. Esta tendrá una superficie de 275.000 metros cúbicos y su funcionamiento será gestionado por este grupo para los próximos 27 años.

En segundo lugar, se encuentra Acciona, que ha formado una alianza con Afriquia Gaz y Green of Africa para ser las elegidas. Estas dos últimas son filiales del Grupo Akwa. Por otro lado, se encuentra Tedagua, que ha firmado una asociación con las empresas saudíes Acwa Power, Sepco III y la empresa marroquí Flipar Power Holding. Y en último lugar, la ONEE ha elegido a Lantania. Este grupo ya tiene experiencia trabajando en Marruecos, ya que ahora mismo se encuentra construyendo la nueva estación depuradora de aguas residuales en la ciudad de Salé.

No obstante, otros tres consorcios internacionales no españoles están codiciando ser los ganadores del concurso. Entre ellos, se encuentra la empresa marroquí Nareva, en una alianza con las firmas Suez, CIMR y la marca japonesa Itochu. Asimismo, la marca francesa Veolia ha mostrado su interés y ha formado un equipo junto a un grupo emiratí Taqa. Destacan también, las empresas marroquíes Somagec y SGTM, líderes en este tipo de proyectos en el país alauí, que se han aliado con la compañía israelí IDE Technologie y el grupo japonés Mitsui para optar al primer puesto entre las candidaturas.

El futuro proyecto de la planta desalinizadora promete solucionar varios problemas que sufre Marruecos con el agua. En un principio, esta construcción podrá fortalecer y asegurar el suministro de agua potable en la región marroquí de Casablanca-Settat, aunque también estará destinada a proveer con agua limpia a los agricultores para satisfacer sus necesidades de riego de un perímetro de 5.000 hectáreas.

Planta desalinizadora PHOTO/ABENGOA
La solución contra los efectos del cambio climático

La última sequía ha marcado a un Marruecos que no ha podido hacer frente al paso de este efecto meteorológico. Calificada como una de las peores en las últimas tres décadas, esta sequía ha provocado que en el Reino se tomen decisiones drásticas como restricciones en el uso del agua para los marroquíes y la pérdida de numerosas cosechas que no han podido ser regadas y, por lo tanto, la actividad agrícola del país magrebí se ha desestabilizado.

Con la creación de varias plantas encargadas de transformar el agua, este problema dejaría de existir y se podrá suministrar agua para todos los ciudadanos del país. El Gobierno ya ha actuado y, por ello, ha puesto en marcha la construcción de 20 plantas más, distribuidas por toda la geografía del país. El principal objetivo de estos proyectos es liberar el agua de las presas para hacer frente a esta crisis y se espera que para 2030, estén ya todas operando.

Se pretende que estas construcciones utilicen las energías renovables y, así, Marruecos seguirá contribuyendo a la lucha contra el cambio climático con proyectos sostenibles. Estas fábricas de agua potable estarán nutridas principalmente de plantas solares y eólicas que les permitirá realizar su función de una manera limpia y que no perjudique al planeta.

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