Roma refuerza sus alianzas con el GNA y con Turquía ante la polarización de los dos bandos enfrentados en la guerra civil

El ministro de Exteriores italiano visita Libia en medio de la tensión con Egipto

photo_camera PHOTO/AP - Fayez Sarraj, primer ministro del GNA, recibe al ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, en Trípoli, el 24 de junio de 2020

El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Luigi di Maio, se ha desplazado este miércoles a la capital libia, Trípoli, en un viaje de “alivio” ante las tensiones crecientes entre los dos bloques enfrentados en la guerra civil, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, y el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar. En la agenda de la visita, se encuentran reuniones entre Di Maio y Sarraj, así como con su homólogo de Exteriores, Mohamed Tahar Siala y el ministro del Interior libio, Fathi Bashaga, según han informado las agencias italianas Agi y Ansa. 

“Cuando comencé a trabajar en Libia, los objetivos eran y siguen siendo tres: garantizar nuestros intereses geoestratégicos, asegurar la unidad de Libia y asegurarnos de que este conflicto termine”, declaró Di Maio recientemente cuando fue preguntado sobre su viaje a Trípoli.

Roma, que siempre ha apoyado al GNA, siendo el único país europeo en hacerlo oficialmente -pues Francia y Grecia se han decantado abiertamente por la facción rival- considera a Libia como “una prioridad”, como “el tema más importante que concierne a nuestra seguridad nacional”, de acuerdo con una fuente del Ministerio de Exteriores italiana recogida en el diario Messaggero. “No podemos permitirnos una partición del país. Por eso fuimos primero a Ankara, un canal (diplomático) que siempre hemos mantenido abierto”, ha indicado la fuente, refiriéndose al viaje del pasado 19 de junio de Di Maio a Turquía, donde se reunió con su homólogo euroasiático, Mevlut Cavusoglu. 

En el orden del día de las reuniones, está, en primer lugar, el Memorándum de Entendimiento firmado entre el GNA y Roma en 2017, por el que el Gobierno italiano se comprometía -con medios técnicos y tecnológicos- a apoyar a las Fuerzas militares libias y, en particular, a la Guardia Costera, para controlar el flujo de migrantes que querían alcanzar territorio comunitario. Cabe mencionar, en este punto, que en el marco del acuerdo, el cual ha sido recientemente extendido hasta el año 2023, Trípoli ha recibido de Roma y del Fondo Fiduciario de la UE para África más de 100 millones de dólares, destinados a capacitación, embarcaciones y equipos.

En segundo lugar, y como no podía ser de otra manera, la solución a la guerra civil libia, abierta desde el año 2011 tras la caída de Muammar Gadafi. Italia acogió con satisfacción la victoria militar que el GNA obtuvo en la capital hace tres semanas, que había sido asediada durante los 14 meses anteriores por el LNA. Desde entonces, se ha ido acercando cada vez más a Sarraj, firmando incluso acuerdos sobre la etapa futura que se abrirá en el país tras la “estabilización”, y en la que, según el GNA, Haftar no tiene ningún papel. De hecho, la semana pasada, se celebraba la primera reunión entre el Ejército italiano y las fuerzas de Sarraj para iniciar la tarea de limpieza de las minas que el LNA había colocado en su retirada del Aeropuerto de Maitika/Mitiga. Además, un consorcio italiano será el encargado de la reconstrucción de esta infraestructura, un proyecto valorado en 79 millones de euros.

En tercer lugar, también está previsto que Di Maio se desplace hasta la ciudad de Misrata, a 180 kilómetros al este de Trípoli, donde hay un hospital con 300 soldados italianos, según ha informado la agencia turca de noticias Anadolu. 

Fayez Sarraj, primer ministro del GNA se reúne con el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Luigi Di Maio enTrípoli, el 24 de junio de 2020

Roma también se ha aproximado a Ankara, el aliado inestimable de Sarraj, tras la victoria del GNA. El pasado 13 de junio, las Fuerzas Armadas de los dos países llevaban a cabo ejercicios militares conjuntos en las aguas del mar Mediterráneo. “Somos conscientes del papel crítico que desempeña Italia. Les estamos agradecidos, desempeñaron un papel equilibrado. No se situaron al lado del golpista Haftar como otros países europeos y mostraron sinceros esfuerzos para un alto el fuego y para el proceso político”, declaró Cavusoglu en la rueda de prensa conjunta con Di Maio en Ankara. “Libia no debe suponer una amenaza de seguridad para Europa. Hace falta nombrar a un representante de la ONU lo antes posible. Queremos que haya un alto el fuego duradero en Libia”, respondió entonces el ministro italiano, en un mensaje en el que, implícitamente, Roma descartaba la iniciativa presentada por Egipto para solventar la crisis en Libia y se decantaba por la hoja de ruta propuesta por Naciones Unidas que, cabe recordar, auspició la fundación del GNA en el año 2015.

El país liderado por Abdel Fattah al-Sisi, aliado del LNA, cabe recordar, propuso una solución para la guerra civil el pasado 5 de junio, que contemplaba el cese de las hostilidades y la salida de los mercenarios extranjeros de Libia. Fue apoyada inmediatamente por Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Francia e, incluso, Rusia, pero fue rechazado rotundamente por Turquía. Desde entonces, la tensión entre El Cairo y Ankara se ha recrudecido hasta tal punto que Al-Sisi dio la orden de desplegar al Ejército en la frontera con Libia, con capacidad para intervenir en dicho país rápidamente si así era requerido. De hecho, el mandatario aseguró el pasado sábado que, si las fuerzas del GNA avanzaban sobre la ciudad estratégica de Sirte, codiciada por sus recursos petroleros, podría provocar la intervención “directa” de su Ejército. Entonces, el GNA declaró que el mensaje de Al-Sisi era una “declaración de guerra”.

“La situación es muy delicada. Además del choque a caballo en el Mediterráneo que involucra al eje este-oeste de Turquía-Francia, está el peso de la feroz declaración de El Cairo, que ha amenazado con ingresar militarmente a Libia si Trípoli (y los turcos) no detienen la última fase de la contraofensiva, la reconquista de Sirte”, explica el analista Emanuele Rossi en el diario italiano Formiche. 

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