José Manuel Albares recoge como principal tarea la de reconducir las relaciones diplomáticas con el reino alauí

El nuevo ministro español de Exteriores lanza un mensaje conciliador a Marruecos

photo_camera PHOTO/BALLESTEROS vía AP - José Manuel Albares jura su cargo como nuevo ministro de Asuntos Exteriores de España durante la ceremonia de juramento en presencia del rey Felipe de España, a la derecha, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, segundo a la derecha, en el Palacio de la Zarzuela en Madrid, España, el lunes 12 de julio de 2021

José Manuel Albares, nuevo ministro de Asuntos Exteriores de España, lanzó un mensaje conciliador a Marruecos en su toma de posesión tras sustituir a Arancha González Laya como jefe de la diplomacia española. Entre sus principales retos estará el de solventar uno de los principales problemas actuales, que es el del contencioso diplomático con Marruecos. 

El ministro español de Exteriores destacó que hay que “reforzar las relaciones con Marruecos, gran vecino y amigo del sur” después de ser designado por Pedro Sánchez como nuevo máximo responsable de Exteriores del Gobierno de España, como recogieron algunos medios como la agencia EFE. 

Este es el principal tema candente que afecta a las relaciones internacionales de España: la crisis diplomática con Marruecos. Un problema que tuvo como máximo detonante la presencia de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en territorio español para ser hospitalizado en Logroño debido a importantes problemas respiratorios. El reino alauí pidió explicaciones por la entrada de Ghali en España y denunció la falta de cooperación por parte de un país considerado vecino y aliado al no brindar la información adecuada sobre la presencia del jefe polisario en España.

El rey marroquí Mohamed VI (Centro), flanqueado por su hermano el príncipe Moulay Rachid (Derecha) y su hijo el príncipe heredero Moulay Hassan (Izquierda)

La anterior ministra de Exteriores, Arancha González Laya, justificó este acogimiento por razones humanitarias, pero las explicaciones no contentaron a las autoridades de la nación norteafricana.  

Después de este encontronazo diplomático, se sucedieron otros episodios que tensaron todavía más la situación. Se produjo la crisis migratoria en Ceuta con la entrada irregular de miles de marroquíes por la frontera o la exclusión de España de la conocida Operación Paso del Estrecho para primar otras vías de retorno de ciudadanos a Marruecos como la de Francia, Italia o Portugal. 

La presencia de Ghali en España generó gran polémica; sobre todo, en torno a las acusaciones lanzadas sobre él por presuntos delitos de terrorismo y genocidio, como informaron diversos medios. El líder del Frente Polisario tuvo que declarar telemáticamente ante la Audiencia Nacional, que, finalmente, no le impuso medidas cautelares, por lo que pudo salir de España rumbo a Argelia, donde fue hospitalizado y recibió incluso la visita del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune y del jefe del Estado Mayor del Ejército, Said Chengriha. 

Menores no acompañados que cruzaron a España se reúnen fuera de un almacén utilizado como refugio temporal mientras esperan ser examinados para la COVID-19 en el enclave español de Ceuta, cerca de la frontera de Marruecos y España, el miércoles 19 de mayo de 2021

Posteriormente, llegó, desde un juzgado de Zaragoza, la petición de aclaración sobre quiénes dieron permiso para la entrada de Ghali en España, otro frente abierto en el ámbito judicial sobre la controvertida figura del dirigente polisario. 

Aunque detrás de todo esto subyace otro problema de fondo, como es el de que Marruecos critica la falta de un apoyo claro por parte de España a su fórmula para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental, que está basada en una amplia autonomía bajo soberanía marroquí, todo ello bajo el marco amparado por la Organización de Naciones Unidas. Esta opción ha recibido importantes apoyos en el ámbito internacional, incluido el de Estados Unidos, tanto por parte del anterior Gobierno de Donald Trump como del actual Ejecutivo de Joe Biden. Además, varios países anunciaron en su día la apertura de consulados nacionales en enclaves relevantes como Dajla o El Aaiún, lo que supuso un gran soporte para el país norteafricano. 

Frente a esta postura, está la iniciativa del Frente Polisario, con pocos apoyos en el ámbito internacional, incluido Argelia, que solicita la celebración de un referéndum de independencia. Una cuestión que parece que no está ahora sobre la mesa. 

Fotografía de archivo, el primer ministro de Marruecos, Saad Eddine el-Othmani, a la derecha, saluda a su homólogo español Pedro Sánchez antes de su reunión, en Rabat, Marruecos, el lunes 19 de noviembre de 2018

Ahora llega la figura de José Manuel Albares, antiguo embajador en París, para reconducir una situación difícil con Marruecos, que ha venido siendo a lo largo de las últimas décadas un país vecino y socio que ha sido básico para España en diversas cuestiones como la migratoria o la referente a la lucha antiterrorista. 

Albares dejó un mensaje claro, el de “trabajar con nuestros aliados y amigos”, entre los que se engloba lógicamente a Marruecos y otras potencias como Estados Unidos, con su nueva Administración Biden. 

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