Hichem Mechichi ha explicado que el próximo Ejecutivo debe centrarse en atajar la crisis económica y social del país

El nuevo primer ministro de Túnez quiere formar un Gobierno de tecnócratas alejado de los islamistas

AFP/FETHI BELAID - El primer ministro designado de Túnez, Hichem Mechichi

No es momento de grandilocuencias ni de grandes ideales. Túnez tiene por delante unos años complicados en el terreno económico y la pandemia ha endurecido el escenario para este pequeño del Norte de África. El nuevo primer ministro, designado tras la dimisión de Elyes Fakhfakh debido a un escándalo de corrupción, ha prometido este lunes que el próximo Gobierno tendrá un carácter tecnócrata, según informa la agencia Europa Press. Hichem Mechichi ha explicado que el próximo Ejecutivo se centrará en fortalecer la economía y atajar el descontento social, que se materializó en fuertes protestas callejeras a finales de junio en la ciudad sureña de Tataouine, donde el paro duplica la media nacional. 

Las palabras de Mechichi, un independiente que no ha manifestado su afiliación política a ningún partido, no han sido bien recibidas por el partido islamista Ennahda, el grupo político más grande del parlamento tunecino con 54 de los 217 diputados de la cámara, que ha anunciado que se opondrá a la formación de un Gobierno no político. Sin embargo, la propuesta de Mechichi ha sido acogida de buen grado por el poderoso sindicado UGTT y otros partidos como Tahya Tounes y Dustoury el Hor. 

La alta fragmentación del Parlamento de Túnez, con cerca de una veintena de partidos y numerosos independientes con su propia agenda, hace la gobernanza de esta país muy complicada. El Ejecutivo de Elyes Fakhfakh estaba sostenido por un una débil coalición de cinco partidos que se complicó tras las acusaciones de corrupción contra el primer ministro por la Instancia Nacional de la Lucha contra la Corrupción. Fakhfakh negó los cargos y amenazó con remodelar el gabinete y echar a los miembros de Ennahda, que habían atacado su figura con virulencia. 

Parlamento de Túnez

Mechichi ha insistido en que la prioridad de los políticos debe ir más allá de las rencillas parlamentarias. “Mientras tiene lugar la disputa política, algunos tunecinos no han encontrado agua potable”, ha asegurado en declaraciones recogidas por el digital británico Middle East Online. Las protestas que han tenido lugar a lo largo de todo el año en el interior del país, aunque se intensificaron en junio, reclamaban la mejora de los servicios públicos de salud y de las instalaciones de agua y electricidad. 

Mechichi, de 46 años, no lo tienen fácil para conseguir su objetivo y ganarse la confianza del Parlamento de Túnez. Si no lo consigue, el presidente Kaïes Said tendrá que disolver la cámara y convocar nuevas elecciones. “Las consultas que he llevado a cabo en los últimos días me han permitido comprender que las divergencias entre los partidos políticos son importantes y que es imposible encontrar una fórmula para unirlos a todos en el seno del mismo Gobierno y garantizar la estabilidad política”, ha indicado el primer ministro en declaraciones recogidas por Europa Press. 

La economía de Túnez aún no ha conseguido revivir tras los cambios políticos que trajo la revolución de 2011 y que puso fin a la tiranía de Ben Alí. El turismo es el asidero al que se han intentado agarrar los sucesivos Gobiernos tunecinos, pero la crisis de seguridad de 2015 y la sanitaria de este año han frustrado las expectativas de un sector con un gran potencial para competir en el Mediterráneo. Túnez pidió el mes pasado a cuatro países acreedores que retrasasen el cobro de la deuda tras revisar a la baja sus previsiones económicas y presupuestarias para 2020 debido a la pandemia.

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