El jefe del Estado podrá suspender el trabajo, nacionalizar centros médicos privados o limitar las reuniones de personas

El Parlamento egipcio concede más poderes a Al-Sisi frente a la emergencia COVID-19

photo_camera AP/VASILY FEDOSENKO - El presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi

El Parlamento egipcio ha aprobado este miércoles enmiendas a la ley de emergencia, que está en vigor de forma permanente desde 2017, y que conceden al presidente Abdel Fattah al-Sisi amplios poderes en caso de una crisis sanitaria como la del coronavirus. Los diputados, que volvieron al hemiciclo esta semana después de un receso de un mes por la COVID-19, dieron luz verde a unas enmiendas preparadas por la Comisión parlamentaria de Seguridad y Defensa Nacional para adaptar a la situación actual la ley de emergencia egipcia, pensada para hacer frente al terrorismo.

Esas enmiendas permiten a Al-Sisi tomar decisiones relacionadas directamente con la asistencia sanitaria, la investigación científica o la aplicación de cuarentenas, tal y como detalló la agencia de noticias estatal MENA. Por ejemplo, entre las varias medidas, el jefe del Estado podrá ordenar a algunos o todos los hospitales privados, centros médicos especializados y laboratorios que ofrezcan atención sanitaria al público, bajo la supervisión de una autoridad estatal. Asimismo, podrá imponer el control sobre los laboratorios científicos, de investigación y centros que trabajen con materiales biológicos, y regular el uso de estos materiales. Además, escuelas, centros juveniles, empresas públicas y otros lugares estatales podrían ser designados y equipados para servir como hospitales de campo, por orden del presidente de la República.

También podrá suspender el trabajo, de forma total o parcial y por un periodo determinado, de ministerios e instituciones gubernamentales, así como de todos los centros educativos del país. Al-Sisi podrá además decidir si las personas que vienen del extranjero tienen que ser sometidos a cuarentena, algo que está sucediendo en estos momentos con los egipcios que son repatriados. 

Las enmiendas otorgan más prerrogativas al presidente para limitar reuniones públicas, manifestaciones, celebraciones y otras concentraciones, que están bastante restringidas en la actualidad, e incluso reuniones privadas en el caso de emergencia sanitaria.

El Gobierno egipcio ha tomado desde mediados de marzo medidas para prevenir la expansión de la COVID-19, que suma 3.659 infectados y 276 muertos en el país árabe. El estado de emergencia ha estado en vigor en Egipto de forma ininterrumpida desde abril de 2017, después de dos brutales atentados contra iglesias cristianas el domingo de Ramos de ese año.

De hecho, desde 1914 Egipto ha experimentado breves periodos sin la aplicación de medidas de excepción, el más largo entre 1921 y 1939, y de forma intermitente después de la revolución egipcia de 2011 hasta 2017. El dictador Hosni Mubarak gobernó con la ley de emergencia durante las tres décadas que estuvo en el poder (1981-2011) y fue revocada en 2012 tras su derrocamiento, y restablecida de forma temporal por Al Sisi en 2013 después del golpe de Estado contra el presidente islamista Mohamed Mursi. 
 

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