Este mes se cumplen cuatro años de la histórica firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y los exguerrilleros

El partido de las FARC, pide perdón por primera vez por el reclutamiento de menores y los secuestros: “Fue un error gravísimo”

REUTERS/LUISA GONZÁLEZ - Rodrigo Londono, conocido por su nombre de guerra Timochenko, ex comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)

Cuatro años después de haber silenciado sus fusiles, el partido nacido de las FARC ha decidido enfrentar el pasado y reconocer los errores, algo que hasta este momento nunca había pasado. Por primera vez, los máximos dirigentes de la antigua cúpula de la guerrilla, encabezada por Rodrigo Londoño, alias Timochenko, han pedido perdón a las víctimas de secuestro y sus familias. “Queremos decirles que el secuestro fue un gravísimo error del que no podemos sino arrepentirnos”, reconocen en un comunicado al que ha tenido acceso Atalayar. 

La organización guerrillera más antigua de América se desmovilizó tras la firma de la paz, dejó las armas, salvo algunos grupos minoritarios de disidentes, se sometió a la JEP, el tribunal encargado de juzgar los crímenes más graves de la guerra y se convirtió en partido político. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer para llegar a esa tan anhelada paz que llevan pidiendo los colombianos más de cincuenta años

Diálogos de paz

El perdón público de las FARC llega después de una charla entre la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad.  En la intervención la víctima de secuestro que permaneció privada de la libertad más de seis años afirmó que “el secuestro es el asesinato de la identidad porque la persona muere lentamente y si tiene la suerte de ser liberada, cuando sale vivo de ese calvario, se da cuenta de que es otra persona”. Y advirtió que los ex guerrilleros de las Farc aún tienen una inmensa dificultad en decir que fue un secuestro lo que hicieron y no una retención”. Hasta el momento, la JEP ha investigado el delito de secuestro en 9.000 hechos victimizantes ocurridos entre 1993 y 2012, cometidos por las FARC-EP; se han acreditado 2.312 víctimas, entre ellas, Ingrid Betancourt, y 350 ex guerrilleros han rendido cuentas a esta justicia.

Íngrid Betancourt

Esto se une a que la semana pasada, los ex jefes guerrilleros fueron criticados por qué en sus versiones voluntarias ante la JEP afirmaron que el reclutamiento de menores, otro de los delitos por los que responden ante la justicia colombiana, no había sido una política dentro de su organización. Los excombatientes admiten que el secuestro sistemático supuso un atentado no solo contra la libertad, sino también la dignidad de las víctimas. “Hoy día entendemos el dolor que les causamos a tantas familias, – hijos, hijas, madres, padres, hermanos y amigos, – que vivieron un infierno esperando tener noticias de sus seres queridos; imaginando si estarían sanos y en qué condiciones estarían siendo sometidos a seguir la vida lejos de sus afectos, de sus proyectos, de sus mundos. Les arrebatamos lo más preciado: su libertad y su dignidad. Podemos imaginar el dolor profundo y la angustia de los hijos e hijas de tantos secuestrados por las FARC -EP”, señala el texto.

Esta carta llega en un momento especialmente delicado para la aplicación de los acuerdos de paz pactados en La Habana, y frente a una sociedad aún profundamente dividida. En materia legislativa, de las 107 leyes que se necesitan para la implementación del acuerdo de paz, 66 han sido expedidas, cuatro de ellas en los dos años del Gobierno de Ivan Duque. A raíz de ese aniversario, trece congresistas presentaron un informe de balance de los retos que tiene la puesta en marcha de lo logrado con la ex guerrilla, especialmente en los dos años que faltan del mandato del presidente Iván Duque. “Es fundamental avanzar en la implementación del Acuerdo de Paz, de lo contrario vamos a perder la oportunidad histórica de aprovechar el fin de la guerra para transformar los territorios más afectados por el conflicto y evitar que resurjan nuevas conflictividades”, afirma a Atalayar la representante a la Cámara Juanita Goebertus.

Guerrilleros

Los congresistas, en un informe, evidencian que el punto del acuerdo más rezagado es el de la Reforma Rural Integral. Hasta ahora han sido firmadas 15 de las 36 leyes que se consideran necesarias para este punto. Otra preocupación está en los asesinatos de los excombatientes de las Farc. Con corte al 13 de julio, han muerto 210 ex guerrilleros que se habían acogido al acuerdo y que estaban en proceso de reinserción. Esta semana la cifra ascendió a 224 fallecidos. Los congresistas denuncian además que, durante la cuarentena, la violencia ha aumentado. “La situación del desplazamiento es sumamente grave, en 2020 hubo un aumento del 96,8%”, dice Goebertus.

El proceso por el que han pasado las víctimas, como la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, refleja en realidad que ese dolor es inimaginable. Pero la admisión de las culpas, las muestras de arrepentimiento como las manifestadas en esta carta, suponen un paso decisivo para que, al margen del perdón que es un acto íntimo e individual de los afectados, Colombia camine hacia la reconciliación. “Solo podemos reiterar nuestro compromiso y voluntad en rendir cuentas ante la justicia; dar las explicaciones de los por qué y los cómos y comprometernos ante la sociedad colombiana, que hoy más que nunca reclama justicia y verdad por tanta violencia”, afirman desde la cúpula del partido. 

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