El partido PAM de Marruecos, fundado por un amigo del Rey, al borde la implosión

Paco Soto

Pie de foto: Ilyas El Omari, secretario general del PAM, dimitió este verano del cargo debido a la crisis del Rif.

El Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM), una formación creada en agosto de 2008 por Fouad Ali El Himma, exsecretario de Estado de Interior y amigo personal del Rey Mohamed VI, está al borde de la implosión política. El PAM fue creado para hacer frente al auge del islamismo político que representa el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) de Abdelilah Benkirane. Es un partido liberal y modernista que se reclama del centroizquierda, y agrupa en su seno a personalidades bien integradas en el sistema, empresarios, caciques locales, profesionales liberales, intelectuales y antiguos militantes de la izquierda y la extrema izquierda, así como exrepresaliados de la época del Rey Hasan II que después de salir de la cárcel o regresar del exilio se dedicaron a la defensa de los derechos humanos. No es desde luego el caso de Fouad Ali El Himma, cuyos extraños impulsos ideológicos le llevaron a defender internamente un modelo político en Marruecos parecido al de Túnez durante Zine El Abidine Ben Ali: desarrollo económico a favor de una oligarquía y una clase media urbana en expansión a cambio de autoritarismo político con oropeles parlamentarios.

La fundación del PAM fue bien vista por amplios sectores sociales preocupados por el avance del islamismo y decepcionados por la evolución de las viejas formaciones históricas como el nacionalista Partido Istiqlal (PI) y la Unión Socialista de Fuerzas Populares. En Marruecos, se ha dicho y escrito muchas veces que el PAM es la opción preferida por Mohamed VI, una afirmación que jamás ha sido confirmada o desmentida por Palacio. La íntima amistad del monarca con El Himma ha facilitado interpretaciones y especulaciones de esta naturaleza. En el seno del partido hay otros dirigentes cercanos, en mayor o menos medida, al jefe del Estado. “No es un secreto para nadie que el PAM ha sido el partido preferido por el Rey para cerrarle el paso al PJD. Y digo bien ha sido, porque en este momento no está claro que lo siga siendo”, apunta el politólogo Ahmed Alaoui.  Según la Constitución, el Rey desempeña un papel de árbitro en la vida política y no puede ni debe manifestar simpatía por una opción concreta. Hasta ahora, el jefe del Estado ha cumplido escrupulosamente con esta prerrogativa.

Pie de foto: Ilyas el Omari con militantes del PAM en un mitin.

Esperanza frustrada

El PAM, a pesar de ser la principal fuerza de oposición parlamentaria, dejó de entusiasmar a muchos ciudadanos, incluso entre aquellos que vieron con esperanza la creación de este partido y pensaron de buena fe que podría ser un revulsivo para el país. “Procedo de la extrema izquierda marxista leninista. En mi juventud fui un opositor a Hasan II. Hace varios años me afilié al PAM pensando que este partido iba a cambiar la manera de hacer política en Marruecos y ser un instrumento eficaz de modernización y democratización del país. Me equivoqué. El PAM está en manos de caciques y burócratas que defienden sus privilegios, engañan a la gente y solo desean perpetuarse en el poder. Su modernismo progresista es pura apariencia”, cuenta a Atalayar un exmilitante de esta formación.

Corren incluso rumores que apuntan a que algunos dirigentes y cargos públicos del PAM en el Rif, en el norte del país, estarían vinculados a redes de narcotráfico.  Así las cosas, desde hace meses, el PAM vive una profunda crisis interna que se agravó este verano con la dimisión de la secretaría general de Ilyas El Omari, un poderoso hombre de negocios y hábil político de origen rifeño. La crisis política y social que vive el Rif desde hace un año, que estalló en la ciudad de Alhucemas tras la trágica muerte de un vendedor ambulante, es una de las causas de la crisis del PAM. Este partido negó la amplitud y gravedad del conflicto, justificó la represión policial y judicial contra la población, y fue incapaz de ofrecer una alternativa a la crisis que vive esta región mayoritariamente berberófona.

Pie de foto: Abdelilah Benkirane, secretario general del islamista PJD y principal adversario del PAM.

Crisis rifeña

Ilyas El Omari, que es presidente de la Región Tánger-Tetuán-Alhucemas, negó tajantemente que la crisis rifeña, pero también su incapacidad por desbancar del poder al PJD en las últimas elecciones legislativas, fueran el principal motivo de du dimisión. Ningún analista político se lo cree. Algunos dirigentes del partido y medios locales acusan a El Omari de haberse enriquecido durante su paso por la secretaría general. Un miembro de la Oficina Política del PAM interrogado por un medio marroquí asegura que en esta batalla interna El Omari “quiere regresar con fuerza a la secretaría general, o al menos colocar a alguien de su confianza”. El próximo Consejo Nacional del 21 de octubre podría ser el escenario donde las diversas corrientes del partido se enfrenten abiertamente y gane la más poderosa. Si el vencedor fuera el sector de El Omari, se podría interpretar que su dimisión de este verano fue una maniobra para ganar tiempo y volver al cargo de máxima responsabilidad con más fuerza y apoyo.

Si no es el caso, el órgano dirigente tendrá que ponerse de acuerdo para elegir a un nuevo secretario general. Mientras, según el diario ‘Al Ahdath Al Maghribia’, “el PAM quiere calmar a los descontentos”. En lo que se han puesto de acuerdo todos los observadores políticos es en destacar que el partido que utiliza un tractor como símbolo en sus banderas y pancartas está profundamente dividido y corre el riesgo de hundirse. En el seno de este partido ideológicamente heterogéneo que agrupa a liberales, antiguos izquierdistas, empresarios, caciques e intelectuales, el diputado Abdellatif Ouahbi y Hasan Benaddi, uno de los fundadores del PAM, apuestan por cambiar la línea política y expulsar a los oportunistas y aprovechados que se integraron en el partido para medrar.

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