“El pragmatismo está dictando el posicionamiento de los países respecto a la guerra en Ucrania”
Es de perogrullo decir que guerra en Ucrania ha alterado la geopolítica global. Cada vez menos gente recuerda cómo era el mundo de ayer, sus dinámicas o alianzas. La invasión puesta en marcha por Putin el pasado 24 de febrero vino para cambiarlo todo, y uno de esos cambios fue el blindaje de Occidente. Europa y Estados Unidos decidieron entonces actuar al unísono, sincronizados, para infligir el mayor de los daños al Kremlin y proteger a Ucrania. Pero lo hicieron a costa de otras regiones incapaces de asumir los costes de esta estrategia. Daños colaterales del nuevo orden mundial.
La Casa Árabe ha acogido este martes un coloquio a colación de la publicación del número 65 de la revista afkar/ideas para discutir cómo la invasión rusa de Ucrania ha afectado al Mediterráneo y el mundo árabe musulmán. Organizada por el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed) y Estudios de Política Exterior, la cita ha servido para poner en confrontación ideas y perspectivas distintas del evento geopolítico de esta década de la mano de destacados ponentes.
El encuentro ha contado con la presencia del exministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de España, Josep Piqué, codirector de afkar/ideas y consejero delegado de Estudios de Política Exterior. Participaron además el cofundador de la revista y presidente ejecutivo del IEMed, Senén Florensa, la directora de Cooperación con África y Asia de la AECID, Carmen Magariños, y el director del Columbia Global Centers de Túnez y analista político especializado en asuntos del Norte de África, Youssef Cherif.
La directora general de Casa Árabe, Irene Lozano, inauguró una conferencia a la que acudió la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich. En su breve presentación, Lozano puso de relieve el valor y el contenido de la revista afkar/ideas, financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), un órgano adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, así como la importancia de la difusión de conocimiento en esta materia para el entendimiento entre culturas.
Carmen Magariños entró en materia aportando algunos de los datos principales que permiten comprender el impacto de la guerra en Ucrania tanto en Oriente Medio como en el Norte de África. Desde el inicio de la invasión, las exportaciones de trigo desde los puertos ucranianos se han visto paralizadas. Desde la cuenca del mar Negro llegaban al año un tercio de las importaciones de las compras mundiales de cereales hasta la región MENA, a pesar de que esta región representa el 4% de la población mundial.
Según el Instituto italiano para el Estudio de la Política Internacional (ISPI), países como Marruecos, Turquía, Irán, Arabia Saudí, Israel y Jordania importan entre el 10 y el 15% de su trigo de Ucrania. Además, Egipto, Túnez, Omán y Yemen también importan de Kiev entre el 25% y el 35% de su trigo, y en el caso de Libia esta cifra asciende al 50% y en el del Líbano al 65%. Mucho está en juego.
A este fenómeno se suma, de acuerdo con las palabras de la directora de Cooperación con África y Asia de la AECID, la pérdida de las cosechas, lo que genera a su vez problemas de abastecimiento, inflación y subida de precios. Margarita Simonián, directora de Russia Today (RT), el canal televisivo del Kremlin, es consciente de lo que significa. En el reciente foro económico de San Petersburgo, la propagandista declaró que la hambruna podría ser la llave para que Occidente levantara las sanciones impuestas contra Moscú.
Este caldo de cultivo, cuyos ingredientes principales son el encarecimiento del coste de vida, la proliferación de la pobreza y el hambre y la carencia de servicios mínimos, traiga consigo una conflictividad social que se traduzca en una nueva oleada revolucionaria como la acaecida hace más de una década durante las Primaveras Árabes. Los regímenes MENA temen a las posibles consecuencias.
El director adjunto del Columbia Global Centers de Túnez y analista político especializado en asuntos del Norte de África, Youssef Cherif, remarcó que la amenaza de la hambruna se suma a la crisis económica provocada por la pandemia. “Los líderes norteafricanos están aproximándose a Occidente en búsqueda de la ayuda esencial que necesitan. Menos Argel y Damasco. Pero ha habido un silencio sobre la agresión de Rusia sobre Ucrania. No ha habido ninguna muestra de respaldo a Kiev”, trasladó Cherif.
“La opinión pública árabe mayoritaria no está del lado de la Unión Europea o de Estados Unidos —indicó el analista tunecino—, pero hay excepciones como los Hermanos Musulmanes”. Los islamistas consideran a Rusia un enemigo por lo ocurrido en Libia, Siria o Chechenia. El problema, avanzó Cherif, es que la Hermandad no es tan popular como lo era hace al menos 10 años. La votación en la Asamblea General de la ONU es también significativa. “Ninguno se sumó a la condena o a las sanciones. Argelia, por ejemplo, visitó Moscú y no Washington después de la invasión”, sentenció Cherif.
El director adjunto del Columbia Global Centers de Túnez explicó en cinco puntos la postura mayoritaria adoptada en la región MENA sobre la guerra en Ucrania. En primer lugar, por el sentimiento antiimperialista, ese el rechazo del colonialismo que impregna aún estas regiones. Además, la región no lo considera como un enfrentamiento directo entre Rusia y Ucrania, sino un enfrentamiento entre Rusia y Occidente. En buena parte, esto es gracias a la propaganda prorrusa canalizada a través de las redes sociales y RT, que sigue operando en determinados países.
La propagación de las teorías de la conspiración ha calado con fuerza en esta región, ya que los países MENA señalan mayoritariamente a Occidente por haber incitado la invasión. Aunque otra de las causas es, según Cherif, el doble rasero occidental. Es decir, la diferenciación entre Palestina y Ucrania cuando las condiciones que atraviesan son similares. “Ucrania misma es también otra causa. Para la mayoría de los árabes, Rusia es un amigo; Ucrania no es nadie”.
En última instancia, influye la relación entre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el Estado de Israel. Cabe señalar que Zelenski es judío. “Solo ha intentado dirigirse al pueblo árabe en el Foro de Doha, pero aquello concentraba sobre todo a audiencia internacional, no local”, advirtió Cherif. En este sentido, la potente campaña de comunicación del líder ucraniano, quizá, ha centrado demasiado el foco en Europa y ha descuidado otras regiones.
“El error es pensar que los demás piensan como lo hacemos nosotros, lo que nos ha llevado a muchas intervenciones desastrosas”, reflexionó Piqué. El exministro instó a observar el mapa de las sanciones, que es como observar la votación que tuvo lugar en la Asamblea General de la ONU para condenar la agresión de Putin. Piqué puso de relieve la abstención de países como Argelia, Marruecos, India o Pakistán. Y destacó la conformación de un nuevo orden mundial multipolar con actores cruciales como Turquía, que ha jugado un papel ambiguo.
El exembajador de España en Emiratos Árabes Unidos y actual responsable de Asuntos Mediterráneos, Antonio Álvarez Barthe, apuntó que debemos hacer lo posible para mitigar las consecuencias en otras regiones del mundo. Acortar la distancia entre la ribera norte hacia la ribera sur para mejorar la percepción. “El pragmatismo es lo que está dictando el posicionamiento”, sentenció.
La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ratificó las palabras del diplomático español: “Marruecos optó por la neutralidad, lo que no quiere decir que sea aliado de Estados Unidos, Unión Europea y miembro observador de la OTAN”. “El mundo árabe, como el musulmán, no es un mundo monolítico, se necesita comprensión. Es una realidad que hay grandes desconocimientos, el [Mediterráneo] sur conoce mejor al norte. Por eso hay que trabajar a nivel regional para atajar esos desafíos”.