El presidente de Francia, Emmanuel Macron, regresa de Angola con un satélite bajo el brazo
El presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, ya está de regreso en su residencia oficial del Palacio del Elíseo de París, una vez concluido su periplo de cinco días por Gabón, Angola, Congo y la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), países que ha visitado para construir una relación “nueva, equilibrada, recíproca y responsable”, según sus propias palabras.
La gira de Macron del 1 al 5 de marzo por los cuatro países de África central ha tenido por finalidad reorientar y mejorar las degradadas relaciones francoafricanas que, ha confesado, “hasta el momento han estado centradas en el ámbito militar y de seguridad”.
Macron quiere “africanizar” sus principales bases militares permanentes existentes en Costa de Marfil, Gabón y Senegal y reconvertirlas en “academias” o en “bases mixtas”. También aspira a efectuar una “notable reducción” de sus tropas en el continente, que fuentes oficiales cifran en alrededor de 3.000 soldados desplegados en los tres países citados, y otros tantos en la zona del Sahel.
Acompañado por una importante delegación empresarial, la estancia de Macron en dos antiguas colonias francesas (Gabón y Congo), una portuguesa (Angola) y otra belga (República Democrática del Congo) ha servido también para estrechar lazos en todos los órdenes, ampliar las inversiones de las compañías galas y, en la medida de lo posible, contrarrestar la creciente influencia de China y Rusia en los cuatro países.
En el plano económico, su visita a Angola del 3 de marzo y su reunión con el presidente Joao Lourenço ‒que acaba de cumplir 69 años y ocupa el poder desde septiembre de 2017‒ ha sido el escenario donde Airbus ha suscrito un contrato con el Gobierno de Luanda para desarrollar el que será el primer satélite angoleño de observación de la Tierra.
Macron califica a Angola y su petróleo como “socio estratégico”, lo que ha favorecido un acuerdo Estado-Estado por el que Airbus Space Systems France fabricará en su factoría de Toulouse un satélite de tecnología electroóptica de última generación. Bautizado Angeo-1, cuando esté en órbita y en funcionamiento en una fecha que no se ha señalado será el más avanzado de su clase en la región.
Angeo-1 está basado en la plataforma S250, que forma parte de una nueva familia de ingenios de observación desarrollada por Airbus Space Systems, cuyo director desde junio de 2019 es el francés Jean-Marc Nasr. La nueva gama de ingenios fue presentada en sociedad en febrero de 2020 y está concebida para ofrecer pequeños satélites llave en mano a clientes de terceros países.
Con un peso del orden de los 300 kilos, las autoridades angoleñas emplearán Angeo-1 en aplicaciones gubernamentales, tanto civiles como relacionadas con la seguridad y la defensa, puesto que ofrece una resolución de 50 centímetros. Con el grado de detalle que aportarán sus imágenes será posible vigilar las fronteras, estimar la producción agrícola y el grado de deforestación, supervisar la planificación urbana, la gestión de recursos minerales preciosos y los derrames de petróleo con utilidades.
El contrato suscrito entre el ministro de Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Comunicación Social de Angola, Mario Augusto da Silva Oliveira, y el director general de Airbus Space Systems, Jean Marc Nasr, incluye la capacitación de al menos 15 técnicos angoleños para operar el Angeo-1 y la formación de un núcleo de ingenieros especializados en tecnologías espaciales.
El presidente Joao Lourenço y su Gobierno tienen visión de futuro y claras ambiciones espaciales. Prueba de ello es la reciente puesta en órbita ‒el 12 de octubre de 2022‒ del satélite de comunicaciones AngoSat-2 desde el cosmódromo de Baikonur. Fabricado por la empresa estatal rusa Reshetnev, el Centro de Control del satélite se encuentra en Funda, a unos 45 kilómetros de Luanda, la capital.
El AngoSat-2 está basado en la plataforma rusa Ekspress-1000N, pesa cerca de 2 toneladas y dispone de 31 transpondedores en las bandas C, Ku y Ka. Sustituye al fallido AngoSat-1, de 1,65 toneladas, construido por la empresa rusa RKK Energía pero equipado por Airbus Space Systems con 22 transpondedores en las bandas C y Ku. Lanzado el 26 de diciembre de 2017 también desde Baikonur pero en un cohete ucraniano Zenit-3F, sufrió una anomalía letal que le impidió entrar en servicio.
Antes de partir a su gira africana, Macron aseguró en un discurso que pronunció el 27 de febrero que Francia “tiene un destino ligado al continente africano y, si sabemos aprovecharlo, tenemos la oportunidad de anclarnos en el continente”. Añadido que África, “poco a poco, será uno de los mercados económicos más jóvenes y dinámicos del mundo y uno de los principales centros de crecimiento global en las próximas décadas”.
La nueva estrategia del Gobierno de París hace hincapié en que los países africanos formulen “muy claramente sus necesidades militares y de seguridad”, sobre la que luego Francia “aumentará su oferta de capacitación, apoyo y equipamiento al más alto nivel”. Macron ha subrayado que “venimos (a África) a defender nuestros intereses y lo haremos de forma respetuosa con los de los países africanos donde estamos desplegados”.
La gira del presidente Emmanuel Macron por Gabón, Angola, Congo y República Democrática del Congo han coincidido con la visita de dos días a Mali de la ministra española de Defensa, Margarita Robles. Su objeto era conocer in situ los progresos del contingente español adscrito a la Fuerza de Entrenamiento de la Unión Europea (EUTM-Mali), por la que el Ejército español proporciona al de Mali adiestramiento militar y asesoramiento en mando y control, logística y gestión de recursos humanos.
Acompañada por el director de su gabinete técnico, general de División del Aire Pablo Guillén, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón y la secretaria de Estado directora del Centro Nacional de Inteligencia, Esperanza Casteleiro, Robles se ha reunido con el general del Ejército Santiago Fernández Ortiz-Repiso y su equipo en el Cuartel General de la EUTM-Mali en Bamako. La ministra ha sido informada en detalle de la situación del contingente español, que aporta 334 militares a la misión de la UE, lo que supone el 75 por ciento del personal multinacional.
La ministra Robles y la delegación, junto con el embajador de España, José Hornero, también han mantenido un encuentro con el ministro de Defensa de Mali, Sadio Cámara, en la que han compartido reflexiones sobre el futuro de la misión EUTM-Mali, cada vez más cuestionada.
