La geóloga recibe el encargo de formar Gobierno en mitad de la crisis constitucional y hace historia en el mundo árabe

El presidente Saied nombra a Najla Bouden Romdhane primera ministra de Túnez

photo_camera Photo/Presidencia de Túnez via REUTERS - El presidente de Túnez, Kais Saied, se reúne con la recién nombrada primera ministra, Najla Bouden Romdhane, en Túnez, Túnez, 29 de septiembre de 2021

Después de setenta días de crisis constitucional en Túnez, que dio comienzo con la disolución del Parlamento, la destitución del Ejecutivo y la concentración de plenos poderes sobre el presidente Kais Saied, este ha vuelto a sorprender a propios y extraños con el nombramiento de la geóloga Najla Bouden Romdhnane como primera ministra. Se trata de la primera mujer en recibir el encargo de formar Gobierno no sólo en la historia del país norteafricano, también en la historia del mundo árabe.

La presidencia de Túnez anunció este miércoles la designación de Bouden a través de un escueto comunicado: “De conformidad con las disposiciones de la Orden Presidencial número 117, el presidente de la República encargó a la señora Najla Bouden Romdhane formar Gobierno”. Con este movimiento, Saied restituye al poder ejecutivo una semana después de suspender una gran parte de la Constitución y prolongar sus poderes ante la incesante presión de la comunidad internacional.

La conquista “es un honor para Túnez y un tributo para las mujeres tunecinas”, destacó el presidente. Aunque ha puesto como condición a la sucesora del destituido Hichem Mechichi que la formación de Gobierno “se haga lo antes posible”. Saied espera que el gabinete quede plenamente conformado en las próximas horas o días, porque “hemos perdido mucho tiempo”, subrayó, al tiempo que puso de relieve la necesidad de combatir la corrupción y la anarquía institucional.

Najla Bouden Romdhane

Najla Bouden Romdhnane (Kairuán, 1958) ejercía hasta la fecha como directora general de “Promesa”, un proyecto dependiente del Departamento de Educación Superior e Investigación Científica cuyo objetivo es modernizar el sistema educativo tunecino. Una década antes, Bouden había estado al frente del gabinete del Ministerio de Educación. Un currículum que circunscribe su actividad política al ámbito de la formación académica. Sin embargo, los retos que afronta el país son variados y de hondo calado, unas áreas en las que acusa de inexperiencia.

La científica se convierte así en la octava ocupante de la jefatura del Gobierno desde la Primavera Árabe, la tercera bajo la presidencia de Saied. El primer ministro tunecino del periodo postrevolucionario, Hamadi Jebali, sigue siendo la persona que durante más tiempo detentó el cargo. Ninguno superó los dos años al frente del poder ejecutivo, una hemeroteca que no favorece la continuidad a largo plazo de la recién nombrada Bouden. 

Es probable que la funcionaria no goce de las prerrogativas que hasta la fecha ha ostentado el primer ministro. El presidente Saied asume plenos poderes desde hace dos meses y pretende revocar la Constitución o, como mínimo, modificar a grandes rasgos su contenido. Unas pretensiones que pasan por convertir el país en una república presidencialista, similar a la francesa.

Túnez manifestación cartel
Paliativo a la inestabilidad

Túnez atestiguó el surgimiento del estallido revolucionario en 2011. La Primavera Árabe nació con el suicidio ‘a lo bonzo’ del vendedor ambulante Mohamed Bouazizi y la indignación se extendió con celeridad por el mundo árabe. Su condición de pionero y el rápido derrocamiento del autócrata Zine el Abidine Ben Ali otorgaron al país la etiqueta de ‘rara avis’ al ser el primer Estado musulmán en acoger un sistema democrático. Un avance que quedó afianzado con la aprobación de la Constitución en 2014.

Pero la Carta Magna no estuvo exenta de fallas. La de mayor gravedad provocó que la autoridad política en Túnez quedase fraccionada en demasiados focos de poder. Una suerte de tricefalia, conformada por la Presidencia, el Gobierno y el Parlamento, impedía el avance efectivo y empujaba a los ocupantes de las distintas instituciones a pugnar por ampliar sus cuotas de poder.

La inestabilidad parecía perenne hasta que Saied dio un viraje constitucional en julio, que muchos no dudaron en catalogar como un golpe de Estado. El presidente decidió entonces arrogarse plenos poderes bajo el pretexto del artículo 80 de la Carta Magna. Una norma que otorga plenas capacidades al jefe de Estado en caso de “peligro inminente para las instituciones” previa consulta del presidente de la Cámara de Representantes y del primer ministro, condiciones que no se cumplieron.

Túnez manifestación

El profesor de Derecho Constitucional, que llegó en volandas al poder sin una plataforma política detrás y con más del 70% de los votos, mantuvo desde el inicio su posición contraria a la actual Carta Magna a pesar de haber sido uno de sus redactores, y recibió el respaldo mayoritario de la sociedad tunecina después de arrogarse plenos poderes. 

Su rivalidad con la formación islamista Ennhada constituyó otro de los puntos determinantes de su acción política. El presidente culpabiliza al partido, presente en cada Gobierno desde la revolución, del precario estado del país y de la parálisis institucional. Una situación herida de muerte por la crisis de la COVID-19. Por lo que el nombramiento de una primera ministra despeja la incertidumbre constitucional y echa a rodar de nuevo al poder ejecutivo, que tiene trabajo acumulado.
 

Más en Política