El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, respalda las palabras del monarca para destensar las relaciones con el Reino alauí en un nuevo intento de acercamiento

El rey Felipe VI envía un mensaje de entendimiento con Marruecos

photo_camera PHOTO/Casa de S.M. el Rey - Vista general del salón del trono durante las palabras de Su Majestad el Rey

El rey Felipe VI ha abierto este lunes un nuevo período en la crisis diplomática abierta entre España y Marruecos desde el ingreso en mayo del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño. En su alocución durante la tradicional recepción al cuerpo diplomático en el Palacio Real, el monarca ha abogado por el reencuentro entre ambas naciones, que deben “caminar juntas”.

Las palabras del Rey han servido para poner de relieve las intenciones de la Casa Real, que apuesta por un entendimiento con su homóloga marroquí. El objetivo de Felipe VI pasa por “encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos”. Unas soluciones que deberían poner fin al capítulo de tensiones que han marcado las relaciones entre Madrid y Rabat en los últimos meses.

“Nuestros respectivos Gobiernos han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI sobre pilares más fuertes y sólidos”, trasladó el monarca en un acto en el que estaban presentes tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el titular de la cartera de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, sustituto de la exministra Arancha González Laya, cesada con motivo de la ruptura diplomática con el Reino alauí.

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En la cita no estuvo presente la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, que abandonó Madrid el pasado 18 de mayo en plena escalada de las tensiones, cuando fue llamada a consultas por Rabat después de la entrada irregular de 10.000 personas en Ceuta. En su lugar asistió el encargado de negocios del Reino. Una ausencia que refleja el estado actual de las relaciones, en una suerte de punto muerto, aunque con discretos avances.

Es la primera vez que el rey Felipe VI se pronuncia desde la ruptura institucional. Una ocasión que no quiso dejar pasar para referirse, de forma implícita, a la disputa regional que atraviesan Marruecos y Argelia, que alcanzó su cénit con la ruptura de las relaciones bilaterales y con el cierre del gasoducto Magreb-Europa, todo ello a propuesta de Argel, que acusó a Rabat de acabar con la vida de tres camioneros argelinos.

En este sentido, el monarca ha apuntado que España “seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios para la creación y consolidación de un espacio común de paz, estabilidad y prosperidad en el Magreb”, área en la que Madrid afronta serios riesgos estratégicos que se vieron materializados con la reducción del suministro de gas en el país a raíz del cierre del gasoducto. La rivalidad pone a España en una delicada situación en la que tiene poco que ganar, pero mucho que perder.

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La entrada de Ghali en España a espaldas de Rabat no fue el único motivo que distanció las agendas de ambos países. La cuestión del Sáhara Occidental representa otro punto de fricción ‘a priori’ enquistado por la disparidad de estrategias. Marruecos ofrece para la región un plan de autonomía bajo su soberanía, mientras que España se ciñe a los criterios de Naciones Unidas. Un tema en el que Rabat se siente decepcionado por el inmovilismo de Madrid y donde presiona para conseguir un cambio de tendencia.

El monarca marroquí, Mohamed VI, se pronunció en agosto, meses antes que el rey Felipe VI, para “inaugurar” una nueva etapa en las relaciones bilaterales con España. Unas palabras que el ministro Albares consideró como una clara señal de distensión. El diplomático aseguró haber conseguido avances en las conversaciones con su homólogo marroquí, Nasser Bourita. Aunque las declaraciones de Mohamed VI no significaron el retorno de la embajadora a Madrid.

Sánchez y Scholz, España y Alemania

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha seguido la estela del Rey y ha invitado al Reino alauí a construir una nueva relación, agradeciendo “la cooperación estratégica”. “España ve lógicamente a Marruecos como un socio estratégico con el que tenemos que caminar juntos a lo largo de los próximos meses y años”, ha subrayado durante una comparecencia de prensa en compañía del nuevo canciller alemán, Olaf Scholz.

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Sánchez ha recibido este lunes a Scholz en La Moncloa en lo que ha sido la primera visita a España del sustituto de Angela Merkel. Alemania es un socio de la Unión Europea con el que España comparte postura sobre el Sáhara Occidental. Al menos de momento. Es seguro que en el diálogo entre ambos líderes se haya hablado de la crisis diplomática con Rabat ahora que Berlín reorienta su acción exterior.

El nuevo Gobierno de coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales en Alemania parece proclive a cerrar las tensiones diplomáticas con Marruecos y catalogó como “importante contribución” el plan de Rabat para el Sáhara Occidental. Un guiño que secundó el presidente Steinmeier con la invitación al rey Mohamed VI al país y que pretende descongelar las relaciones entre ambos países. La cuestión ahora es conocer si España moverá ficha en esta dirección.

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