Ante la importancia de estar presente sobre el terreno, el Gobierno español incrementará su presencia en Mali

El Sahel constituye una amenaza real para España

Un soldado español del destacamento de la Operación Barkhane hace guardia en una base francesa en las afueras de la ciudad de Gao, al norte de Mali, el 2 de enero de 2015 - AFP/DOMINIQUE FAGET

El Gobierno español tiene previsto incrementar en más del 50% los efectivos de EUTM MALI que operan en la región desde 2013, para intensificar la presencia de las tropas españolas que forman en valores a las Fuerzas Armadas malienses y adiestran a sus cuerpos de seguridad en la contribución a la defensa del territorio, según Jesús Díez Alcalde, coronel-jefe de la Unidad de Análisis del Departamento de Seguridad Nacional, durante la inauguración del 8º Foro del Real Instituto Elcano sobre Terrorismo Global, en colaboración con la Embajada de Estados Unidos, celebrado en estos días en la capital española. 

Sobre la evolución de la insurgencia yihadista en el Sahel y sin minimizar la repercusión de una ideología tan maquiavélica y dañina para los musulmanes que subyace detrás, el coronel Díez Alcalde ha querido poner énfasis en el enorme esfuerzo internacional de lucha directa contra esta amenaza difusa en un escenario complejo, “una misión que arroja el mayor número de victimas mortales verificado por Naciones Unidas pero que alienta al desarrollo y gobernanza en la región” y que proporciona a su Ejército, formación militar y asesoramiento sobre cadena de mando, logística y gestión de recursos humanos, así como adiestramiento en materia de derecho internacional humanitario. “Todos podemos hacer más, pero los que estamos, lo estamos haciendo bien, aunque deberíamos estar más sobre el terreno, en primera línea”, subrayó Díez Alcalde ante la necesidad de buscar razones más mundanas como la frustración social, gran preocupación en los jóvenes africanos hoy en día, quienes demandan prosperidad en la zona y la libertad que solo pueden proporcionar sus propios gobiernos. “Se necesita tiempo y paciencia y fomentar la investigación de la causa de esta amenaza latente para España, sin obviar la lucha contra la financiación del tráfico ilícito de seres humanos, armas y drogas”, subrayó el coronel de la Presidencia del Gobierno, Díez Alcalde.

Durante su intervención relativa a la estrategia y propaganda terrorista junto a miembros de Inteligencia del Departamento de Estado, Diez Alcalde ha reconocido que España es firme defensora de ayudar a gobiernos locales y regionales para solventar problemas, “EUTM Mali la forman unos 700 militares de 28 países europeos y nosotros aportamos más del 27% de las fuerzas de la UE en todas sus misiones, si bien sabemos que la solución militar es la necesaria pero no la definitiva, porque nos hace falta algo más”. Asimismo, profundizó que el desafío de ir a una mejor escuela o ser reconocido socialmente es muy importante en un momento en el que la expansión geográfica de esta amenaza y el auge de grupos yihadistas en la región es una evidencia palpable. Igualmente quiso hacer un llamamiento a los medios de comunicación presentes para crear conciencia colectiva que ayude a afrontar el problema y no acordarse del Sahel cuando se produce un atentado terrorista.

Las detenciones no cesan, pese a la COVID

En este mismo foro del Real Instituto Elcano, junto a la Embajada de Estados Unidos, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, manifestó que los conflictos de Sahel constituyen un peligro permanente para España y para cualquier activo occidental, “especialmente franceses” por lo que exige la mejor seguridad posible, “una amenaza compartida, codo con codo que atenta contra el modelo democrático de convivencia”. 

Un fenómeno, por tanto, en constante transición y capacidad de mutación a nuevos contextos, una amenaza influida por la COVID, en detrimento de la lucha antiterrorista, que ha desviado importantes esfuerzos policiales para combatir la propagación de la pandemia, pero que ha permitido que más de 300 militares sigan desplegados en la zona. La franja de Sahel (aunque el centro de la amenaza es Mali) es muy preocupante, un riesgo real y los últimos atentados dejan clara evidencia de la presencia de terroristas autónomos que actúan contra intereses occidentales, donde el impacto propagandístico es el elemento motivador y transmisor de órdenes que se extienden entre grupos de poder, afines a Daesh y Al-Qaeda.

En este sentido, Rafael Pérez Ruiz previno de la existencia de un peligro permanente: el terrorismo de inspiración yihadista como principal amenaza para España y la comunidad internacional en su conjunto, dejando palpable que los ataques en Austria y Francia ponen de manifiesto la efectividad de la estrategia de cometer atentados en cualquier lugar del mundo y por cualquier medio. Por lo visto, en aquellos lugares donde no se ha podido suplantar al Estado, los conflictos interétnicos provocan mayor inestabilidad política y social, si cabe, consolidándose como objetivos de los terroristas: secuestros de civiles y diplomáticos en la zona, asesinatos a religiosos (el caso del sacerdote salesiano, Antonio César), fuerzas de seguridad y el destacamento militar de la misión europea en Mali.

Un soldado español del destacamento de la Operación Barkhane

Por lo que se refiere a cifras que arroja el ámbito penitenciario, el número de condenados reclusos por acciones terroristas se ha incrementado considerablemente, destacando las 32 detenciones registradas en el 2020 y un total de 58, durante el pasado año, siendo 10 los investigados en otros países.

Para Rafael Pérez Ruiz, y frente a esta situación, lo más relevante de la Estrategia terrorista del Ministerio de Interior versa en optimizar los mecanismos con más recursos y capacidades; mayor incidencia en la prevención contra la radicalización violenta y difusión de contenidos en internet; intercambio informativo; vigilancia de retornados y aplicación contundente de medidas judiciales firmes. 

Para Katherine Zimmerman, del American Enterprise Institute, la comunidad internacional se enfrenta a una amenaza del salafismo yihadista que no va a desaparecer en breve. Una amenaza que ha evolucionado en los últimos ocho años, resiliente que goza de grandes recursos y objetivos estratégicos, por lo que la incursión norteamericana obedece a razones de seguridad y su implicación abarca el eje contraterrorista, en definitiva, “queremos ser capacitadores y reducir el reclutamiento”.

Ante esta coyuntura, Matthew Nevins, Analista de Terrorismo en África (Bureau of Intelligence and Research, del Departamento de Estado) aludió a tres novedosas facetas de este fenómeno dada la existencia de una regionalización de la crisis, el aceleramiento de la actividad y un cambio dinámico brusco, donde se acrecientan los umbrales de violencia y se aprovechan de canales de negociación. Para finalizar su intervención, compartió la importancia de Burkina Faso para los insurgentes en las provincias de Mali. Desde 2017 al 2019, dijo haberse perpetrado un total de 34 ataques y este año, más de 60 al mes.

Carmen Chamorro García, directiva del CIP/ACPE/ Diplomada en Relaciones Internacionales y Terrorismo Global por SEI

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