Entre el Caspio y el Viejo Continente se erige Georgia, país que puede ser la nueva frontera de destino europeo en el creciente sector turístico global y que representa una oportunidad para España.

El sector turístico de Georgia atrae las miradas tanto de inversores como de viajeros

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En la extensión de tierra que se forma entre las costas del mar Negro y las del mar Caspio, bordeando Europa Oriental y antes de llegar a Asia Occidental, se encuentra uno de los países que más está apostando por el turismo como motor de crecimiento económico. Con una ambiciosa hoja de ruta claramente definida, Georgia busca pasar de ser un lugar bonito, aunque desconocido para muchos europeos, a un enclave turístico de la región. 

Muchas de las miradas de inversores están puestas en Georgia. Las empresas del sector turístico europeas se están preparando para la que muchos prevén puede convertirse en el próximo destino turístico de moda de muchos países. Prueba de ello es que hace menos de un mes, la aerolínea de bajo coste Ryanair comenzó a operar vuelos a Georgia, a las ciudades de Tbilisi y  Kutaisi. Además, el objetivo gubernamental de incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN hace que sea un lugar al que habrá que prestar mucha atención.

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Que el sector turístico se haya convertido en una prioridad no es casualidad. Se trata de una decisión política de posicionar a Georgia como un lugar idóneo para visitar. Así el país desarrolla una puesta a punto de sus infraestructuras y realiza campañas y eventos de promoción del país, tanto dentro de sus fronteras, como 'Press Tours' (este servidor fue invitado a uno), como en el exterior, reflejado por ejemplo por su creciente presencia en la feria de turismo Fitur, celebrada en Madrid, en los últimos años. También están desarrollando campañas, como la reciente  'World Welcome to Georgia' (Bienvenido a Georgia, Mundo). Si ello no convence, quizá el posible relanzamiento del programa 'Wine Upon Arrival' (Vino a la Llegada), persuada más: ofrecer una copa de vino a todos los pasajeros que lleguen a los aeropuertos de las ciudades de Tbilisi, Kutaisi y Batumi. 

Los números de crecimiento del turismo a Georgia, el pequeño país en el corazón del Cáucaso que está escribiendo una notable historia de transformación, hablan por sí solos. Según los últimos datos de la Administración Nacional de Turismo de Georgia (GNTA, por sus siglas en inglés) más de 3.862.000 turistas visitaron el país entre enero y junio, un aumento del 8,4% en comparación con el mismo período de 2018. Los ingresos por turismo entre enero y mayo aumentaron en 101 millones de dólares (cerca de 9,2% cada año en comparación con el anterior).

Año a año el sector turístico representa un porcentaje mayor del producto interior bruto del país. Desde 2014 a 2018 el sector ha visto su contribución al PIB ascender de 10,8% al 19.6%, hasta 8,8  puntos porcentuales en solo cuatro años, según la misma fuente. 

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El país está viviendo una explosión en actividades económicas relacionadas con el turismo, creada por la construcción de nuevos hoteles, el emergencia de nuevas organizaciones turísticas, la llegada de más compañías aéreas, el desarrollo de los transportes, un sector servicios en expansión... la contribución total de todo ello tiene una repercusión directa en todos los campos relacionados con el turismo.

Una localización geográfica muy original, una historia que deja un patrimonio diverso, rico, y por lo general bien preservado, y una hospitalidad evidente, son los ingredientes que indican que el país tiene todas las de ganar en este nuevo posicionamiento. El clima acompaña, ya que Georgia disfruta de un clima subtropical en el oeste y otra más seco en el este, marcado por los suaves inviernos y calurosos veranos lo que contrasta con las vecinas Armenia y Azerbaiyán donde predominan los paisajes esteparios y semidesérticos (más próximos a Asia).

Desde su independencia de la Unión Soviética en 1991, Georgia ha seguido un modelo de desarrollo económico propio, y desde el cambio de siglo apostó por reformas del recetario del Fondo Monetario Internacional, que ha llevado al país a lograr unas fuentes de financiación estables.  Así el país adoptó un modelo de desarrollo económico basado en la liberalización y la desregulación, lo que ha tenido un impacto directo en el sector turístico.

El país es un referente cultural, tanto por su cercanía a Europa como por su propia historia. Tiene una variedad de oferta turística, incluyendo sol y playa, en particular la ciudad de Batumi la capital de la región autónoma de Ajaria, en la costa del mar Negro que se erige como la ciudad con más vida del país. Georgia también tiene cordilleras, destaca las montañas del Gran Cáucaso, con diversas pistas de esquí y resorts. El terreno es fértil para cada uno de las ofertas que alberga el pequeño país (la  población no llega a los cuatro millones de personas) por lo que las posibilidades de inversión son altas.

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El país euroasiático ya se nutre de una demanda elevada de turistas de los países fronterizos, como los rusos, y la vecina Turquía. El objetivo que tiene el país ahora es atraer más turistas de la Unión Europea y América del Norte y consolidar la tendencia alcista de las llegadas de viajeros de Oriente Medio y Asia. Además, no sorprende que el actual secretario general de la Organización Mundial de Turismo, Zurab Pololikashvili, sea georgiano.

Pese a los avances, todavía queda mucho por hacer en el país y las ambiciones en el sector turístico son elevadas: para 2025, según documentos gubernamentales, Georgia quiere  triplicar los ingresos del turismo a 6.6 mil millones de dólares e incrementar el gasto turístico promedio de 328 dólares durante cinco días a 600 dólares durante una semana. 

El país, ubicado entre el Caspio y el Viejo Continente, ofrece oportunidades de inversión a las empresas españolas. España tiene la posibilidad de establecerse como un aliado natural en este proceso de expansión turística tanto a nivel técnico como práctico a través de promover el turismo hacia Georgia. 

"El ascenso del sector turístico supone asimismo una interesante posibilidad de inversión para las empresas extranjeras. Nuestras empresas en este sector son muy competitivas a nivel internacional y pueden aprovechar una ventana de oportunidad en un mercado con potencial de desarrollo", avisaba la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) a principios de este año. Pese a que su alfabeto de 33 caracteres, que no tiene letras en común con el alfabeto romano no ayuda, el inglés y otros idiomas empiezan a escucharse con más asiduidad en el país. 

Por su parte, Christine Lagarde, la gerente del FMI, aseguraba en un discurso en mayo sobre Georgia que "de hecho, el sector exportador se ha convertido en un impulsor clave del crecimiento en los últimos dos años, ofreciendo la promesa de nuevos empleos con salarios más altos. Ahora es el momento de dar el siguiente paso: desbloquear todo el potencial del sector turístico y aprovechar los recientes acuerdos comerciales con la Unión Europea y China". 

Por ello son muchos los motivos que hacen que el sector turístico georgiano sea uno de los que más ojo habrá que prestar en los próximos años.
 

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