Merkel considera “inaceptable” que Erdogan castigue a los migrantes “por su insatisfacción con Europa”

El temor a una nueva crisis obliga a Europa a intentar salvar el acuerdo migratorio con Turquía

photo_camera AFP/SAKIS MITROLIDIS - La foto, tomada desde el lado griego de la frontera greco-turca cerca de Kastanies, muestra a los migrantes esperando en el lado turco el 2 de marzo de 2020

Era octubre de 2015 cuando el por aquel entonces vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, declaraba que “el desafío que hoy enfrenta el proyecto europeo es existencial”. “La crisis de los refugiados lo ha sacado a la luz”, aseveraba. Apenas cinco años más tarde la tragedia vuelve a repetirse. La inestabilidad en la provincia de Idlib (noroeste), el último bastión rebelde en Siria ha llevado a miles de personas a huir de la guerra con la única esperanza de encontrar un lugar en el mundo donde no tengan que luchar cada día por sobrevivir. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, decidió abrir las fronteras el pasado sábado argumentando que la Unión Europea no había cumplido su promesa de asistir a los 3,6 millones de refugiados sirios que acoge. El mandatario turco explicó que había tomado esta decisión porque Turquía ya no podía hacer frente al gran número de migrantes que llegan al país huyendo de la guerra de Siria.  Erdogan ha abierto las fronteras de su país coincidiendo con el inicio de la operación ‘Escudo de Primavera’, una operación promovida por Turquía contra el régimen de Bashar Al Assad, en respuesta a los ataques del Ejército sirio contra las fuerzas turcas desplegadas en la región de Idlib. 

Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, ha criticado las acciones de Turquía en la frontera griega, alegando que es “totalmente inaceptable” que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan castigue a los migrantes “por su insatisfacción con Europa”. No obstante, Merkel ha admitido que Ankara “actualmente no se siente suficientemente apoyada” por Europa. 

Miles de personas han tenido que pasar la noche a lo largo de la frontera entre Turquía y Grecia, incluidos cientos de niños, según el personal de la Organización Internacional para las Migraciones.  Además, un número cada vez mayor de personas están atrapados en el limbo que es la frontera entre Grecia y Turquía. La OIM --que trabaja a lo largo de los 212 kilómetros de frontera entre ambos países-- observó el pasado sábado que al menos 13.000 personas se encontraban en los puestos fronterizos oficiales de Pazarkule e Ipsala. “El número de migrantes que se desplazaban por Edirne hacia la frontera crecía a lo largo del día a medida que llegaban coches, taxis y autobuses desde Estambul”, informó el jefe de la Misión de la OIM en Turquía, Lado Gvilava. Las llegadas en barco también han aumentado, lo que ha provocado que los campamentos comiencen a estar desbordados. 

Refugiados

Esta situación es “inaceptable” según Merkel, quien considera que Erdogan está llevando a todas estas personas a “un callejón sin salida”. El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, también ha hablado sobre este asunto insistiendo en que “no debemos permitir que los refugiados se conviertan en un juguete más de los intereses geopolíticos”. 

Ante esta situación, Erdogan ha pedido a Europa que asuma su responsabilidad.  “Después de que decidiésemos abrir las puertas, hubo múltiples llamadas diciendo 'ciérrenlas'. Mi respuesta fue 'ya está hecho. Ahora, Europa tendrá que asumir su parte de la carga’”, admitió Erdogan durante un discurso televisado. 

Erdogan

La situación en Siria y la actitud de Erdogan han hecho saltar todas las alarmas en la Unión Europea, que teme que se repita la crisis migratoria de 2015, en la que más de un millón de personas cruzaron a Europa.  En las últimas horas, según han recogido varios medios locales, ha habido más de 10.000 intentos de cruzar la frontera noreste de Grecia. El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis ha declarado el nivel de alerta en el país y ha prometido intensificar las patrullas terrestres y marítimas para hacer frente a la llegada de migrantes. 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, viajarán este martes a la frontera griega. Por su parte, el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE ha programado una reunión "extraordinaria" esta semana también a petición de Grecia.  

El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis ha informado este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la amenaza que supone para Grecia la llegada de cientos de migrantes y refugiados procedentes de Turquía.  Al mismo tiempo, Washington ha rechazado la solicitud de Ankara de misiles Patriot para utilizarlos en su guerra contra el Ejército sirio, respaldado por Rusia en Idlib. 

Refugiados

Grecia pidió ayuda inmediata a la UE para vigilar las fronteras orientales del país el pasado domingo; apenas un día después FRONTEX aprobó el despliegue de su fuerza de acción conocida como RABIT.  “El director ejecutivo de Frontex ha acordado hoy poner en marcha una intervención fronteriza rápida para ayudar a Grecia a hacer frente al gran número de migrantes en sus fronteras exteriores. (…) Forma parte del mandato de Frontex ayudar a un Estado miembro que se enfrenta a una situación excepcional, solicitando apoyo urgente con funcionarios y equipo de todos los Estados miembros de la UE y los países asociados de Schengen”, informó el director ejecutivo de este organismo, Fabrice Leggeri. 

“A partir del próximo año podremos contar con los primeros 700 oficiales del cuerpo permanente de la Guardia de Fronteras y Costas de Europa para proporcionar flexibilidad operativa en caso de una rápida intervención en la frontera. Hoy en día, dependemos totalmente de los estados miembros de la UE y de los países asociados a Schengen para que las contribuciones lleguen en este momento crucial”, agregó según ha recogido el diario griego To Vima. 

Tras la reunión de emergencia celebrada entre el Consejo de Asuntos Exteriores y Defensa del Gobierno griego (KYSEA), presidida por el Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis -y a la que asistieron los ministros de Asuntos Exteriores, Orden Público y Defensa, así como el presidente del Estado Mayor Conjunto y los principales mandos militares- el Gobierno anunció cinco medidas para contrarrestar lo que considera una “guerra asimétrica”. 

Estas medidas incluyen elevar al más alto nivel las medidas de vigilancia de las fronteras terrestres y marítimas orientales del país. Por otro lado, el Gobierno griego ha propuesto suspender temporalmente la presentación de solicitudes de asilo de personas que entran en el país ilegalmente.  En tercer lugar, el protocolo de actuación griego propone el retorno inmediato, siempre que sea posible, al país del que proceden todas las personas que entran en Grecia ilegalmente. 

“Negar el asilo no es una solución. Los refugiados y todos los que solicitan asilo tienen derecho a la protección internacional y deben recibir asistencia independientemente de si están en Turquía o en Europa. La Unión Europea debe asumir su responsabilidad intensificando sus compromisos de reasentamiento y asegurándose de que la ayuda humanitaria pueda llegar a los más vulnerables. Otros países no pertenecientes a la Unión Europea también podrían mostrar su apoyo ofreciéndose a reasentar a más refugiados”, ha indicado la asesora de Promoción de la Migración Europea de Save the Children, Karen Mets.

“Los niños deben tener acceso inmediato a la protección y no deben ser empujados a través de las fronteras como peones en un juego político. Los guardias fronterizos enviados a las fronteras exteriores de la UE deben respetar los derechos fundamentales, incluido el derecho a solicitar asilo”, ha añadido.

Refugiados

Amnistía Internacional considera que “las medidas inhumanas que las autoridades griegas están adoptando para impedir que la gente entre en el país son una terrible traición a las responsabilidades de Grecia en materia de Derechos Humanos y pondrán en peligro las vidas de las personas que huyen de la violencia”.  “Todo el mundo tiene derecho a solicitar asilo. Deportar a las personas sin el debido proceso podría significar devolverlas a los horrores de la guerra o exponerlas a graves violaciones de los derechos humanos, violando el principio fundamental de la no devolución", ha afirmado Eve Geddie, directora de la Oficina de Instituciones Europeas de Amnistía Internacional.

“Las imprudentes medidas que están adoptando las autoridades griegas son una flagrante violación del derecho comunitario e internacional que pondrá en peligro vidas humanas. Las personas que solicitan asilo están siendo usadas una vez más como moneda de cambio en un cruel juego político”, ha añadido.

La decisión de Erdogan de abrir las fronteras ha despertado el temor a una nueva crisis migratoria.  Europa teme, una vez más, no estar preparada para hacer frente a la llegada masiva de migrantes. Mientras tanto miles y miles de personas huyen cada día de su país con la ilusión de encontrar un lugar en el mundo donde no exista la guerra.  Europa tiene en estos momentos el reto de demostrar su valor como entidad y de permitir a los miles de refugiados que se encuentran en la frontera de Grecia dejar la desesperación a un lado para dejar paso a la esperanza. 

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