El Escorial ha acogido una jornada en la que se ha debatido el fenómeno del terrorismo yihadista en el contexto sociosanitario de la pandemia y sus desafíos

El terrorismo en la pandemia de la COVID-19

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La Fundación Víctimas del Terrorismo junto con el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo presenta en el Escorial, en el seno de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, la decimocuarta versión del curso de verano “terrorismo y antiterrorismo en tiempos de pandemia y pospandemia”, coincidiendo en un contexto en el cual el próximo septiembre se cumplirá el 20º aniversario de los atentados del 11S.

El terrorismo continúa siendo un fenómeno que, a pesar de la legislación vigente y los efectivos planes políticos y sociales ejecutados en miras de erradicar este tipo de radicalismo, sigue vigente en nuestra sociedad y sigue suponiendo una amenaza internacional que intimida con desestabilizar los ordenes políticos y sociales en términos de seguridad internacional.

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En el ejercicio del 2020, la Unión Europea volvió a sufrir diferentes ataques terroristas que se cobraron la vida de 39 ciudadanos residentes en la Unión. De esta cifra, 29 fueron víctimas del terrorismo yihadista mientras que los 10 restantes fueron asesinados por el terrorismo de la extrema derecha.

El director del curso y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis de la Corte Ibáñez, ha inaugurado la jornada expresando que “esperamos que estas jornadas cumplan vuestras expectativas en ampliar el conocimiento sobre un fenómeno que la sociedad española e internacional conocen bien”. En este sentido, “este curso tiene como propósito analizar cuál es la situación y el futuro inmediato que plantea el terrorismo”. En esta línea, De la corte ha introducido el tema afirmando que “el terrorismo yihadista constituye una serie de actividades cuyo objeto es la destrucción de los derechos fundamentales y la libertad (...) el terrorismo es la mayor amenaza para la libertad y la seguridad".

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Por otro lado, el director del centro memorial de Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, ha afirmado que este curso es “el sexto que organizamos de forma conjunta dos organizaciones públicas”. De esta forma, “el objetivo de estas sesiones es tomarle el pulso al terrorismo yihadista ya que es la principal amenaza violenta a la que tenemos que enfrentarnos”.

La inauguración de la jornada ha proseguido con la declaración de la subsecretaria del Ministerio Interior y responsable de dirección de apoyo a las víctimas, Isabel Goicoechea, expresando que es un “honor y satisfacción poder presentar este curso de verano”. En el contexto actual que atraviesa la sociedad en esta crisis sociosanitaria “el terrorismo yihadista ha mostrado una alta capacidad de adaptación y de desarrollo para estar presente en nuestra vida cotidiana”. Junto a esto, la subsecretaria ha enfatizado en la necesidad de “agilizar los instrumentos para frenar el yihadismo, desestabilizar el orden y la seguridad”.

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En cuanto a la propia visibilización de las víctimas del terrorismo, Goicoechea ha rendido homenaje a las victimas situándolas como una “referencia ética”. “Tenemos que luchar día para que ese testimonio nos lleve con mejor afán para luchar contra el terrorismo, las victimas simbolizan el símbolo de la libertad frente a la amenaza terrorista y los símbolos son fundamentales en la conformación de una sociedad”, ha declarado. “Las víctimas nos ofrecen un testimonio generoso y doliente para continuar en la lucha contra ese terrorismo implacable (…) las voces de las víctimas son el corazón del centro memorial. Permiten conocer mejor los procesos de radicalización y evitar que el terrorismo pueda crecer”.

 A la hora de referirse al terrorismo, Goicoechea ha expresado que “el terrorismo socava nuestra democracia y es lo que todos tenemos que evitar. En la democracia no cabe el terrorismo ni la violencia, no cabe atacar contra la vida y la dignidad”.

La pandemia, factor de riesgo para el desarrollo terrorista

Por otro lado, Luis de la Corte Ibáñez ha presentado una exposición en la que se ha explicado en qué medida ha podido influir en la evolución del terrorismo internacional la crisis sanitaria desencadenada a través de la pandemia. De acuerdo con Ibañez, “la pandemia es un factor de riesgo añadido muy importante en la evolución del desarrollo del terrorismo”. Con el estallido de la pandemia se intentó “tratar de mostrar que es lo que los expertos, en la cuestión del terrorismo en general y en el yihadismo en particular, plantearon que podía pasar en los primeros meses una vez que se conoce el tema de la propagación de la COVID-19 y se reconoce la pandemia el 12 de marzo”.

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Las investigaciones esperaban demostrar cómo “la pandemia iba a tener un impacto en la evolución del yihadismo terrorista (…) a partir de finales del año pasado, la ONU elaboró un primer documento en el que se sintetizaban muchas de estas previsiones en un contexto en el que se empieza a pensar que impacto puede tener el encierro domiciliario”.

La pandemia ha enfatizado “nuevas oportunidades para el terrorismo”. En el avance de los grupos terroristas en África, la pandemia ha subrayado las vulnerabilidades ya existentes tales como los ciberataques o el empleo del virus como una herramienta para poder realizar ataques ya que los terroristas podrían usar el covid como arma usando personas infectadas para que infecten a otras”, ejecutando, de esta forma, una especie de atentado biológico basados en la propagación de la pandemia.

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A corto plazo, se esperaba que los terroristas aprovecharan esta situación para ejecutar una “explotación propagandística de la crisis sanitaria, implicarse en actividades asistenciales para prevenir y ayudar a las personas a prevenir la pandemia y ganar credibilidad ante ciertas audiencias y públicos”. Como ejemplo, el investigador explica como en desastres naturales como fue el terremoto de Pakistán, algunos de esos grupos se implicaron en ayudas humanitarias con el propósito de hacer propaganda, ejemplo también sería Hamás en Palestina ya que "estaría otorgando bienes a la población que el Gobierno palestino no puede ofrecer". 

Por otro lado, con las medidas del confinamiento se esperaba que “los jóvenes iban a pasar muchas horas en las pantallas” lo que derivaría en “una multiplicación de oportunidades para los jóvenes que se pudieran exponer a la propaganda terrorista con el consiguiente aumento de la radicalización y el reclutamiento online con fines terroristas”

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A grandes rasgos, los datos demuestran que, independientemente de la pandemia, los ataques terroristas han aumentado. En la zona del Sahel, en el transcurso de los meses de enero a noviembres del 2020 se han cometido 663 ataques terroristas, en Oriente Medio se han cometido 81 atentados, mientras que en Pakistán y Afganistán los ataques han aumentado cifrándose en 870 ataques.

De la Corte concluye afirmando que “los métodos han sido los mismos, no ha habido un cambio en el modus operandi”. En esta línea, el profesor concluye afirmando que la pandemia “ha influido a la hora de acentuar las dinámicas, pero no ha funcionado como un factor de cambio”.

El terrorismo yihadista en el mundo

La jornada ha proseguido con la celebración de una mesa redonda compuesta por el director del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, Carlos Igualada, el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, Carlos Echevarría y el jefe de la Unidad de Análisis de la Seguridad Nacional, el coronel Jesús Diez Alcalde en la que se ha debatido cual es la situación actual del terrorismo yihadista en distintas zonas del mundo

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La mesa ha comenzado con la intervención de Carlos Igualada quien ha expresado que “el terrorismo yihadista es el que más afecta a Europa, un terrorismo compuesto por individuos que deciden dar el paso para cometer atentados inspirados por la influencia ideológica de los grupos terroristas”. De acuerdo con Igualada, estos ataques que se producen después de haber “consumido propaganda yihadista, una de las grandes amenazas para Europa”.

Igualada ha concluido afirmando que entre el 2018 y la mitad del 2020 “casi 50 atentados se han gestado en las prisiones o han cometidos por individuos ya sentenciados por terrorismo y a su vuelta en la sociedad lo han vuelto a cometer. Estos ataques “ponen de manifiesto que en los entornos penitenciarios no están funcionando los planes de prevención y reintegración, el problema de los retornados en Europa queda mucho trabajo por hacer y supone una de las grandes amenazas”.

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Por su parte, Carlos Echevarría ha afirmado que el confinamiento y la inactividad suponen un parón y una adaptación y una continuación al esfuerzo”. A pesar de la pandemia, en el Magreb y en Oriente Medio “se ha seguido combatiendo en Siria y en Libia por lo que el coronavirus no ha paralizado la guerra”.

“En la zona del Magreb la situación es tan preocupante que quienes van a sacar partido van a ser entre otros los yihadistas ya que es el estado propicio para que la ideología se propague. Los actores yihadistas tienen una ventana de oportunidad enorme”. Otro ejemplo sería la enemistad entre Argelia y Marruecos ya que “se llevan peor que nunca, lo que supone una buena noticia para el yihadismo”. El profesor ha proseguido explicando que estos “escenarios de caos y tensión “es siempre aprovechado por el enemigo yihadista”.

En el caso de Túnez, “es un país en proceso de desmoronamiento ya que “la situación política y social es terrible, lo que supone que esas raíces yihadistas tengan un espacio propicio para hacer su propaganda y difusión”. Además, indica que Mauritania puede ser un estado vulnerable que adquiera esta dinámica terrorista como parte de “un efecto contagio de lo que está ocurriendo en el Magreb y Sahel”.

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Para finalizar el debate el coronel Jesús Díez Alcalde cuestiona si la respuesta internacional es suficiente. El coronel advierte que “el yihadismo ha venido a quedarse o esa es su pretensión ínfima”. En esta línea, el yihadismo “tiene una interpretación rigorista y excluyente del islam y posee una visión apocalíptica del mundo en la que se pretende enfrentar a los musulmanes y el resto de las religiones”.

“La amenaza es extremadamente difusa y complicada porque entrar en el razonamiento de por que un yihadista se convierte es complicado y no se puede generalizar, nuestro primer gran error es tratar de generalizar. África cuenta con 1.700 millones de habitantes de los que 750 millones son jóvenes que quieren hacer su vida sin abrazar ningún tipo de radicalismo”. Junto a esto, Díez afirma que "el yihadismo es una lucha contra todos, supone un escenario tremendamente complicado, las medidas en el ámbito de la seguridad no van a ser suficiente” ya que el terrorismo “se expande de una forma incontrolada al Golfo de Guinea, ha entrado en el Congo y ha abierto un escenario de yihadismo en el África del sur". 

En el 2016 nadie hablaba de yihadismo en la áfrica subsahariana y ahora en el Sahel, en Níger, en el Congo, Mozambique o en Somalia hablamos de expansión de terrorismo y no de recesión. En este sentido Díez se plantea si las medidas que se están ejecutando por parte de las instituciones son las mejores, a lo que habría que analizar si las respuestas ofrecidas son las más correctas.

Como soluciones y concluyendo la mesa, el coronel Díez apuesta por “dar expectativas de vida a las sociedades para que no abracen el yihadismo” y apoyar el “desarrollo de sus propias de fuerzas seguridad y dar enfoque integral con el que podremos empezar a vislumbrar la lacra del yihadismo”.

Los yihadistas europeos desplazados a Siria e Irak

En la segunda parte del curso, la periodista especializada en yihadismo, Pilar Cebrián ha protagonizado el segundo bloque del día centrándose en los yihadistas europeos desplazados a Siria e Irak. La periodista expone que “Turquía ha sido la pasarela del Daesh. Los europeos que estábamos allí veíamos en el aeropuerto de Estambul ingleses vistiendo niqabs hasta la frontera con Siria. Éramos conscientes de lo que estábamos pasando y éramos testigos de la construcción del mal llamado califato (…) el Daesh por primera vez se convertía en un grupo terrorista que controlaba fronteras y población”.

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En este aspecto y de acuerdo con la Interpol, 5.000 desplazados se han ido a Siria desde Europa. Este ranking lo lidera Francia que cuenta con 1900 desplazados, según datos ofrecidos por el ministerio de Interior. Alemania habría registrado 940 desplazados, seguida de Reino Unido con 850 desplazados junto con Bélgica con 500 desplazados y España con 248, de acuerdo con la policía nacional.

A estas cifras se les suma las 73.000 personas en los campos de al Hol, que cuenta en la actualidad con 11.200 extranjeros de los que1.200 son europeos. Por otra parte, el campo de al Roj cuenta con 1.700 desplazados, según la ONU. Cebrián afirma que en estos campos "los yihadistas van libremente, no hay control, se puede ver una suerte de califato en el campamento (...) para ellos el yihadismo es una respuesta y cuando descubren esta propaganda creen que la única manera que tienes de salvarte es saliendo de tu país, por lo que los yihadistas europeos se movilizan hacia el califato como una manera de purgarse”, concluye. 

 
 
 

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