Emiratos Árabes Unidos y Qatar también libran su batalla en Somalia

Alex Erquicia 

Pie de foto: El puerto de Berbera, localizado en Somalilandia, nación-estado independentista sin reconocimiento internacional, es uno de los motivos de la tensión entre EAU y Somalia: DP World, propiedad del Emirato de Dubái, firmó un acuerdo con Somalilandia para las ampliaciones del mismo que va en detrimento de la soberanía de la República Federal de Somalia y la unidad del país, según Mogadiscio. AFP/ ZACHARIAS ABUBEKER

Los tejemanejes de los países del Golfo en el cuerno de África están llevando a Somalia a convertirse en un lugar más incierto aún profundizando las existentes divisiones territoriales. Los principales países enfrentados en el conflicto regional, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Qatar, han llevado su disputa más allá de la región del golfo Pérsico y cruzan el estrecho estratégico de Bab el Mandeb (que une el Mar Rojo con el Océano Índico) hacia el continente africano, a Somalia, campo de batalla de importancia para la región del Golfo. Somalia se ha convertido en otra muestra más del deseo de EAU y Qatar, a través de una ambiciosa política exterior, de ser potencias económicas y regionales. 

La batalla por la hegemonía en Somalia entre EAU, que durante la última década ha desarrollado grandes inversiones en el país y la región, y Qatar, con una apuesta más reciente, no hace más que profundizar las inestabilidades en Somalia: principalmente la poca integridad territorial y la estabilidad institucional a nivel nacional que además sirve como práctica para que dicho pulso se replique en otros países como Sudán. Mientras tanto, el país africano experimenta un conflicto interno marcado por la fragmentación étnica que se perpetúa mientras que se vuelve un lugar más estratégico para la mayoría de potencias internacionales.

Pie de foto: El Embajador de Qatar en Somalia, Hassan bin Hamza Hashem. ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar via Twitter

La situación ha llegado a tal punto de tener un componente geopolítico, y diplomático, de primer nivel, con ramificaciones en distintos países y sectores económicos. Así, parece que Somalia se está convirtiendo en una lucha entre las monarquías del golfo Pérsico compitiendo por el poder y los beneficios en el Cuerno de África. Se trata de una  zona aledaño con la península Arábiga y con una situación estratégica: puertos, bases militares, comercio internacional, pozos de petróleo, tráfico de mercancías, de armas y de poblaciones.

En una grabación un empresario cercano al emir de Qatar asegura al embajador qatarí en Somalia, Hassan bin Hamza Hashem, que en mayo se llevó a cabo un ataque extremista en Bosaso (principal ciudad portuaria, en el Golfo de Adén y al noreste del país) para promover los intereses de Doha en el país contra los Emiratos Árabes Unidos. "Los atentados y los asesinatos, sabemos quién está detrás de ello", dice el hombre de negocios Khalifa Kayed al-Muhanad dijo en una llamada al Embajador el 18 de mayo, una semana después del ataque, según el audio obtenido por el New York Times

Pie de foto: El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi, en la toma de posesión del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, el 25 de mayo de 2019. AFP/MICHELE SPATARI

Al-Muhanadi dice que el ataque se realizó para "hacer que la gente de Dubai huyera de allí" en referencia a la capital económica de los Emiratos. "Dejen que echen los Emiratos, para que no renueven los contratos con ellos, y traeré el contrato aquí a Doha", dijo el empresario según las revelaciones y recogidos en el artículo titulado 'Con armas, dinero en efectivo y terrorismo, los Estados del Golfo compiten por el poder en Somalia'.

Si sus afirmaciones son certeras, son nuevas pruebas sorprendentes del potencial de la competencia entre los Estados del Golfo persa para provocar conflictos en el cuerno de África, asegura el diario estadounidense. "Somalia es el ejemplo más vívido de desestabilización potencial traída por la rivalidad en el Golfo", asegura Zach Vertin, del Brookings Institution al NYT. 

Doha y el resto de países de la península arábiga han estado utilizando Somalia como un trampolín para sus crecientes ambiciones regionales, tanto en el Golfo como en África, desde que estalló la crisis del Golfo en 2017 cuando Arabia Saudí, EAU, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con ese pequeño pero rico Estado del golfo Pérsico. Algunos dicen que la lucha por el poder en Somalia y el Cuerno de África es una extensión de la Guerra Fría que ha irrumpido en la región desde la Primavera Árabe hace más de ocho años. 

Pie de foto: El presidente Donald Trump da la bienvenida al emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, a su llegada a la Casa Blanca, el 9 de julio de 2019, en Washington. AP/ALEX BRANDON

Preguntados por la grabación, ni el empresario al-Muhanadi ni el gobierno de Qatar negaron la autenticidad de la llamada telefónica aunque ambos dijeron que hablaba como un ciudadano privado y no era un oficial gubernamental. La grabación de la llamada telefónica fue realizada por una "agencia de inteligencia extranjera que se opone a la política exterior de Qatar".

Desde la elección de un nuevo presidente somalí, Mohamed Abdullahi Mohamed, en 2017 y coincidiendo con el estallido de la crisis diplomática del Golfo, la relación de Somalia con EAU se ha deteriorado constantemente. El rico estado del Golfo parece decidido a castigar a la nación costera, devastada por la guerra, por negarse a tomar partido en su disputa diplomática con Qatar (se han mantenido neutrales) y ha retirado activamente el apoyo militar (pese a que EAU mantiene el estatus de ser el mayor socio comercial de Somalia). En consecuencia, EAU corre el riesgo de deshacer su récord de progreso en el Cuerno de África, explicaba Global Risk Insights en abril. Turquía, mientras tanto, también ha mostrado más cercanía a Somalia en los últimos tiempos. 

Abu Dhabi ha acusado al gobierno central de Somalia de alinearse con Doha mientras que Somalia alega que EAU perturba la unidad somalí apoyando a Somalilandia, un estado somalí independentista del noroeste del país. Somalilandia se separó de Somalia en 1991 y desde entonces ha actuado como un estado independiente de facto, pero no es reconocido internacionalmente. Allí, la ciudad portuaria de Berbera que ha recibido ingentes inversiones de EAU (hasta 442 millones de dólares), se ha convertido en el principal punto de tensión entre Somalia y EAU. La estatal de Dubái DP World firmó un contrato para ampliat y operar el puerto con Somalilandia que fue anulado por el Gobierno de Mogadiscio pese a que las construcciones avanzan. 

Pie de foto: El avión de Qatar Airways a su llegada por primera vez al Aeropuerto Internacional Aden Abdulle de Mogadiscio, Somalia, el 1 de julio de 2019. REUTERS/FEISAL OMAR

Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando el dictador Mohamed Siad Barre fue derrocado tras una guerra civil, lo que dejó al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados. La rivalidad feroz entre Emiratos y Qatar amenaza ahora, aún más, la soberanía y la integridad territorial de Somalia. Mientras tanto, el grupo terrorista Al Shabab, que se adhirió formalmente a la red terrorista Al Qaeda en 2012, controla parte del centro y el sur de Somalia y lucha con el objetivo de instaurar un Estado islámico de corte wahabí en ese país.

Qatar Airways llega a Somalia 

A principios del mes de julio la aerolínea estatal Qatar Airways estrenó operaciones en Somalia con el primer vuelo Doha-Mogadiscio. "Hemos respondido a la creciente demanda de los clientes por servicios a Somalia y desde hoy volaremos tres veces a la semana entre las dos capitales", dijo un responsable de la aerolínea. Qatar Airways opera 127 vuelos a la semana a 22 destinos en cinco países africanos.

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