El ministro de Estado de Asuntos Exteriores emiratí denunció que la nación euroasiática se mueve por “ilusiones coloniales”

Emiratos exige a Turquía detener sus injerencias en los asuntos árabes

AFP/KARIM SAHIB - El ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Anwar Gargash

Anwar Gargash, ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), señaló a Turquía este sábado por actuar en base a “ilusiones coloniales” y exigió que detenga sus “injerencias” en los asuntos árabes después del contencioso que prosigue en la guerra civil de Libia, donde el país turco participa a favor de la facción del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) del primer ministro Fayez Sarraj enviando mercenarios a sueldo provenientes de Siria supuestamente vinculados a grupos ligados en el pasado a organizaciones yihadistas como Daesh y Al-Qaeda. 

Emiratos se posicionó en el conflicto bélico del país norteafricano a favor del bando contrario, el representado por el Ejército Nacional de Libia (LNA, por sus siglas en inglés) del mariscal Jalifa Haftar, que actúa en alianza con el otro Ejecutivo oriental de Tobruk. Esta parte también recibe el soporte de potencias como Rusia, Francia, Arabia Saudí o Egipto. Mientras, por otro lado, el GNA, reconocido internacionalmente por la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde 2016, es sustentado a su vez por el apoyo financiero de Qatar, además de por la ayuda militar turca. Precisamente, la monarquía del Golfo vive instalada en la polémica por ser vinculada a los Hermanos Musulmanes, entidad radical considerada terrorista por varios países occidentales y que es acusada de promover la inestabilidad en diferentes países de la región.

"Las relaciones no se manejan con amenazas e intimidación, y en este momento no hay lugar para las ilusiones coloniales; y es mejor que Turquía detenga sus injerencias en los asuntos árabes", indicó Gargash en su cuenta oficial de la red social Twitter. En este caso, haciendo alusión a la intromisión turca en Libia y también en la guerra civil de Siria, donde la nación otomana se posicionó con su Ejército en el entorno de Idlib, último reducto rebelde de los insurgentes opositores al régimen de Bachar al-Asad, el cual recibe el soporte de la Rusia de Vladimir Putin. 

Esta semana, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, acusó a EAU de apoyar a grupos terroristas contrarios a Turquía y prometió pedirle responsabilidades por sus acciones en Siria y Libia cuando llegue el momento adecuado. Akar lanzó este ataque a Emiratos a través de los medios de comunicación qataríes.

Anwar Gargash calificó de "provocativas" estas declaraciones y se refirió a ellas además como "fallo diplomático", insistiendo en que la "Sublime Puerta" (nombre que se le daba a la autoridad central del Imperio Otomano) y "el Estado Supremo y sus firmanes (decretos de la época)" pertenecen "al archivo histórico". El ministro de Estado de Asuntos Exteriores emiratí acabó instando así a Turquía a abandonar sus “delirios coloniales”.

El régimen turco comandado por el presidente Recep Tayyip Erdogan no ha detenido su intervención en los asuntos árabes y se ha dedicado a seguir enviando mercenarios a Siria, Libia e incluso Irak para alimentar el caos en esos países y reforzar su posición geoestratégica en el Mediterráneo y Oriente Medio, con el objetivo soterrado también de beneficiarse de la explotación de determinadas zonas económicas valiosas por su gas y petróleo, como han apuntado diversos analistas. Algo que puede dar muestra de ciertas ambiciones coloniales del régimen de Ankara.

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía

De esta forma, el Estado turco continúa desafiando a la comunidad internacional y enviando más armas y mercenarios procedentes de territorio sirio a los escenarios de conflicto en Libia para apoyar al GNA de Sarraj, con el que selló a finales del año pasado un acuerdo para garantizar el apoyo militar y para repartir zonas económicas en el arco mediterráneo, lo que constituye un obstáculo para los esfuerzos internacionales de cara a calmar la situación y negociar una salida. 

El LNA de Jalifa Haftar tenía dominada la situación de la guerra libia y en abril de 2019 lanzó una ofensiva para conquistar Trípoli, el último bastión importante que conservaba el GNA, pero la intervención turca provocó que las fuerzas leales a Sarraj ganasen terreno y recuperasen enclaves importantes como Sorman, Sabratha y la base aérea de Al-Watiya. Llegando a anunciar incluso el intento de toma de la ciudad portuaria de Sirte, localización que es considerada como una línea roja por el vecino Egipto, que, en palabras de su presidente Abdel Fattah al-Sisi, advirtió con una posible intervención militar contra el bando del GNA y Turquía si se atacaba esa zona después de haber intentado un proceso de mediación.

Emiratos Árabes Unidos elogió los esfuerzos previos de El Cairo para detener la escalada de tensión de cara a buscar una salida pacífica de la crisis libia. "Continuamos nuestros esfuerzos con El Cairo para buscar un alto el fuego inmediato y activar la vía política", reseñó Anwar Gargash en Twitter.  

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