Si todo se desarrolla según lo previsto, despegará a mediados de julio y llegará al Planeta Rojo a principios de 2021, unos 7 meses después de su lanzamiento

Emiratos hace frente al coronavirus y envía su sonda marciana a Japón para despegar en verano

photo_camera PHOTO/WAM - Su Alteza Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente, primer ministro y gobernante de Dubái, y Su Alteza Sheikh Mohamed bin Zayed Al Nahyan, Príncipe Heredero de Abu Dhabi y Segundo Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de los EAU, firman la integración en la sonda marciana del ultimo componente

La pandemia de coronavirus no parece que vaya a impedir que la primera sonda interplanetaria de la Unión de Emiratos Árabes (UEA) pueda despegar desde Japón en la segunda quincena del mes de julio, viajar por el cosmos al encuentro del Planeta Rojo y llegar a su órbita a principios de 2021, tal y como está programado desde hace más de cinco años. Con una población de 126 millones de habitantes, el país de los almendros en flor tan solo ha notificado 11.135 casos de coronavirus y 263 personas fallecidas, según datos del 21 de abril de la Universidad John Hopkins. No obstante, a pesar de tener controlada la propagación del COVID-19, las autoridades de Tokio se han puesto de acuerdo con las Abu Dhabi y han adelantado la llegada de la astronave al Centro Espacial de Tanegashima, desde donde la sonda marciana emiratí Al Amal ‒“Esperanza”, en español‒ partirá al espacio en la ventana de despegue comprendida entre el 14 de julio y el 3 de agosto.

La intención de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) es iniciar la campaña de lanzamiento con mucha antelación, al objeto de sortear desagradables sorpresas y retrasos de última hora en el despegue del lanzador japonés H-IIA causadas por un posible descontrol del coronavirus.

Visión artística de la astronave de Emiratos en órbita alrededor de Marte. Se espera que llegue en el primer trimestre del 2021 si su puesta en órbita se lleva a cabo desde Japón este verano

A pesar de que la sonda Al Amal ‒también llamada Hope por su significado en inglés‒ ha sido desarrollada y fabricada en su mayor parte en Estados Unidos, el presidente de la Agencia Espacial de Emiratos, Su Alteza Ahmad bin Abdulla Humaid Belhoul Al Falasi, ha confiado la misión a la Agencia Espacial de Japón, que puso el orbita con éxito su satélite de observación KhalifaSat en octubre de 2018.

La operación de traslado de la astronave desde Dubái a Tanegashima ya está en marcha y se ha mantenido bajo estrictas normas de confidencialidad. Lo poco que se sabe es consecuencia de lo tratado en la 38 reunión del Grupo de Análisis del Programa de Exploración de Marte celebrada por teleconferencia entre los días 15 y 17 de abril.

La etapa superior del H-IIA que pondrá en órbita la astronave marciana de Emiratos ya tiene adherido el logotipo de la misión. Una vez completado, el cohete medirá 53 metros de altura y pesará 289 toneladas
Las pruebas de comunicaciones se han realizado en Dubái

Desde hace varias semanas, un equipo de ingenieros emiraties ya se encuentra en Japón, a la espera de la llegada de la sonda espacial. Tras haber sido sometido a dos semanas de cuarentena, se encuentran en la base espacial de Tanegashima, coordinando con los técnicos espaciales japoneses la recepción de la astronave y las primeras actividades de cara a su inserción en el cohete H-IIA.

La sonda espacial completó las pruebas ambientales en Estados Unidos en diciembre y luego fue transportada al Centro Espacial de Dubái, para probar y verificar el correcto enlace de las comunicaciones entre la astronave y el centro de control de la misión, conocida como EMM, acrónimo de Emirates Mars Mission. Los planes iniciales establecían que el periodo de ensayos en territorio de Emiratos concluiría el próximo mes de mayo, después de lo cual la astronave sería enviada al Centro Espacial de Tanegashima, en Japón, para iniciar la campaña de lanzamiento, que debía prolongarse durante unos dos meses.

La sonda Al Amal viaja en un contenedor especial semejante al de la imagen. La operación de traslado de la astronave desde Dubái a Tanegashima ya está en marcha y se ha mantenido bajo estrictas normas de confidencialidad

Sin embargo, el temor al posible incremento de los efectos letales de la pandemia en ambos países ha alterado el calendario de actividades y el traslado a territorio japonés se ha adelantado a la presente semana. La consecuencia ha sido que no se han podido completar todos los test programados, “salvo las pruebas críticas”, asegura el jefe de proyecto, Omran Sharaf, que también es el director del Departamento de Gestión de Programas del Centro Espacial Mohammed bin Rashid de Dubái.

Un equipo de ingenieros emiraties ha ido por delante de la astronave y ya se encuentra en Japón, a la espera de la llegada de la sonda espacial. Sus integrantes han sido sometidos a dos semanas de cuarentena, pero ya están en la base espacial de Tanegashima coordinando con los técnicos espaciales japoneses la recepción y poder empezar los trabajos de comprobación de su estado tras un viaje de cerca de 7.500 kilómetros.

El temor al posible incremento de los efectos letales de la pandemia ha alterado el calendario de actividades y ha impedido completar todos los test programados en Dubái, salvo las pruebas críticas
La piedra angular de las ambiciones espaciales de Emiratos

Los especialistas de Emiratos que acompañan a la sonda espacial en su traslado hasta Japón también deben permanecer en aislamiento durante dos semanas, como medida previa a su participación en la campaña de lanzamiento. Superada la cuarentena, todos ellos se sumaran a los técnicos de Tanegashima en llevar a cabo las comprobaciones finales, el llenado de los depósitos de combustible de la sonda y, finalmente, procederán a su integración a bordo del lanzador japonés H-IIA.
 
La misión es la primera misión marciana e interplanetaria de Emiratos y representa “la piedra angular de las crecientes ambiciones espaciales del país”, destaca Omran Sharaf. La astronave viajará por el espacio alrededor de 200 días para recorrer los 60 millones de kilómetros que separan a la Tierra de la órbita del Planeta Rojo. 

Los tres instrumentos científicos que lleva a bordo obtendrán datos para encontrar conexiones entre el pasado y el actual clima marciano y estudiar las causas que provocan que Marte pierda hidrógeno y oxígeno

De 1,5 toneladas de peso al despegue, viajará a una velocidad de crucero de 126.000 km/h y se situará en una órbita comprendida entre los 22.000 y 44.000 kilómetros de altura de la superficie marciana. Desde allí y durante 2 años ‒con la posibilidad de otros 2 más‒, los tres instrumentos científicos que lleva a bordo obtendrán datos para “encontrar conexiones entre el pasado y el actual clima marciano y estudiar las causas que provocan que Marte pierda hidrógeno y oxígeno”, detalla Omran Sharaf. Pero también se quiere investigar “la interconexión entre los niveles inferior y superior de la atmósfera marciana y crear la primera imagen global de cómo cambia la atmósfera marciana a lo largo del tiempo”.

La finalidad de la misión es doble. Aunque los siete emiratos que componen la Unión son ricos en petróleo, a sus autoridades no se les escapa que el oro negro no fluirá de forma permanente. Por ello “estamos sentando las bases para invertir nuestra riqueza actual en nuevas industrias basadas en el conocimiento y una de ellas es la vinculada con la industria y la exploración espacial”, recalca el jefe de proyecto.

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