El reencuentro entre Erdogan y Mohammed bin Zayed después de una década se salda con un balón de oxígeno para la maltrecha economía turca

Emiratos inyectará 10.000 millones de dólares en Turquía

photo_camera PHOTO/BANDAR ALGALOUD - El príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohamed bin Zayed al-Nahyan

El jeque Mohammed bin Zayed al-Nahyan, príncipe heredero de Abu Dabi y gobernante ‘de facto’ de Emiratos, ha visitado este miércoles Turquía por primera vez en 10 años. A su llegada al Palacio Presidencial de Ankara, le esperaba el presidente Erdogan acompañado de una banda musical. Una potente imagen capaz de representar el punto de inflexión que supone para la región el encuentro entre ambos líderes tras una década de máxima rivalidad.

El acercamiento entre las partes llevaba gestándose unos meses. De hecho, el propio Erdogan telefoneó al príncipe heredero el pasado 31 de agosto “para discutir sus relaciones bilaterales”. Sin embargo, ha sido hoy cuando ambos mandatarios han mantenido su primer cara a cara desde 2012. Un encuentro fructífero, sobre todo para Turquía, ya que Emiratos ha accedido a inyectar 10.000 millones de dólares en el país, según la agencia estatal turca Anadolu.

Erdogan y Mohammed bin Zayed han acordado un amplio paquete de inversiones en las áreas de energía y tecnología, según Reuters. El fondo de inversión de Abu Dabi, Abu Dhabi Development Holding (ADQ), cerró un acuerdo de cooperación bancaria, sanitaria, portuaria y logística, así como una fuerte inversión en infraestructuras con el Turkish Wealth Fund (TVF), la Oficina de Inversiones de la Presidencia turca y diversas compañías locales.

Un plan de inversión transversal, enfocado en fondos tecnológicos y energéticos, que dejarían atrás las disputas que han monopolizado sus relaciones. Además, la inyección económica insufla oxígeno al presidente turco en un momento delicado para el líder islamista, justo cuando la lira se desploma, la inflación avanza a pasos agigantados y afronta nuevas protestas en contra de su Gobierno. Y beneficia la hoja de ruta emiratí.

Erdogan y Mohammed bin Zayed

Los intereses de Emiratos y Turquía han sido divergentes. De una u otra forma, ambas partes acababan encontrándose en facciones distintas en todos y cada uno de los conflictos regionales, siendo Libia el escenario que mejor ejemplifica sus desavenencias. Y es que, desde el estallido de las Primaveras Árabes, sendos actores han competido por ganar peso e influencia desde el Magreb hasta el Cuerno de África.

Pero sus agendas han vuelto a coincidir una década después, en un escenario marcado por la resaca de la crisis económica generada por la COVID-19. Hecho que Erdogan no ha dejado pasar para invitar al líder emiratí a Turquía y reabrir una vía de diálogo. El mandatario otomano vive sus horas más bajas en el poder con la lira por los suelos, y necesita a toda costa inversión extranjera. Mientras que Emiratos enfoca su diplomacia hacia el desarrollo económico y tiene fondos de sobra para gastar.

Por eso Erdogan trata de reparar las relaciones con sus vecinos, especialmente con los países del Golfo, con los que mantenía hasta la fecha una disputa por la hegemonía regional. Ankara instigó en 2011 las revueltas y promocionó el islamismo político al calor de las Primaveras Árabes. Acciones que generaron el rechazo de El Cairo, Abu Dabi y Riad, celosos de la estabilidad de sus regímenes. Sólo quedaba Qatar como socio preferente, pero Doha rebajó tensiones con sus vecinos en la cumbre de Al-Ula del pasado mes de enero.

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