Enrique Blanco, directivo de Alsa: “Ofrecemos el mismo producto en todos los países en los que invertimos y apostamos por el empleo local”
De transportar viajeros entre Luarca y Oviedo a gestionar flotas de autobuses en tres continentes distintos. Esta es la trayectoria de la compañía Alsa, que se fundó en 1923 en Asturias como una empresa familiar y hoy es uno de los mayores operadores privados de transporte del mundo. Su incursión en Marruecos comenzó en 1999, cuando consiguieron un pequeño contrato de transporte urbano en Marrakech. Enrique Blanco, director de desarrollo internacional del grupo, ha desgranado las claves de su expansión en el exterior. “Ofrecemos el mismo producto en todos los países en los que invertimos y apostamos por el empleo local”, ha afirmado este jueves durante la jornada 'Magreb, Oriente Medio y Europa: cooperación empresarial', organizada por la revista Atalayar y Madrid Foro Empresarial en la sede de Deusto Business School en Madrid.
Hace ya 20 años que Alsa decidió iniciar operaciones en Marruecos. “Es un grupo empresarial muy adverso al riesgo y muy conservador en sus inversiones. Elegimos Marruecos por la seguridad y estabilidad que nos ofrecían las autoridades”, ha explicado Enrique Blanco, director de desarrollo internacional de la compañía. La apuesta ha sido un caso de éxito y el pasado mes de octubre Alsa se hacía con un contrato de 10 años para gestionar el transporte urbano de Casablanca. La compañía calcula que facturará hasta 729 millones de euros en el tiempo que dure la concesión.
Después de 20 años operando en Marruecos, Alsa se ha integrado en el país y actualmente más del 90% de sus trabajadores son locales. “Cuando iniciamos la expansión en Marruecos, los directivos y mandos intermedios eran españoles, pero muchos ya se han quedado allí y han formado lazos familiares. Además, cada vez se incorpora más personal local a la dirección. Podemos hablar casi de una compañía local”, ha asegurado Blanco, que ha recalcado que su apuesta por este país es clara y que nunca han desinvertido.
Alsa fue comprada en 2005 por una multinacional inglesa, lo que impulsó a la compañía a expandirse por Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Blanco ha señalado que una de las claves de su éxito en el exterior es ofrecer la misma calidad de servicio en todos los lugares. “No podemos considerar a Marruecos un país se segunda. Los autobuses son los mismos que utilizamos en España, el mantenimiento lo hacemos de forma interna y no lo externalizamos”, ha explicado Blanco, que ha indicado que para 2020 se han marcado el objetivo de siniestralidad 0 en Marruecos. “Allí tenemos que alcanzar exactamente los mismos criterios de seguridad que se aplican en España”, ha recalcado.
Blanco también ha relatado las dificultades de operar en un país como Marruecos. “Tenemos que competir con empresas públicas muy potentes y con los servicios de transporte informal”, ha afirmado Blanco. Este directivo ha explicado que ahora se plantean entrar en el transporte de larga distancia y otros sectores en el país, pero aún tienen que estudiar sus posibilidades. “Queremos que esta experiencia nos sirva de faro para crecer y plantearnos otros proyectos en África”, ha asegurado.
Al ser preguntado si van a extender sus operaciones a otros países del Mediterráneo, Blanco ha afirmado que lo que Alsa busca es estabilidad y garantías por parte de los Gobiernos. “De momento no nos hemos sentido respaldados para instalarnos en otros países. Las autoridades no nos aseguraban estabilidad y garantías. El compromiso real es fundamental”, ha concluido.
