La tensión entre los gobiernos de Siria y Turquía aumenta cada día. Este lunes, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha pronunciado unas duras palabras contra el Ejército Árabe Sirio, que continúa su avance hacia la ciudad de Idlib. Mientras tanto, las tropas de Ankara han iniciado una nueva operación militar en el noroeste de Siria que se conoce como ‘Escudo de Primavera’.
“No quedará ni una cabeza sobre los hombros de los soldados sirios” que no retrocedan hasta las líneas de frente estipuladas por Turquía, ha advertido Erdogan en una intervención pública ante los miembros de su partido, Justicia y Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco). Por el momento, las cifras que ofrecen las agencias turcas oficialistas sitúan en más de 2500 las bajas infligidas a las Fuerzas Armadas sirias desde el pasado jueves. También afirman haber destruido 135 tanques, además de otras unidades de equipamiento militar.
Aunque estos números deben ser tenidos en cuenta con cierta cautela, Erdogan ha avisado que esta ofensiva “no es más que el principio”. “Apenas estamos comenzando a demostrar nuestra verdadera fuerza a aquellos que perciben nuestra sensibilidad como [una renuencia] a derramar sangre, a golpear o a hacer sufrir, o como debilidad y timidez”, ha sentenciado el mandatario turco.
Erdogan ha reiterado que no está buscando la confrontación directa con los aliados de Damasco. “Vuelvo a apelar una vez más a Rusia e Irán. No tenemos problemas con ustedes. Estamos luchando para resolver la crisis humanitaria causada por millones de personas dirigiéndose a nuestro país desde Siria y para asegurar la seguridad de nuestras tierras”, ha aseverado el mandatario en referencia al casi millón de personas refugiadas que ha dejado Idlib y sus proximidades desde el pasado mes de diciembre, según los números proporcionados por Naciones Unidas.
“Le dije al señor Putin: ‘¿Cuál es su asunto allí? Si quieren establecer una base, háganlo, pero salgan de nuestro camino y déjennos cara a cara con el régimen’”, ha comentado el presidente turco cuando se le ha preguntado por la conversación que mantuvo con Putin en la mañana del pasado viernes después del ataque sirio que mató a 33 personas el jueves por la noche.
La Embajada de Turquía en España ha hecho pública una comunicación en la que llama a la comunidad internacional a apoyar a Ankara frente a las “agresiones del régimen en Idlib”, que es el que está causando un éxodo masivo cuya responsabilidad “Turquía no puede ni debe asumir por sí sola”. La nota recalca que los ataques llevados a cabo por Al-Asad no se ajustan a ningún tipo de legalidad: “El régimen está cometiendo graves violaciones equivalentes a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Estas es otra prueba más de la prolongada aspiración del régimen de sobrevivir al conflicto mediante una ‘victoria militar’”.
Las llamadas del secretario general de la ONU António Guterres y de las instituciones comunitarias a la desescalada del conflicto no han surtido mucho efecto. Rusia, de momento, no ha elevado tanto el tono, pero ha avisado a las autoridades de Ankara de que no puede garantizar la seguridad de las aeronaves turcas en el espacio aéreo de la región de Idlib, cerrado por Damasco desde este domingo.
Sobre el terreno, los combates este lunes se han centrado en la ciudad estratégica de Saraqeb. Ha sido reconquistada en las últimas horas por las unidades militares del régimen de Bachar al-Asad después de haber estado en manos de los rebeldes proturcos desde hace unas semanas. Saraqeb es importante porque, en esa localidad, se encuentra la intersección entre las carreteras M4 y M5, dos de las principales vías de comunicación de toda la provincia de Idlib.
En el transcurso de esta operación, las unidades terrestres sirias han estado asistidas por la aviación rusa y por milicias respaldadas por Irán. De cara al encuentro bilateral entre Erdogan y Vladimir Putin que se celebrará el próximo jueves, 5 de marzo, en Moscú, el control de este núcleo urbano se perfila como una baza importante. Quien controle Saraqeb, tendrá muchas opciones de asegurar su presencia en Idlib.