Erdogan pierde un aliado fundamental y tiembla ante una escisión en su partido

Alex Erquicia  

Los dolores de cabeza se le acumulan al presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan desde la pérdida de su partido de las, repetidas, elecciones a la Alcaldía de Estambul. El último golpe es el que más daño le puede acarrear al líder turco, reconvertido en Sultán con el objetivo de acaparar más poder, que ve como algunos empiezan a poner en duda su gestión al frente del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), el partido islamista que gobierna Turquía desde 2002.

Ali Babacan, ministro de Economía entre 2002 y 2007 y luego responsable de Exteriores hasta 2009, y hombre de confianza de Erdogan, anunció el lunes que abandona el partido islamista AKP, del que fue fundador junto con el presidente Recep Tayyip Erdogan. Como consecuencia, coge fuerza el debate sobre un posible cisma en la formación política que se enfrenta a una delicada situación tanto en lo político como también en lo económico (la lira turca perdió cerca del 30% de su valor respecto al euro en 2018).

El anuncio llega días después de que Erdogan despidiera al gobernador del Banco Central de Turquía, lo cual agravó el clima de discrepancia dentro del partido gobernante. Muchos aseguran que esa decisión fue porque el gobernador, Murat Çetinkaya, rechazó las presiones del mandatario para bajar los tipos de interés. Las diferencias de política entre el gobierno y el banco se intensificaron ante una crisis económica que vive el país marcado por la alta inflación.

Babacan publicó una carta asegurando que en los últimos años se han abierto "profundas fisuras" entre sus valores y los del partido, que gobierna Turquía desde 2002. "He experimentado una separación de cabeza y de corazón", afirma el político, tras recordar que durante catorce años fue miembro de la ejecutiva del AKP, partido que ayudó a fundar en 2001. "Se ha vuelto inevitable iniciar un nuevo trabajo para el presente y futuro de Turquía. Tanto yo como muchos amigos sentimos una gran e histórica responsabilidad hacia este trabajo", apuntó.

Los rumores de una escisión en el AKP se vienen escuchando en los últimos tiempos y la noticia de la salida de Babacan no hace más que agudizarlos. Así, la idea de que el ex ministro de Economía planee fundar un nuevo partido para competir con el AKP en las elecciones generales previstas para 2023 coge fuerza.

El malestar se ha incrementado tras las elecciones regionales de este año en las que el AKP perdió el control de Ankara, Estambul y una serie de otras ciudades importantes, poniendo fin a la larga racha ganadora de un partido que llegó al poder por primera vez en 2002.

Según varios medios, tanto el ex primer ministro Ahmet Davutoglu, que dimitió de su cargo en 2016 forzado por el entorno de Erdogan, como Babacan llevan tiempo planeando lanzar nuevos partidos, según recoge Efe. Un empresario cercano a Babacan, que pidió el anonimato, explicó a la agencia de noticias española que Davutoglu contará con el apoyo del expresidente Abdullah Gül, otro de los fundadores del AKP.

Fiscalía turca detiene a militares por golpismo

Mientras tanto la Policía turca inició este martes, a petición de la Fiscalía, dos operaciones para detener a 211 militares por su supuesta implicación en el fallido golpe de Estado de julio de 2016, informa el rotativo Hürriyet.

Las fiscalías de las provincias de Estambul y Esmirna les acusan de tener vínculos con la cofradía del clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien el Gobierno turco responsabiliza del asonado levantamiento militar. La mayoría de los acusados son militares en activo en el Ejército de Tierra.

La cofradía 'gülenista' fue situando durante décadas, con la complicidad del Gobierno, a sus adeptos en altos cargos de la administración pública, la Policía, la Judicatura y las Fuerzas Armadas de Turquía. Desde el verano de 2016 Ankara la considera como organización terrorista.

Pocas semanas después de la perdida de la alcaldía de Estambul, poniendo así fin a 25 años de gobierno de partidos islamistas, en las que el candidato opositor, Ekrem ?mamo?lu, se impuso con contundencia en la reedición de la contienda electoral de finales de marzo, Erdogan siente la presión sobre su puesto y su figura.

Erdogan estará haciendo cábalas imaginándose que Babacan se convierta en un nuevo 'enemigo' exterior, como lo sucedido con su ex aliado inseparable, Fethullah Gülen, que según aseguraba Erdogan terminó conspirando en el interior del país y siendo el responsable de todos los males.

Por ahora solo puede interpretar las palabras de Babacan cuando dice que "se ha vuelto inevitable iniciar un nuevo trabajo para el presente y futuro de Turquía. Tanto yo como muchos amigos sentimos una gran e histórica responsabilidad hacia este trabajo". Erdogan sabe que los objetivos políticos del, posible, nuevo movimiento no están claros por lo que es posible que no crea en sus perspectivas de éxito, pero todavía queda mucho hasta las elecciones de 2023. 

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