Erdogan tiende la mano a Egipto y a los países del Golfo en aras del “beneficio mutuo”
Turquía busca un acercamiento con Egipto y con los países del Golfo que ponga fin a los años de tensiones en la región. “Conozco muy bien al pueblo egipcio. El aspecto cultural de nuestros lazos es muy fuerte. Por lo tanto, estamos decididos a reiniciar este proceso”, ha declarado este martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a la emisora estatal TRT. La estrategia de Ankara pasa por recobrar los lazos con El Cairo y, de esta forma, acercarse a sus socios del Golfo.
Erdogan reveló que su aspiración es “aprovechar estas oportunidades de cooperación al máximo nivel y mejorar nuestros lazos” sobre una base de beneficio mutuo con Egipto y que, además, “la misma situación es válida para todos los países del Golfo”. Por este motivo, Turquía ha lanzado en los últimos meses una ofensiva diplomática para reparar sus relaciones bilaterales no solo con Egipto, también con Arabia Saudí y con Emiratos Árabes Unidos.
El Gobierno turco envió en mayo una delegación comandada por el viceministro de Asuntos Exteriores, Sedat Önal, a la capital egipcia para mantener una reunión con su homólogo egipcio, Hamdi Loza. Las conversaciones en El Cairo se prolongaron durante dos días y supusieron la primera toma de contacto entre ambas partes desde la ruptura de sus relaciones en 2013, tras la destitución de Mohamed Morsi, el primer presidente egipcio elegido democráticamente y miembro de los Hermanos Musulmanes, que contaba con el respaldo de Ankara.
La reunión se saldó con un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio que reconocía que las “conversaciones exploratorias se centrarán en los pasos necesarios que pueden conducir a la normalización de las relaciones entre los dos países, bilateralmente y en el contexto regional”. Sin embargo, el acercamiento había tenido antecedentes. Erdogan declaró en marzo que ambos países habían mantenido contactos “de inteligencia, diplomáticos y económicos”, y agregó que esperaba que los lazos entre ambas naciones fueran “fuertes”. Además, su Gobierno solicitó a tres canales de televisión egipcios, con sede en Estambul y vinculados a los Hermanos Musulmanes, que suavizaran sus críticas hacia el Ejecutivo liderado por Abdel Fattah al-Sisi.
Egipto se mostró receptivo y calificó la acción como “una buena iniciativa que establece una atmósfera favorable para debatir cuestiones polémicas entre las dos naciones”. Un posible acuerdo en materia energética sobre la disputa del Mediterráneo oriental o la reciente normalización de las relaciones en el Golfo impulsadas desde Washington parecen ser las causas que unen a Ankara con El Cairo. Desde entonces, ambos avanzan en una reconciliación que les permita dejar de lado sus diferencias y cooperar en materia regional en beneficio mutuo.
Las condiciones impuestas por Egipto para reiniciar las relaciones bilaterales con Turquía pasan por “el respeto a la privacidad, la no injerencia en los asuntos internos y el no patrocinio de ningún extremista que se oponga al Estado”, según declaró en mayo el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry. “Lo que esperamos es que Turquía modifique el curso de [su] política para que no se cruce con los intereses egipcios, especialmente cuando se trata de la seguridad nacional egipcia, y esto se enmarca en la adopción de medidas prácticas que puedan ser supervisadas y evaluadas. Habrá otras rondas exploratorias que conducirán a la normalización una vez que tengamos la seguridad de que los intereses egipcios se tienen plenamente en cuenta”, agregó.
Después de varios años inmersa en fricciones con sus vecinos regionales, Turquía ha lanzado en los últimos meses una ofensiva diplomática para reanudar sus relaciones con Egipto, Arabia Saudí y EAU. El último desplante a Ankara se produjo en junio de 2017, cuando Riad, Abu Dabi, Manama y El Cairo impusieron un bloqueo sobre el único socio de Turquía en la región: Qatar. Finalmente, bajo la presión de Estados Unidos y sin beneficios tangibles para el cuarteto, los aliados del Golfo y Egipto levantaron el bloqueo a Qatar, y normalizaron las relaciones.
Más allá del apaciguamiento entre Egipto y Qatar, el aperturismo de Turquía responde a una necesidad de sortear el aislamiento diplomático al que ha sido sometida en el Mediterráneo oriental, donde el descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en los últimos años ha provocado una acción conjunta entre varios Estados para excluir a Ankara del botín, entre los que se encuentra Egipto. Sin embargo, “Turquía debe darse cuenta de que su relación con Egipto no está vinculada a la relación de este último con Chipre y Grecia, y ser muy consciente de que el restablecimiento de los lazos entre Ankara y El Cairo no se producirá a expensas de la relación de este último con ningún otro país”, señaló Ayman Samir, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de El Cairo, en declaraciones a Al-Monitor.
En cualquier caso, la vía de la reconciliación entre Turquía y sus vecinos no será sencilla. La disputa frontal en el tablero libio, donde Ankara prestó apoyo militar al Gobierno de Trípoli, combatido por una facción respaldada por Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, y el asesinato del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi en el consulado de este último país en Estambul son motivos de tensión entre Turquía y sus vecinos.
