El Ejército de Estados Unidos confirmó el ataque aéreo materializado esta jornada contra cinco instalaciones armadas del grupo chií Hizbulá en Irak y Siria como respuesta al atentado sufrido el sábado por una base militar en el enclave iraquí de Kirkuk en el que falleció un contratista norteamericano.
Las Fuerzas Armadas norteamericanas calificaron la ofensiva como “ataques defensivos” contra la milicia Kata’ib Hizbulá (KH) para defenderse del atentado perpetrado contra la instalación castrense de Kirkuk, según confirmó el propio Pentágono.
"En respuesta a los ataques repetidos de Kata'ib Hizbulá sobre bases iraquíes que albergan a fuerzas de la coalición, Estados Unidos ha realizado ataques defensivos de precisión que degradarán su capacidad para futuros ataques a la coalición", señaló Jonathan Hoffman, portavoz del Pentágono, en una nota oficial.
El propio Pentágono confirmó que las infraestructuras atacadas de esta milicia chií han sido tres en Irak y dos en Siria, las cuales estaban destinadas a albergar “armas y centros de comando y control utilizados por KH”.
Se responsabiliza a este grupo chií de la ofensiva lanzada con unos 30 cohetes contra la base de Kirkuk que acabó con una víctima mortal civil y que también dejó varios militares estadounidenses e iraquíes heridos, miembros todos ellos de la coalición internacional que actúa en territorio iraquí contra el terrorismo yihadista.
Por su parte, Irak confirmó la muerte de cuatro milicianos chiíes en el ataque norteamericano dispuesto. La Comandancia de las Operaciones Conjuntas de Irak ratificó el fallecimiento de hasta cuatro combatientes de las milicias progubernamentales Multitud Popular, integradas sobre todo por chiíes, en el ataque estadounidense llevado a cabo en la provincia de Al-Anbar, en el oeste del territorio iraquí y fronteriza con Siria.
"La sede de la Brigada 45 de la Multitud Popular en las zonas de Al-Salum y Al-Harach fue blanco de tres ataques aéreos estadounidenses, que causaron la muerte de cuatro combatientes e hirieron a 30 miembros" de la Brigada, detalló en un comunicado la Comandancia que integra a los cuerpos de seguridad de Irak.
Entre los muertos por la ofensiva de EEUU se encuentra Abu Ali Khazali, líder de las Brigadas iraquíes de Hizbulá, muy próximo a Qassem Soleimani, comandante de las Fuerzas Quds (cuerpo de élite del Ejército de Irán).
El ataque ocurre después de que a principios de diciembre cinco misiles cayeran dentro de la base militar estadounidense de Ain al-Asad, en la provincia de Al-Anbar (oeste de Irak), sin que se produjesen víctimas. Días antes, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, había visitado la base con motivo de Acción de Gracias.
Irak sigue padeciendo un momento bastante convulso por la situación sociopolítica del país; inmerso en numerosas protestas ciudadanas provocadas por el escenario de corrupción institucional instalado desde hace ya años y por la falta de oportunidades y ausencia de servicios básicos que sufre la población. Desde el 1 de octubre la ciudadanía se lanzó a las calles para exigir un cambio de rumbo y una renovación de la clase política.
Protestas que han dejado ya en torno a 1.000 muertos y hasta 20.000 heridos y que se vinculan también con el rechazo ciudadano a la injerencia de Estados Unidos e Irán en las cuestiones nacionales. Viene siendo denunciada desde hace tiempo la sumisión de las autoridades iraquíes al régimen de los ayatolás, que estaría utilizando Irak en beneficio de sus intereses en Oriente Medio, apoyándose en los grupos afines a la rama chií del islam de la que es uno de los estandartes; rival en este caso de la versión suní del islam, de la que Arabia Saudí, enemigo manifiesto de Irán, es el principal representante en la región.
A esto se suma que Irak sigue sufriendo una situación de desgobierno total tras las pasadas renuncias a sus cargos del ex primer ministro Adel Abdul-Mahdi y del presidente Barham Saleh. Este último se vio obligado a dejar el sillón presidencial al negarse a nombrar candidato a primer ministro a Asaad al-Eidani, representante del bloque proiraní denominado Binaa, integrado por la Alianza Fatah de Hadi al-Amrir y la Coalición del Estado de Derecho del ex primer ministro Nouri al-Maliki. Saleh alegó para su negativa el obvio argumento de que un elemento próximo a Irán no sería reconocido por toda la población que reniega de la intromisión persa en Irak.
Este contencioso llega en un momento en el que Mark T. Esper, secretario de Defensa de Estados Unidos, anunció la retirada de tropas de África y de Oriente Medio. Movimiento encaminado a centrar los esfuerzos en grandes potencias rivales de EEUU como China y Rusia, reduciendo así la participación en misiones internacionales contra grupos terroristas que no suponen una amenaza directa para el territorio estadounidense. En concreto, en Irak se prevé una reducción a la mitad de los 5.000 efectivos militares destinados allí.