Las demandas “no constructivas” de Irán y la presión diplomática israelí enfrían la reedición del JCPOA

Estados Unidos y Alemania rebajan las expectativas para cerrar el acuerdo nuclear a corto plazo

REUTERS/CHRISTIAN MANGAR - El primer ministro israelí, Yair Lapid, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se dirigen a los medios de comunicación en la Cancillería en Berlín, Alemania, el 12 de septiembre de 2022

Las negociaciones para reeditar el acuerdo nuclear con Irán se enfrían. Los firmantes occidentales del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) rebajan sus expectativas ante el esquivo comportamiento de Teherán, que dilata las negociaciones a base de encadenar nuevas exigencias, y la agresiva campaña diplomática emprendida por el primer ministro israelí en funciones, Yair Lapid. A estos dos factores se suman las advertencias del Organismo de Energía Atómica (OIEA) sobre la incierta naturaleza del programa nuclear iraní, que han agrietado aún más la ya de por sí dañada confianza entre las partes. 

Estados Unidos y Berlín se han pronunciado en las últimas horas sobre el estado de las negociaciones. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, describió el lunes los últimos movimientos de la diplomacia persa como un claro “paso atrás” que reducen considerablemente “las perspectivas de firmar un acuerdo a corto plazo”. Para Washington no hay signos positivos. Ese mismo día, y en línea con las palabras de Blinken, el canciller alemán Olaf Scholz reconoció que no espera reanudar el pacto nuclear con Irán en un futuro próximo. 

Uno desde Ciudad de México, donde mantuvo un encuentro con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, y otro desde Berlín, donde recibió al primer ministro israelí Yair Lapid, coincidieron en que las proyecciones no son ni mucho menos prometedoras. El marcado optimismo de hace apenas unas semanas se ha esfumado. Pero uno y oro admitieron también que la voluntad de los firmantes occidentales del JCPOA en 2015, Reino Unido, Francia y Gran Bretaña, más la mediación de la Unión Europea, sigue siendo la de reanudar el acuerdo.

Antony Blinken

Scholz no considera que existan motivos suficientes como para que Irán rechace aceptar las propuestas contempladas en el borrador definitivo. “Aunque durante un tiempo parecía que sí [podía cerrarse el acuerdo]”, expresó el socialdemócrata, “tenemos que tomar nota del hecho de que no será así”. En cualquier caso, sentenció Scholz, los aliados europeos que componen el denominado P5+1, el grupo de países firmantes, “seguimos siendo pacientes, pero también claros: hay que impedir que Irán pueda desplegar armas nucleares”

El objetivo de Israel y los países firmantes del JCPOA es el mismo, pero la forma de abordar la cuestión difiere. Así lo demostró Scholz durante la rueda de prensa conjunta con Lapid al término de su encuentro: “Cerrar un acuerdo internacional que funcione para limitar y supervisar el programa nuclear iraní es la estrategia correcta”. Berlín apuesta por tender puentes políticos, de la misma forma que el resto de capitales europeas. 

Lapid, sin embargo, calificó de “error crítico” el plan para reactivar el acuerdo nuclear con Irán. El primer ministro interino, que ocupa también la cartera de Exteriores hasta las elecciones del próximo 1 de noviembre, intentó convencer de ello a la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, y el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, con quien también conversó. 

Lapid está inmerso en una activa campaña diplomática para convencer a las potencias occidentales de la ineficacia del acuerdo nuclear. El líder centrista trata así de engrandecer su imagen internacional y apuntarse un tanto en materia de política exterior antes de los comicios que le enfrentarán con el primer ministro más longevo en la historia de Israel y peso pesado de la política nacional, Benjamín Netanyahu, cercado por los casos de corrupción. 

En 2015, con su rival y hoy líder de la oposición al frente del Gobierno, Israel se mostró incapaz de frustrar la firma del JCPOA. Lapid asestaría un golpe de autoridad si, al menos, logra posponer la firma hasta después de la cita en las urnas. En clave interna, la cuestión del programa nuclear iraní es percibida como una amenaza existencial que debe ser frenada a toda costa, algo con lo que se ha comprometido el primer ministro interino. 

“Eliminar las sanciones y verter cientos de miles de millones de dólares en Irán traerá oleadas de terrorismo, no sólo en Oriente Próximo, sino también en toda Europa”, trasladó Lapid en rueda de prensa. El premier israelí transmitió la posición del Estado hebreo con respecto de la hipotética reedición del acuerdo nuclear, que sostiene que el levantamiento de las draconianas sanciones occidentales facilitará al régimen de los ayatolás la canalización de fondos a sus milicias regionales afines como Hizbulá en el Líbano o Hamás en Gaza, entre otras. 

Rafael Grossi

Las continuas advertencias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), adscrito a Naciones Unidas, favorecen la posición de Israel. La oficina que dirige el diplomático argentino Rafael Grossi viene exigiendo respuestas a Teherán desde hace años sobre los restos de uranio no declarados encontrados por investigadores del organismo en tres instalaciones nucleares iraníes. Irán sigue sin pronunciarse al respecto, lo que impide que el OIEA determine si la naturaleza del programa atómico persa es o no pacífica. Grossi espera que las autoridades iraníes cooperen “lo antes posible”. 

Pero el comportamiento de Teherán indica todo lo contrario. En la última respuesta al borrador del acuerdo nuclear, remitida a principios de septiembre, el equipo negociador iraní puso como exigencia la finalización de la investigación del OIEA antes de reanudar el JCPOA. El Departamento de Estado describió la petición como “no constructiva”. En este sentido, Lapid recibió de buen grado la declaración emitida por Reino Unido, Francia y Alemania en la que condenaban las últimas solicitudes de Irán y subrayaban las contradicciones entre el cierre de la investigación y las obligaciones jurídicas recogidas en el acuerdo nuclear de 2015. 

Irán instalaciones nucleares

La Unión Europea reanimó el acuerdo in extremis a mediados de julio con la presentación de un borrador definitivo. Las primeras reacciones de Irán y Estados Unidos a la propuesta, en principio favorables, generaron cierto optimismo en la sede comunitaria, que, por primera vez desde el inicio de las negociaciones para reactivar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) en 2021, veía señales de aproximación. Pero desde entonces las partes han venido enfriando el acuerdo, ‘pasándose la bola’ sin comprometerse. 

Alemania, interesado en la tecnología militar israelí 

Berlín baraja desde hace meses la compra del sistema antimisiles Arrow 3, según el rotativo alemán Der Spiegel. Los misiles de última generación, desarrollados conjuntamente por Israel y Estados Unidos, están en el radar de una Alemania que busca invertir en defensa aérea en los próximos años, de acuerdo con las declaraciones del canciller alemán Olaf Scholz. “Al mismo tiempo, Alemania diseñará esta futura defensa aérea desde el principio de tal manera que nuestros vecinos europeos también puedan participar si así lo desean”, remató. 

Durante su encuentro, Scholz y Lapid discutieron sobre el tema, pero de momento no alcanzaron ningún acuerdo, matiza Der Spiegel. El sistema de defensa es capaz de interceptar misiles balísticos, incluidos intercontinentales, cargados con ojivas nucleares, químicas, biológicas o convencionales. Además, puede servir como un arma antisatélite, lo que concedería la capacidad de derribar satélites enemigos.

Coordinador América: José Antonio Sierra

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