Filipinas y EEUU pactan protección mutua por el conflicto del Mar de China Meridional

Raúl Redondo

Pie de foto: El embajador de Estados Unidos en Filipinas, Sung Kim (R), saluda al embajador de Filipinas en Estados Unidos, José Manuel Romualdez, después de una conferencia de prensa conjunta en la conclusión del ‘8º Diálogo Bilateral y Estratégico’, el 16 de julio de 2019. AFP/TED ALJIBE

Filipinas y Estados Unidos acordaron fijar un plan de seguridad mutua de cara al conflicto marítimo existente con las autoridades chinas por el control del Mar de China Meridional con el objetivo de trabajar por la “estabilidad regional”; mientras se siguen sucediendo actividades coercitivas y militares en esta área. Desde ambos bandos se remarcó “la importancia de una fuerte alianza Filipinas-EEUU para mejorar la cooperación en seguridad y promover la estabilidad regional y la prosperidad", según se recogió en un comunicado conjunto los dos países, que completaron en la capital filipina de Manila la 8ª edición del Diálogo Estratégico y Bilateral mutuo, la cual duró dos días. 

José Manuel Romualdez, embajador filipino en EEUU, explicó, tras rueda de prensa posterior al cónclave, que existe una especie de consejo sobre defensa mutua, que sirve para tratar sobre “cómo fortalecer la relación bilateral respecto al Tratado de Defensa Mutua". 

Pie de foto: El embajador de Filipinas en Estados Unidos, José Manuel Romualdez, habla con los medios de comunicación, tras una conferencia de prensa con el embajador de Estados Unidos en Filipinas, Sung Kim, del Diálogo Estratégico Bilateral Estados Unidos-Filipinas; en el "diálogo estratégico" se discutieron las relaciones de defensa, militares y económicas de ambos países. AP PHOTO/BULLIT MARQUEZ

Ambas naciones poseen ese Tratado de Defensa Mutua desde 1951, el cual ha tenido que ser revisado en las últimas fechas por el enfrentamiento surgido con China debido a la ocupación por parte del gigante asiático de varios islotes integrantes del archipiélago de las islas Filipinas. Además, se recordó el compromiso adquirido por Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU, durante su visita de marzo a Manila, en la que aseguró que “cualquier ataque contras las Fuerzas Armadas filipinas activaría el artículo IV del Tratado”.

Un acuerdo del que aseguró el expresidente norteamericano Harry S. Truman, durante su discurso el día de la firma en el año de 1951, que es “el resultado natural de la asociación de nuestros países y de nuestros sacrificios comunes por la libertad” y “un paso importante hacia la seguridad en el Pacífico”. En el citado artículo IV se recoge que “cada una de las partes reconoce que un ataque armado a la zona del Pacífico contra una de ellas sería peligroso para su propia paz y seguridad, y declara que tomaría medidas para enfrentarse con el peligro común, de acuerdo con su procedimiento constitucional”.

El Tratado de Defensa Mutua de EEUU y Filipinas, firmado el 30 de agosto de 1951, se enmarca dentro de otra serie de pactos relativos al Pacífico que el país norteamericano firmó ese mismo año. En concreto, el Tratado de Seguridad EEUU-Japón, rubricado el 8 de septiembre, y el Pacto Tripartito EEUU-Australia-Nueva Zelanda, del 1 de septiembre. En la actualidad, EEUU se plantea dirigir el 60% de su flota naval al océano Pacífico después de que China haya proseguido con su actitud expansionistas en el Mar de China Meridional, incluyendo la ocupación de pequeños territorios que forman parte de Filipinas, como el atolón de Scarborough o parte de las islas Spratly (incluida la isla Thitu); áreas bajo soberanía filipina, según quedó recogido incluso en una sentencia de 2016 de la Corte de Arbitraje de La Haya.

Pie de foto: Manifestantes en una marcha hacia el consulado chino para un mitin en Manila el 13 de julio de 2019, coincidiendo con el aniversario del fallo arbitral de las Naciones Unidas en el mar de China del Sur. AP PHOTO/BULLIT MARQUEZ

El régimen comunista chino ha incrementado notablemente su presencia naval en la zona que está en disputa, controlando incluso gran parte de la actividad pesquera en la zona. De esta manera, el país presidido por Xi Jinping ha llegado a desplegar ya más de 500 barcos con los que acapara la pesca en esas aguas. Esa presencia china provoca incluso que pesqueros de naciones vecinas sean detenidos y obligados a abandonar su carga, según han recogido algunos medios de comunicación como Bloomberg. Además, China también lidera el dominio de la actuación de las guardias costeras en esa extensión de agua. Todo ello en una zona en la que el comercio marítimo puede llegar a alcanzar los tres billones de dólares anuales. Esta injerencia china sigue provocando gran malestar en el seno de las poblaciones de Filipinas y otras naciones cercanas.

Precisamente, el último laudo arbitral del Tribunal de La Haya de la UNCLOS (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar) otorgó a Filipinas el derecho exclusivo de pescar dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE),una zona a 200 millas náuticas de las líneas de base del país. Por su parte, China se negó a cumplir la sentencia y afirmó que tiene derecho a "ejercer sus derechos históricos" sobre las aguas, los fondos marinos y el subsuelo del disputado grupo de islas y arrecifes. 

Otros países de la región, como Malasia, Vietnam, Brunéi y Taiwán, también reclaman su parte de soberanía en ese mar, donde en los últimos meses se han detectado más de 500 buques chinos que actúan como "una milicia paramilitar con funciones coercitivas y de vigilancia", según el Pentágono norteamericano.

Pie de foto: Manifestantes se reúnen cerca del Palacio Presidencial en vísperas del segundo aniversario del laudo arbitral de La Haya de la UNCLOS (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar) que otorga a Filipinas el derecho exclusivo de pescar dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE). AP PHOTO/BULLIT MARQUEZ

Todas esas naciones compiten por aglutinar parte del control en la zona. "Hay un creciente reconocimiento de los Gobiernos regionales de la necesidad de aumentar los esfuerzos para salvaguardar sus derechos e intereses marítimos", según aseveró Collin Koh Swee Lean, investigador de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur, al medio ruso RT.

La tensión en la zona crece por momentos, hasta el punto de que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, llegó a hablar de un posible enfrentamiento armado. “Esto no es una advertencia, es solo un consejo para mis amigos, ya que somos amigos de China. No pienso suplicar”, remarcó Duterte sobre las aspiraciones chinas respecto a la isla Thitu, resaltando, a modo de ‘consejo’, que tiene a sus soldados allí destacados.

Ya en el pasado mes de abril, EEUU y Filipinas protagonizaron unas maniobras militares navales en las costas del Mar de China Meridional enmarcadas en la 35ª edición de ‘Balikatan’ (‘hombro a hombro’ en tagalo), un tipo de ensayo militar que se lleva a cabo anualmente en territorio filipino. Estos entrenamientos se desarrollaron en las costas de San Antonio (provincia de Zambales), a unos 200 kilómetros de Manila, que son el punto más cercano al atolón de Scarborough. “El objetivo de este entrenamiento anual es seguir ampliando nuestras capacidades conjuntas en la orilla del mar y estar listos ante una posible crisis”, según manifestó en su día la teniente estadounidense Tori Sharpe. 

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