En marzo, el Banco Mundial lanzó el primer bono de conservación de vida silvestre del mundo

Financiamiento para la conservación de la vida silvestre: ¿el bono del rinoceronte sentará un precedente?

photo_camera AFP/ERIC BARADAT  - Sede del Grupo del Banco Mundial en Washington, DC

El Banco Mundial emitió el primer bono de conservación de vida silvestre del mundo, recaudando dinero para proteger las poblaciones de rinocerontes negros en peligro de extinción en Sudáfrica. El movimiento se produce cuando los gobiernos y las instituciones continúan buscando formas innovadoras de financiar proyectos ambientales en los mercados emergentes. 

Anunciado a fines de marzo, el "bono de rinoceronte" de 150 millones de dólares a cinco años es un instrumento financiero basado en resultados vinculado a la tasa de crecimiento de la población de rinocerontes negros en el Parque Nacional Addo Elephant y la Reserva Natural Great Fish River de Sudáfrica. 

A diferencia de los bonos tradicionales o la financiación de la conservación, los inversores no recibirán pagos de cupones sobre el bono. En cambio, el emisor realizará pagos de inversión en conservación para financiar la conservación de rinocerontes en los dos parques. 

Si la población aumenta, los inversores recibirán un "pago de éxito" de entre el 3,7 y el 9,2%, derivado de una subvención proporcionada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, además del rescate del principal del bono. Sin embargo, no se distribuirá ningún pago si no hay cambios en la población, algo que será calculado de forma independiente por la organización medioambiental Conservation Alpha y verificado por la Sociedad Zoológica de Londres. 

El modelo está estructurado de una manera que tiene como objetivo fomentar una mayor inversión privada en conservación, al mismo tiempo que alivia parte del riesgo para los gobiernos y los donantes. 

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Los rinocerontes negros son uno de los animales más amenazados del mundo, con una población mundial que se redujo en un 96% entre las décadas de 1970 y 1990 a menos de 2.500, ya que fueron cazados por sus cuernos. 

Se estima que la población actual ha aumentado entre 5.000 y 5.500 gracias a los esfuerzos de conservación, con la mitad del total en Sudáfrica. 

Auge de las finanzas vinculadas a los resultados 

El bono Rhino es el último de una tendencia creciente de instrumentos financieros vinculados a resultados diseñados para lograr objetivos ESG. 

Como ha detallado OBG, en marzo Chile se convirtió en el primer soberano en vender bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) con su emisión denominada en dólares estadounidenses por 2.000 millones. 

De manera similar al bono rinoceronte, y en contraste con los tipos tradicionales de financiamiento verde o enfocado en el medio ambiente, los SLB incentivan las soluciones positivas para el clima mediante la incorporación de una serie de objetivos ambientales, junto con una serie de sanciones para los emisores si no cumplen con los requisitos y metas. 

En el caso de Chile, el bono establece que el país no podrá emitir más de 95 toneladas de dióxido de carbono y equivalente al año 2030, y que el 60% de su producción eléctrica deberá provenir de fuentes renovables al año 2032. 

Enfoque ESG en finanzas 

A medida que el enfoque corporativo global se vuelve hacia ESG, esta reciente emisión de bonos demuestra cómo los mercados emergentes están bien posicionados para desarrollar soluciones innovadoras para financiar proyectos ambientales. 

Un buen ejemplo fue la decisión del Gobierno de Belice de lanzar un canje de deuda por naturaleza para reestructurar su único bono soberano. Según los términos del acuerdo, Belice recompró su deuda con un descuento significativo (0,55 centavos de dólar por cada dólar) a cambio de aumentar los esfuerzos para proteger su entorno marino. 

Los "bonos azules", o instrumentos de deuda emitidos para respaldar la inversión en iniciativas respetuosas con el medio marino y la economía azul, están ganando terreno a nivel mundial. 

Tras el lanzamiento del primer bono azul soberano del mundo, una emisión de 15 millones de dólares de Seychelles en 2018, varias instituciones internacionales han emitido bonos azules para financiar proyectos relacionados con los océanos en todo el mundo. 

Dada la demanda de desarrollo sostenible y el impulso para reducir las emisiones, la reciente proliferación de bonos vinculados al medio ambiente podría ayudar a sentar un precedente para el avance de las finanzas globales. 

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