El Gobierno de Macron refuerza sus lazos con los griegos tras caerse su acuerdo con Australia

Francia vende buques de guerra a Grecia y manda un mensaje a Washington y Ankara

PHOTO/AFP - Emmanuel Macron, presidente de Francia

El anuncio del histórico acuerdo AUKUS no ha sentado nada bien en Francia. Los de Macron vieron cómo, tras la triple alianza entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, el acuerdo de París con Canberra para la venta de submarinos de propulsión por un valor superior a los 50.000 millones de euros se ha esfumado. En Francia no han tardado en responder y lo han hecho de forma contundente. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha asegurado que “nuestros socios europeos tienen que abrir los ojos”, ya que, según él, “no podemos seguir contando con Estados Unidos para garantizar nuestra protección estratégica”. Ese es el motivo por el que los franceses ya han puesto en marcha un nuevo plan estratégico.

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Tan sólo diez días después del anuncio de AUKUS, el Gobierno de Emmanuel Macron ya ha alcanzado un acuerdo con Grecia para la venta de tres fragatas como parte de una “asociación estratégica”. Este nuevo movimiento trae consigo un doble mensaje a estadounidenses y turcos. Por un lado, contrarrestan en parte las pérdidas provocadas por la ruptura del acuerdo que iba a dar grandes beneficios a la firma francesa, Naval Group. Y por otro, dan un paso adelante en la seguridad del Mediterráneo apoyando a Grecia en un momento en el que la situación con Turquía es cada vez más tensa.

La firma de esta alianza “contribuye a la seguridad europea y al fortalecimiento de la independencia y soberanía estratégicas de Europa y, por lo tanto, a la paz y la seguridad internacionales”, ha asegurado el presidente francés. Un acuerdo que marca el camino de la que podría ser la nueva estrategia de Francia, evitando contar con Estados Unidos para asuntos de seguridad europea. La dependencia que se lleva teniendo años con los norteamericanos puede tener los días contados, o al menos esa es la intención que se tiene desde un París que continúa muy dolido por lo que calificaron fue “una puñalada por la espalda”.

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Otro de los factores que favorece esta voluntad de “independencia” respecto a Estados Unidos es la “muerte cerebral” que sufre la OTAN, según el propio Macron. El movimiento de Grecia se ha considerado un importante “indicador de confianza” en la industria francesa de defensa respecto al resto, además de un fortalecimiento de las políticas de defensa del Mediterráneo. De hecho, algunos observadores apuntan que este movimiento podría estar más relacionado con las acciones de Turquía respecto a Grecia, señalando a la explotación de gas y petróleo, que con la urgencia que podría existir en Francia tras la ruptura del acuerdo con Australia.

“El Mediterráneo no debería ser un patio de recreo para las ambiciones de algunos, es una propiedad común”, apunta Florence Parly, ministra de las Fuerzas Armadas de Francia a través de su cuenta de Twitter. A lo que añade que “el respeto por el derecho internacional debería ser la regla, no la excepción”. Estas palabras junto al despliegue de buques de guerra y aviones de combate en la región son una muestra clara de que, más allá del acuerdo respecto a los buques, Francia es un apoyo real para Grecia.

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También manda un mensaje a países como Reino Unido o Alemania que se mantienen imparciales en la disputa entre turcos y helenos por el reparto de las aguas del Mediterráneo. Por no mencionar a la inoperante e irrelevante a nivel internacional Unión Europea, que sigue sin saber muy bien por dónde le sopla el viento. El propio Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, aseguró que “no había estado al corriente”, en referencia a AUKUS, a pesar de que imagina que “la naturaleza de ese acuerdo no se cocinó antes de ayer”.

Por su parte, Turquía no ha encajado muy bien esta noticia. Ya en enero, cuando Francia y Grecia alcanzaron un acuerdo para la venta de 18 aviones Rafale por un valor de 2.500 millones de euros, el Gobierno de Erdogan mostró su descontento por tratarse de un programa de armamento a consecuencia de las tensiones de su país con los griegos. Desde ese momento, la situación en el Mediterráneo ha continuado aumentado su complejidad, algo que podría incrementar aún más si cabe la llegada de fuerzas francesas a la región. 
 

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