Gobierno y oposición firman una paz definitiva en Mozambique

Pablo Rubio/Henar Hernández

Pie de foto: El presidente Filipe Nyusi y el jefe de la oposición Ossufo Momade se reúnen para firmar el acuerdo de paz definitivo. 

Mozambique ha ajustado cuentas con su pasado. El presidente Filipe Nyusi y el jefe de la oposición Ossufo Momade han firmado un tratado de paz que debe poner fin a la violencia política que ha sobrevolado el país durante el último medio siglo. Las partes representadas busca resolver una enemistad que se remonta a los tiempos de la Guerra Fría. Por una parte, se encuentra el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), de inspiración comunista, que ha detentado el poder; por otro, está la Resistencia Nacional Mozambiqueña (RENAMO), de la órbita capitalista, que ha quedado, tradicionalmente, relegada a la oposición. Ambos actores buscan, ahora, que el acuerdo sea algo más que un brindis al sol.

El acto en que se ha firmado el documento ha estado marcado por su valor simbólico. Nyusi ha escogido como escenario la cordillera de Gorongosa, en el centro del país. El emplazamiento, escarpado y de difícil acceso para las fuerzas del orden, ha albergado de forma persistente numerosos campamentos de combatientes del RENAMO. 

El acuerdo supone la conclusión de un periodo de entendimiento que comenzó entre Nyusi y el difunto líder del principal partido de la oposición, Afonso Dhlakama. Además, cabe recordar que este acuerdo no es el documento que se firma entre las dos partes tradicionalmente enfrentadas. Así, en 1992, se alcanzó el Acuerdo General de Paz de Roma y, en 2014, se acordó el fin de las hostilidades militares, con un texto ratificado por el Gobierno de Mozambique, liderado por FRELIMO, y RENAMO. Con el entendimiento de hace cinco años, se incluyó también una ley de amnistía para Dhlakama, que se encontraba escondido por motivos de seguridad desde 2013. El que fuera líder de RENAMO murió en 2018 en Gorongosa, escenario del nuevo acuerdo de paz, ocupando su puesto en la actualidad Ossufo Momade. 

El periodo de máximas hostilidades comenzó, de nuevo, en 2014, después de conocerse los resultados de las elecciones generales del 15 de octubre, que se celebraron tras la firma del cese de la violencia en el mes de agosto de ese mismo año. Con una participación del 48,64%, Nysui fue elegido presidente con el 57% de los votos y su partido – FRELIMO – obtuvo la mayoría absoluta. Dhlakama, que había conseguido el 36% de los apoyos, impugnó los resultados. Entonces, se sucedió una etapa de inestabilidad que encontró una vía de escape en 2015, cuando se celebró una reunión a puerta cerrada entre ambos líderes. Una emboscada posterior llevada a cabo contra las fuerzas residuales de RENAMO y el allanamiento de la residencia de Dhlakama tumbaron las ambiciones pacíficas. Finalmente, el 27 de diciembre de 2016, los dos líderes volvieron a la mesa de negociación. El resultado fue el siguiente mensaje de Dhlakama: “Anuncio el cese de las hostilidades militares a partir de las 00:00 del miércoles. No habrá ataques entre las fuerzas armadas RENAMO y las Fuerzas Armadas de Mozambique en todo Mozambique”. 

Ahora, con la firma del nuevo acuerdo, la paz final en el país africano parece estar más cerca que nunca. Entre las cláusulas del texto pactado, destaca que “ambas partes son responsables de abstenerse de todos los actos hostiles o ataques militares contra fuerzas, posiciones o propiedades y contra la población en general”. 

A partir de este momento, habrá que comprobar si RENAMO ve satisfechas sus reivindicaciones, entre las que se encuentran la descentralización estatal o una nueva ley de las autoridades locales. Cabe recordar, en este punto, que el acuerdo también se produce después de que se iniciase el proceso de desarme, con la reintegración de los miembros del brazo armado de RENAMO en las filas de la Policía de la República de Mozambique (PRM). 

Sin embargo, existen dudas acerca de la eficacia de este acuerdo. Momade, actual líder del RENAMO, llegó a la cúspide de la organización el año pasado, después del fallecimiento Eduardo Mondlane. El sucesor no cuenta con la misma popularidad y aceptación que la que rodeaba al histórico líder. Existen sectores del grupo armado del partido que han manifestado, como recoge Reuters, que no consentirán en entregar las armas bajo su liderazgo.

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