Entre el sábado y el domingo más de 11.000 venezolanos utilizaron el Puente Internacional de Rumichaca para entrar en el país ecuatoriano, que desde ya exige una visa humanitaria para permitir el acceso

Goteo incesante de exiliados venezolanos desde Colombia a Ecuador durante el fin de semana

photo_camera MINISTERIO DE TRANSPORTE DE COLOMBIA - Puente Internacional de Rumichaca, principal paso fronterizo entre Colombia y Ecuador

Más de 11.000 venezolanos salieron de Colombia este fin de semana rumbo a Ecuador a través del Puente Internacional de Rumichaca tras el anuncio del país ecuatoriano de que empezaría a solicitar visa humanitaria para entrar en su territorio. 

Migración Colombia, autoridad de Control Migratrio y Extranjería del Gobierno colombiano, señaló que más de 11.000 venezolanos salieron del país colombiano este fin de semana por el Puente Internacional de Rumichaca hacia Ecuador, que empieza desde esta fecha a pedirles una visa humanitaria para permitirles la entrada en el territorio.

Migración Colombia publicó un comunicado en el que explicaba el último paso de exiliados venezolanos a través del paso fronterizo entre Colombia y Ecuador: “Faltando menos de seis horas para que comience la exigencia de visado se realizó el control migratorio de la totalidad de los ciudadanos extranjeros que se encontraban en el Puesto de Control Migratorio de Rumichaca". Este nexo fronterizo es el que une a la ciudad colombiana de Ipiales con la ecuatoriana Tulcán. "4.500 ciudadanos venezolanos habían hecho el proceso de control migratorio en Rumichaca, realizando así, como lo establece la ley, su salida regular del territorio nacional", precisó la nota oficial. 

Precisamente, el alcalde de Ipiales, Ricardo Romero, ya declaró el viernes el estado de calamidad pública como consecuencia de la llegada masiva de venezolanos rumbo a Ecuador. Según Romero, a diario "por lo menos 3.000 personas pasan por el puente fronterizo".

Así, entre el sábado y el domingo "más de 11.000 venezolanos realizaron el proceso de control migratorio en Rumichaca y fue posible evacuar este alto flujo de viajeros", según indicó el director general de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento. El propio Krüger señaló lo delicado de la situación y remarcó que su país respeta las decisiones de naciones vecinas, como la ecuatoriana, aunque marcando distancias con esta decisión de restringir el paso y exigir una visa humanitaria: “Imponer medidas drásticas como las visas o llegar a cerrar una frontera no es la solución para atender una población que está muriendo de hambre, que está padeciendo necesidades". “Ese tipo de medidas incentivan la irregularidad, el cruce por pasos no autorizados y la corrupción, pues la migración, cuando es por necesidad, no se detiene", resaltó el director general de la autoridad de Control y Extranjería del Ejecutivo cafetero. 

De esta forma, desde julio pasado, se ha acelerado el trasvase de ciudadanos venezolanos desde Colombia a Ecuador, coincidiendo con el anuncio ecuatoriano sobre el inicio de petición de visa humanitaria a los venezolanos, y más de 85.000 personas de nacionalidad venezolana han abandonado en este último periodo de tiempo Colombia para ir a Ecuador; llegando a ser más de 37.000 en la última semana. 

Las cifras son alarmantes, en Colombia se han radicado más de 1,4 millones de venezolanos; de los cuales 732.390 son regulares, ya que tienen los papeles en regla para residir en suelo colombiano; pero, por el contrario, 665.665 venezolanos están como ‘irregulares’ en Colombia porque han superado el tiempo de permanencia o han accedido al país sin autorización.

Por su parte, el presidente colombiano, Iván Duque, se refirió este domingo a la crisis migratoria venezolana al asegurar que a pesar de que en muchos países se observan "los nacionalismos extremos y la xenofobia", la nación cafetera "le muestra al mundo que es capaz, en medio de las dificultades, de mostrar que la solidaridad es un valor que la distingue".

Y es que esta es una prueba más de la crisis humanitaria que se vive en Venezuela, país del que siguen huyendo cientos de miles de personas ante los graves problemas políticos, económicos y sociales del país. Una nación con una hiperinflación galopante y que alberga a una población que sufre desabastecimiento de productos de primera necesidad, violencia en las calles generada por la inestabilidad política y problemas serios en el día a día relacionados con continuos cortes eléctricos o de suministro de agua. 

Michelle Bachelet, comisionada de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ya denunció el deterioro alarmante de los derechos humanos en Venezuela. En el informe realizado tras su visita al país caribeño en el mes de junio pasado ya se señaló que “la población venezolana está afrontando muy diversas e interrelacionadas violaciones de sus derechos económicos y sociales”. 

Mientras tanto, se sigue buscando una salida política dialogada entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por Juan Guaidó, con la mediación internacional auspiciada por Noruega; la cual, de momento, no ha dado sus frutos, a pesar de los constantes contactos que se han dado en las últimas fechas, sobre todo los llevados a cabo en la isla de Barbados. A través de los cuales los dirigentes opositores y parte de la comunidad internacional instan a la celebración de unas nuevas elecciones generales libres en Venezuela, ya que rechazan los resultados electorales que dieron el poder a Maduro en enero, al entender que los comicios estuvieron manipulados. 

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