Las autoridades del gigante asiático señalan que este resurgimiento tiene que ver con una cepa del virus procedente de Europa

Gran temor en China por el rebrote de la COVID-19 detectado en Pekín

photo_camera AFP/NOEL CELIS - Los residentes que viven o han visitado el Mercado Xinfadi, un mercado de alimentos al por mayor donde ha surgido un nuevo grupo de coronavirus COVID-19, esperan en fila para ser examinados de la enfermedad, en Pekín, el 16 de junio de 2020

Aumenta la inquietud en la República Popular de China por el nuevo gran foco de la enfermedad COVID-19 que se ha descubierto recientemente en la capital de Pekín. Hasta 106 nuevos casos de infectados por el coronavirus se han detectado desde este pasado jueves, lo que ha provocado que las autoridades aumenten los sistemas de control y la prevención epidemiológica para hacer frente a este nuevo brote de la infección, que tuvo su origen primigenio también en territorio chino, en el enclave de Wuhan, y que ha dejado centenares de miles de muertos y millones de afectados en todo el mundo. 

El nuevo foco ha aparecido en el principal mercado de alimentos de la capital china y se registraron oficialmente 106 casos de personas contagiadas hasta el momento, los cuales no podrán abandonar la ciudad pequinesa. Mientras, los que lo hayan hecho deben informar a los responsables pertinentes para decretar la situación de control de sus movimientos y de su entorno a fin de evitar que el virus se propague. 

Los dirigentes locales de Pekín han limitado el movimiento al máximo, e incluso se prohíbe la salida de taxis y otros vehículos de servicio público fuera de los límites de la urbe, como detalló la Comisión Municipal de Transporte. La entidad también anunció “castigos severos” para quienes incumplan esta normativa establecida. 

Según el medio Global Times, hasta 29 comunidades vecinales en torno al mercado afectado de Xinfadi y Yuquandong han quedado aisladas, permaneciendo sus residentes confinados bajo estrictas medidas de encierro y seguridad para evitar una mayor propagación del coronavirus. Hasta 100.000 miembros del personal de servicios públicos están supervisando ya más de 7.000 zonas municipales para contener una posible extensión del virus. 

Los encargados sanitarios están efectuando pruebas de detección del coronavirus a todo aquel que haya tenido contacto con el principal mercado capitalino de Xinfadi, el cual permanece cerrado desde el sábado. Y hasta 200.000 ciudadanos que visitaron este espacio desde el 30 de mayo han sido interrogados en visitas a sus domicilios o a través de llamadas y contactos en redes sociales, según informó la agencia estatal de noticias china Xinhua. 

Residentes con máscaras para frenar la propagación del coronavirus pasan por un vecindario cerrado en Pekín, el martes 16 de junio de 2020

En esta jornada de martes ha habido hasta 27 nuevos casos de contagio detectados de manera oficial, que hace que la cifra de afectados supere los 100. Mientras, ya hay otros cinco casos diagnosticados en áreas circundantes de Pekín como la provincia de Hebei o la de Sichuan.

El secretario del Comité Municipal de Pekín del Partido Comunista de China (PCCh), Cai Qi, confirmó que la capital está en "una situación crítica" y que las tareas de control y prevención contra el virus deben ser la "máxima prioridad", en palabras recogidas por la cadena televisiva estatal CGTN. Según Cai, la ciudad garantizará los suministros para satisfacer las necesidades diarias de los residentes y penalizará a negocios que traten de aumentar los precios de bienes alimentarios aprovechando la situación generada.

Por su parte, la viceprimera ministra de China, Sun Chunlan, ya avanzó el domingo que se debían tomar "medidas decididas" para detener la propagación de este nuevo brote, así como "investigaciones epidemiológicas estrictas" y un "rastreo exhaustivo" para identificar y controlar la fuente de infección.

También pidió a las comunidades pequinesas que cumplan "estrictamente" las medidas de prevención y que hagan todo lo posible para detectar casos confirmados, sospechosos, pacientes con fiebre que podrían ser portadores y contactos cercanos, todo ello encaminado a establecer una cuarentena para todo aquel que pudiese estar infectado. 

La viceprimera ministra de China, Sun Chunlan

Por lo tanto, existe un fundado temor a que haya una segunda ola de contagios por coronavirus en China y que se pueda convertir también en global, como ya ocurrió en la primera aterradora comparecencia del patógeno causante de la enfermedad COVID-19. En este escenario, las pruebas masivas y el control de casos serán básicos para prevenir una nueva oleada epidémica, algo que podría estar más bajo control por el mayor conocimiento que se tiene ya sobre esta lacra y los medios que ya están más preparados de cara a este posible acontecimiento, a diferencia de la sorpresa y la falta de previsión dadas ante la irrupción hace meses de la pandemia, que golpeó duramente a todo el planeta. 

Ahora se reconoce con este nuevo brote que el riesgo de propagación es muy alto por la cantidad de gente que podría haber estado en contacto con los puntos de los citados mercados y el movimiento que ha podido haber de personas. Aunque se confía en la mayor preparación de todos ante el primer aviso que dio el coronavirus en su primera aparición. 

Cepa diferente

En China se apunta a que el nuevo brote de la COVID-19 tiene que ver con una cepa totalmente diferente a la que se dio en primera instancia con el primer foco de contagio de Wuhan hace meses. Se aduce desde el gigante asiático que esta nueva versión está ligada a una cepa procedente de Europa, que tiene un cariz diferente a la inicial aparecida en el país asiático. 

Nuevos casos confirmados de la COVID-19 por día en China a partir del 15 de junio

El virus se encontró en tablas de cortar pescado en el citado céntrico mercado de Pekín y se habló en principio del salmón como elemento transmisor de la COVID-19, algo que se ha venido descartando por parte de diversos expertos, aunque sí podrían haber sido contagiadas las personas que manipularon este tipo de pescado. Lo que sí apuntan los epidemiólogos del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades es que el virus encontrado es diferente a la versión original y eso tendría que ver con una mutación que probablemente provenga del continente europeo. Aunque diversos expertos apuntan que los cambios no parecen haber modificado sustancialmente las capacidades del virus para subsistir y provocar la infección. Lo importante es determinar si existe una mayor gravedad o afectación de la salud en los nuevos contagios y comparar las secuencias genéticas de las diferentes cepas. Algunos estudios hablan de un mayor impacto de las modificaciones del virus y otros de un menor impacto. Lo que queda claro, es que hay que controlar al máximo a los nuevos contagiados para establecer las cuarentenas necesarias y evitar nuevos contactos y contagios que pudiesen favorecer la proliferación de este peligroso virus. 

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