El primer ministro griego anunció que el país heleno adquirirá 18 cazabombarderos franceses Rafale, así como fragatas y helicópteros

Grecia comunica la compra de armamento en plena tensión con Turquía en el Mediterráneo oriental

photo_camera PHOTO/REUTERS - El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis

El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, anunció nuevos acuerdos para comprar armamento y también la ampliación de las Fuerzas Armadas griegas en medio de la situación de enfrentamiento diplomático que se vive en el Mediterráneo oriental a cuenta del choque existente con Turquía por las prospecciones de hidrocarburos que lleva a cabo el país euroasiático en el arco mediterráneo.

En una intervención pública en la ciudad de Tesalónica, al norte del territorio griego, Kyriakos Mitsotakis manifestó que “es hora de reforzar las Fuerzas Armadas”, a través de iniciativas que constituyen un “programa fuerte que se convertirá en un escudo nacional”. 

En este sentido, el jefe de Gobierno griego reseñó que su país recibirá 18 cazabombarderos Rafale franceses (cabe destacar aquí que Francia se ha opuesto frontalmente al expansionismo turco en aguas del Mediterráneo), cuatro fragatas multimisión y cuatro helicópteros. También aseguró que hasta 15.000 nuevos efectivos serán enrolados en el Ejército nacional y que se aumentarán los fondos destinados a la industria armamentística y de defensa nacional. "Llegó el tiempo de reforzar las Fuerzas Armadas. Esta iniciativa constituye un robusto programa que se convertirá en un escudo nacional", explicó el primer ministro en la ciudad de Tesalónica. 

El programa, que incluye la mejora de cuatro fragatas existentes, generará miles de empleos, según señaló Mitsotakis, quien también expresó que Turquía "amenaza" la frontera este de Europa y "socava" la seguridad regional.

El escenario actual se ha instalado a raíz de la intensa presencia otomana en aguas del Mediterráneo en busca de recursos petrolíferos y gasistas mediante prospecciones consideradas como ilegales por parte de países como Grecia y Chipre y por parte también de la Unión Europea (UE), que amenazó con sanciones a la nación turca presidida por Recep Tayyip Erdogan. 

Turquía envió en agosto el barco Oruç Reis para realizar labores de prospección sísmica y una fuerza naval, con la misión de materializar exploraciones de hidrocarburos en aguas que Grecia considera dentro de sus fronteras marítimas. 

El país heleno respondió vigilando a la flota turca con sus propios barcos de guerra y realizó ejercicios navales conjuntos con varios aliados de la UE a modo de disuasión. Aunque hay que resaltar que, en las últimas horas, Turquía anunció la retirada del navío de prospección de su actividad y su regreso a Antalya. Decisión que ha podido servir para rebajar la escalada de tensión actual. 

La situación llegó a enconarse mucho en los últimos meses; sobre todo, tras el acuerdo que sellaron a finales del año pasado el máximo dirigente turco Erdogan y Fayez Sarraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia, por el que se aseguraba el apoyo militar turco al Ejecutivo radicado en Trípoli, en el marco de la guerra civil que le enfrenta al Ejército Nacional libio dirigido por Jalifa Haftar (incluso con la inclusión de mercenarios provenientes de Siria adscritos supuestamente a grupos ligados con entidades terroristas yihadistas como Daesh o Al-Qaeda que se engloban ahora en las milicias afines de Sarraj, como informaron diversos medios); y por el que también se repartían zonas económicas exclusivas en el Mediterráneo oriental ricas en petróleo y gas, que fueron vistas como una violación del espacio marítimo propio de las islas griegas.

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