El primer ministro Mitsotakis considera ilegal el acuerdo para construir un corredor marítimo firmado por Erdogan y el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Trípoli

Grecia contempla llevar a los tribunales internacionales su disputa marítima con Turquía

AFP/ ARIS OIKONOMOU - El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, dispuesto al diálogo bilateral

La inestable situación que atraviesa el Mediterráneo oriental ha hecho rebrotar la tirantez en las relaciones entre Grecia y Turquía. Históricamente, los dos países han mantenido una enemistad larvada que ha aflorado en episodios puntuales. En la actualidad, el acuerdo firmado por Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, y el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) de Libia, apoyado por Naciones Unidas, ha hecho saltar las alarmas en la región.

El pacto asegura un corredor marítimo entre la costa meridional turca y la orilla del país norteafricano, lo que le daría a Ankara carta blanca para explotar los vastos recursos gasísticos que alberga el litoral libio. Grecia y Chipre, sin embargo, no están de acuerdo con este reparto y, de hecho, consideran que el acuerdo entre Erdogan y Fayez Sarra constituye una violación del derecho internacional del mar.

En primera instancia, Atenas se ha mostrado favorable a establecer un cauce de diálogo bilateral con Turquía con el objetivo de resolver la controversia. No obstante, no será un cheque en blanco. “Si bien Grecia ha deseado y aún desea buenas relaciones de vecindad, amistad y diálogo con Turquía, esto no quiere decir que Grecia no vaya a defender sus derechos soberanos con todos los medios a su disposición”, ha avisado el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis en declaraciones al diario To Vima. 

El jefe del Gobierno heleno ha mostrado su disposición a llevar el caso al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en caso de que las conversaciones bilaterales no fructifiquen. “Me refiero a establecer la delimitación de la plataforma continental y las zonas marítimas en el Egeo y el Mediterráneo oriental. Si pensamos que tenemos la razón de nuestra parte, no tenemos nada que temer como país”, ha explicado el mandatario.

Desde el otro lado del Egeo, el ministro de Asuntos Exteriores turco Mevlut Çavusoglu ha centrado la atención en resolver la guerra civil en Libia, según ha informado Al Jazeera. Turquía ya ha desplegado grupos de combatientes afines y se prevé que envíe pronto contingentes de sus propias tropas para frenar la ofensiva del mariscal Jalifa Haftar sobre Trípoli. Ankara, no obstante, insiste en encontrar una solución al conflicto. En este punto, sí está de acuerdo con Atenas, al menos en teoría. “Grecia quiere ser parte de la solución en Libia, ya que [la situación] también nos concierne a nosotros”, ha asegurado Mitsotakis.

Vista general del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya
El precedente de Chipre

En el caso de Chipre, unas conversaciones bilaterales como las que plantea Grecia ni siquiera son una posibilidad real. Las relaciones diplomáticas entre Nicosia Ankara son inexistentes a cuenta, sobre todo, del reconocimiento de la República Turca del Norte de Chipre. Este territorio proclamó unilateralmente su independencia del resto de la isla en 1983. Turquía es el único actor que ha reconocido su estatus jurídico.

Como Grecia, el país isleño tiene abiertos frentes con Turquía por motivo del acceso a los yacimientos de gas. En 2011, el Ejecutivo de Nicosia descubrió yacimientos en sus aguas territoriales y comenzó a otorgar concesiones a empresas extractivas internacionales. Sin embargo, los turcochipriotas, apoyados por Ankara, consideran que sus derechos de explotación no son respetados con el actual reparto. Chipre ya ha recurrido al TIJ para tratar de solucionar la cuestión por la vía del derecho internacional y conservar intactos sus derechos de control sobre dichos recursos.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan
Alianzas con Israel y Estados Unidos a la espera de la OTAN

Del mismo modo que Turquía ha recurrido al Gobierno libio para obtener su parte del pastel, Grecia y Chipre ya han empezado a tejer sus propias alianzas para adelantarse a las consecuencias que puedan tener sus respectivas disputas con Ankara. Está previsto que, este jueves, 2 de enero, Atenas y Nicosia firmen un acuerdo con el Gobierno en funciones de Israel para asegurar una parte importante del suministro de gas natural a la Unión Europea. El pacto, que involucrará asimismo a Italia, se enmarca en el proyecto East Med y se estima que cubrirá alrededor de una décima parte de las necesidades de gas del territorio comunitario.

Además, la advertencia de Mitsotakis a Turquía llega en vísperas de su visita a Washington para reunirse con Donald Trump. El viaje oficial, que tendrá lugar el próximo día 7, reforzará los lazos entre dos Estados que, según el propio Mitsotakis, “están más próximos que nunca”. El fortalecimiento de las alianzas bilaterales se verá reflejado, sobre todo, en el plano militar. “Podemos profundizar nuestra cooperación de defensa todavía más, por ejemplo, en el sector de los drones. Además, abriremos una discusión para la adquisición de cazas F-35, una vez que las condiciones fiscales lo permitan”, ha especificado el primer ministro griego.

El país heleno cuenta, de este modo, con el respaldo más o menos seguro de la Casa Blanca, más distanciada últimamente de Ankara. Sin embargo, la OTAN aún no se ha pronunciado sobre el asunto. A nivel diplomático, la papeleta no es fácil de resolver; tanto Grecia como Turquía son Estados parte de la organización. Atenas ya pidió durante la cumbre celebrada en Londres a principios de diciembre que la alianza atlántica se pronunciase a su favor. No obstante, la entidad capitaneada por Jens Stoltenberg aún no ha emitido ningún dictamen oficial al respecto.

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