“Los turcos y Erdogan se aprovecharon del alto el fuego de enero para transportar armamento y tratar de atacar la base aérea de Al Watyah, pero fueron derrotados. Ahora, han iniciado la fase dos, atacar Tarhouna”

Haftar acusa a Erdogan de usar la tregua para intervenir militarmente en Libia

REUTERS/COSTAS BALTAS - El mariscal libio Jalifa Haftar

Las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Haftar, comandante del Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), acusaron a Turquía de haber utilizado el breve alto el fuego negociado meses atrás, para armar y reforzar a las milicias que combaten junto al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) e injerir en la guerra civil libia.

En declaraciones difundidas este martes por la prensa local, el portavoz de las LNA, el general Ahmed al-Mismari, aseguró que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, utilizó las negociaciones con Rusia para cese de hostilidades del pasado 12 de enero, para preparar una operación militar turca en territorio libio. “Los turcos y Erdogan se aprovecharon del alto el fuego de enero, para transportar armamento y tratar de atacar la base aérea de Al Watyah, pero fueron derrotados. Ahora, han iniciado la fase dos, atacar Tarhouna”, ciudad situada a unos 80 kilómetros al suroeste de Trípoli, denunció Al-Mismari.

La citada localidad, uno de los pilares que sostienen el asedio a la capital, es escenario desde el pasado viernes de intensos combates que se han cobrado la vida de más de una decena de milicianos de ambos bandos. “Tiene una agenda secreta que supone una amenaza para toda la región y para el pueblo turco. Los vuelos con mercenarios llegan a diario a Trípoli y a Misrata”, la ciudad-estado que apoya al GNA, agregó.

Al-Mismari denuncia crímenes de guerra

Al-Mismari denunció crímenes de guerra presuntamente cometidos por las milicias vinculadas al GNA en el asalto a las ciudades de Surman y Sabratha, cuyo control perdió el LNA la semana pasada, y advirtió de que elevará un informe con pruebas al respecto al Consejo de Seguridad de la ONU. En este cruce de reproches, responsables del GNA acusaron este martes a las fuerzas de Haftar de utilizar milicias sudanesas, rusas y chadianas y a los Emiratos Árabes Unidos de violar el embargo de armas impuesto por la ONU en 2011.

El mariscal Haftar, que controla la mayor parte del territorio libio y las principales reservas energéticas nacionales, puso cerco a Trípoli el 4 de abril de 2019, en plena visita oficial del secretario general de la ONU a la capital, en un claro mensaje a la comunidad internacional. Desde entonces, la guerra civil que ensangrienta Libia desde 2015 ha mutado en conflicto multinacional que libran milicias locales y mercenarios extranjeros sin el concurso de Ejércitos regulares.

Haftar cuenta con el apoyo económico y militar de Jordania, Egipto, Rusia y EAU, y con el concurso de mercenarios árabes sudaneses Janjaweed, soldados de fortuna chadianos y Compañías Privadas de Seguridad Militar (PMSC, en sus siglas en inglés) rusas como el controvertido Wagner Group, propiedad de un oligarca próximo al presidente ruso, Vladimir Putin. Además, ha recibido la anuencia política de Estados Unidos y Francia.

Mercenarios sirios

El GNA, gobierno sin legitimidad electoral impuesto tras el fallido proceso de paz liderado por la ONU en 2015, se apoya en Qatar, Italia y Turquía, y cuenta entre sus filas con cerca de 6.000 mercenarios sirios, según cifras el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. 

Desde el inicio del asedio, han muerto alrededor de 1.700 personas, más de 18.000 han resultado heridos y en torno a 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.

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