Partidarios de Abdul Hamid Dbeibé entraron armados en Trípoli para impedir la toma de poder del nuevo primer ministro Bashagha designado por el Gobierno oriental de Tobruk

Haftar bloquea el sector petrolero para favorecer el acceso al poder de Fathi Bashagha en Libia

PHOTO/AFP - Refinería de petróleo en Libia

El petróleo es uno de los principales argumentos y fuente de riqueza de Libia. El país norteafricano dispone de importantes reservas petroleras y estas se han utilizado también como herramienta de presión durante la guerra civil libia. 

Ahora, el mariscal Jalifa Haftar, líder del Ejércino Nacional de Libia y aliado del Gobierno oriental de Tobruk, ha decidido parar la producción y exportación de crudo como medida de presión en el país y como maniobra para apoyar a Fathi Bashagha, designado nuevo primer ministro por el Parlamento de Tobruk en sustitución del primer ministro interino Abdul Hamid Dbeibé, que llegó al poder con la misión de regir el Ejecutivo libio desde la capital Trípoli para desarrollar un proceso democrático encaminado a llevar a cabo elecciones generales después de ocho años de guerra civil. 

Esta maniobra puede incomodar a Occidente, que trata de favorecer la producción mundial de petróleo para enfrentar el aumento del precio de los carburantes provocado por la invasión de Ucrania y evitar la dependencia energética de Rusia. La producción libia, pese a ser limitada (alrededor de 1.200.000 barriles), puede afectar a los precios y esto genera inquietud. 

PHOTO/ EJÉRCITO NACIONAL LIBIO/REUTERS TV vía REUTERS  -   El mariscal libio Jalifa Haftar

Desde que comenzó la guerra en Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea han presionado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para que aumente todavía más la producción mundial de petróleo acordada actualmente, pero las naciones integrantes de la entidad no han cedido a las presiones y países como Arabia Saudí o Emiratos quieren desligar a la OPEP y a la OPEP+ (que aglutina a los principales países exportadores y naciones socias como Rusia) de cuestiones políticas, como las derivadas de la invasión rusa de territorio ucraniano. 

Los miembros de la OPEP señalaron que hay equilibrio ahora, que el mercado del petróleo se rige por las normas de la oferta y la demanda y que la actual volatilidad de precios solo se debe a las tensiones geopolíticas. En este sentido, la Organización de Países Exportadores de Petróleo se ha mantenido firme en su última decisión de aumentar su producción a partir de mayo en 432.000 barriles al día sobre la cifra total fijada anteriormente, frente a los 400.000 barriles que ha venido creciendo recientemente.

A pesar de la llegada al poder de Dbeibé, debido a incompatibilidades políticas entre los bandos enfrentados, no se pudieron llevar a cabo las elecciones previstas para diciembre de 2021 y desde Tobruk se entendió que el mandato del líder del Gobierno de Unidad Nacional había acabado y que había llegado el turno de designar un nuevo primer ministro, en este caso, Fathi Bashagha, exministro del Interior libio. 

AFP/MAHMUD TURKIA - Fathi Bashagha

La guerra civil de Libia estalló en 2014 después del derrocamiento y muerte de Muamar el Gadafi entre bandos que luchaban por poder sucederle. En los últimos años la contienda la protagonizaron el Gobierno de Acuerdo Nacional del ex primer ministro Fayez Sarraj, radicado en Trípoli y apoyado por la ONU, Turquía e Italia, y el Ejército Nacional de Libia, dirigido por el mariscal Haftar y que tenía el soporte de países como Rusia, Francia o Egipto. 

El conflicto libio se internacionalizó con la participación de naciones interesadas en la posición geoestratégica el país norteafricano y en sus recursos petroleros. Incluso, como apuntaron diversos medios y analistas, algunos de estos participantes enviaron mercenarios a sueldo para luchar sobre el terreno, en este caso Turquía con el envío de milicianos procedentes de la guerra de Siria y Rusia con miembros de la compañía militar privada Wagner. 

Gracias a la mediación internacional de la ONU y de países como Marruecos o Egipto, se llevaron a cabo diálogos entre las partes enfrentadas que derivaron en el nombramiento de Abdul Hamid Dbeibé como primer ministro interino de cara a organizar elecciones que no se llegaron a celebrar. El Parlamento de Tobruk tomó la iniciativa y designó a Fathi Bashagha al entender que el mandato de Dbeibé había expirado al no poderse materializar el proceso electoral y se comentó incluso que Bashagha había llegado a Trípoli el viernes para tomar el poder, como informó el medio Al-Arab.

AFP/MAHMUD TURKIA  -   El primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibé

Tras este movimiento, numerosos grupos armados entraron en la capital libia el sábado para apoyar a Dbeibé y enfrentarse a Bashagha. Vuelve a replicarse aquí el enfrentamiento que ha venido dándose estos años porque Bashagha recibe el apoyo del bloque de Tobruk con Haftar al mando y Dbeibé tiene vínculos fuertes con Turquía ya que ha tenido bastante relación empresarial con el país euroasiático. 

Este movimiento en Trípoli de grupos afines a Dbeibé llegó tras la movilización dirigida por el comandante Osama al-Juwaili, leal a Fathi Bashagha, quien anunció que su intención era tomar el poder de forma pacífica, como informó la agencia DW. 

Según información publicada por DW, las fuerzas que apoyan a Bashaga están formadas por parte de las Brigadas Al-Nawasi, afiliadas a Mustafa Kaddour y hasta ahora ligadas a Trípoli, además de grupos de Al-Zawiya, en el noroeste, y de Warshafana.

Los movimientos se producen al tiempo que la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) patrocina en El Cairo las negociaciones entre Alto Consejo del Estado -que mostró su apoyo a Dbeibé- y del Parlamento de Tobruk para acordar una base constitucional que serviría para dirigir un proceso electoral, sin fecha prevista por la nueva división institucional entre las partes enfrentadas.

La maniobra de Haftar sobre el sector petrolero libio puede enfrentarle a Occidente, que necesita que haya mayor producción de petróleo en el mundo para enfrentar la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, y puede favorecer en este caso al bando representado por Dbeibé, que tendría el apoyo occidental. 

La capacidad de producción total en Libia es de 1,6 millones de barriles de petróleo por día, y ahora es de 1,2 millones de barriles, y la mayor parte proviene de campos petrolíferos en el este y el sur del país, precisamente en la parte oriental del país el control es de las fuerzas de Haftar, que puede jugar la baza del petróleo a favor de sus intereses y presionar con ello. 

REUTERS/ISMAI ZITOUNY  -   Vista general del yacimiento de petróleo en Libia

Esta decisión de detener la producción petrolera llega junto con el miedo a que haya un enfrentamiento armado en Trípoli tras la entrada de grupos armados en apoyo de Dbeibé y la presencia también de las fuerzas leales a Bashagha. Esto sería terrible porque reavivaría la guerra civil que se ha venido desarrollando desde 2014 y que ha convertido a Libia en un auténtico Estado fallido. 

El Gobierno presidido por Bashagha emitió este domingo por la mañana un comunicado en el que confirma su compromiso de iniciar su trabajo desde la capital, Trípoli, de conformidad con la ley y por medios pacíficos. Aunque la tensión se palpa por la presencia de vehículos armados en la capital tripolitana, como informaron medios como Al-Arab y Al-Ain News. 

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