Abdalá Hamdok, primer ministro derrocado en Sudán, volverá a su anterior puesto

Hamdok volverá al poder tras un acuerdo con los militares

photo_camera REUTERS/SARAH MEYSSONNIER - El Primer Ministro de Sudán, Abdalla Hamdok, asiste a una conferencia de prensa durante la Conferencia Internacional en apoyo a Sudán en el Grand Palais Temporal en París, Francia, el 17 de mayo de 2021

Tras haber pasado casi un mes del golpe de Estado que lo depuso de su cargo, el derrocado primer ministro, Abdalá Hamdok, volverá a ser nombrado después de haber logrado llegar a un acuerdo con los militares que lo depusieron, según informaron este domingo en un comunicado por parte del equipo de mediadores creado para las negociaciones tras el golpe de Estado del general Abdel Fattah al-Burhan. 

En Sudán, se ha alcanzado un acuerdo entre Hamdok, los militares y otros actores sudaneses, en el que se ha confirmado "el regreso de Abdalá Hamdok como primer ministro del periodo de transición". 

El equipo de mediadores aseguró que “el acuerdo se anunciará oficialmente hoy más tarde, después de la firma de sus términos y la declaración política que lo acompaña".  

Protestas en Sudán

Asimismo, se ha llegado a un acuerdo no sólo para que Hamdok vuelva a ocupar su cargo como primer ministro, sino también para “liberar a todos los detenidos políticos", siendo ésta una de las principales condiciones que Hamdok, quien continua en arresto domiciliario, demandó.  

Los mediadores afirmaron haber acordado finalizar las consultas con las restantes fuerzas políticas para lograr continuar con "los procedimientos del consenso constitucional, legal y político que rigen el periodo transitorio", el cual comenzó en abril del año 2019, tras el derrocamiento del dictador Omar al Bashir. 

Sudán está experimentando una situación crítica, al borde de una nueva guerra desde que el general Abdel Fattah al-Burhan diera un golpe de Estado el pasado 25 de octubre.  

El presidente del Consejo Soberano de Sudán, el general Abdel Fattah al-Burhan

El golpe comenzó con la disolución de las instituciones de Gobierno de la transición democrática y con la detención de cuatro ministros civiles del Ejecutivo y otros líderes políticos sudaneses, entre ellos, Abdalla Hamdok. 

Asimismo, Abdel Fattah al-Burhan declaró el estado de emergencia en todo el país, lo que provocó varias revueltas y que miles de personas se manifestaran en contra por las calles, defendiendo una transición civil y democrática.  

Las protestas se han estado dando en varias zonas del país, inclusive en la capital, Jartum.  

Dichas manifestaciones, han resultado en al menos 40 muertos desde el día en que se produjo el estallido del golpe militar, según el Comité de Médicos de Sudán. 

Este mismo comité, ha asegurado en sus redes sociales que las fuerzas de seguridad hicieron uso de munición real, además de gas lacrimógeno, en su objetivo por controlar a los manifestantes.  

Cascos Azules en Darfur, Sudán

También, según las autoridades sanitarias sudanesas, cientos de personas han resultado heridas de gravedad, estando muchas de ellas en estado “crítico”.  

En un intento de asaltar el hospital Alwad, "han lanzado gases lacrimógenos sin preocuparse por la seguridad de los heridos, los enfermos y el personal médico", afirman las autoridades sanitarias sudanesas. 

Según afirman diferentes testigos, el objetivo de las fuerzas de seguridad era apuntar a "la cabeza, el cuello o el torso".  

Desde el comienzo de las protestas, se han imposibilitado las comunicaciones, tanto vías telefónicas, como el bloqueo de los puentes que comunican con la capital.  

"El régimen golpista aísla a los sudaneses del mundo al cortar todos los medios de comunicación para cometer una masacre en nuestro pueblo", comunicó el Comité de Médicos.  

Manifestaciones masivas en Sudán

Asimismo, la coalición Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FCC) ha explicado que este procedimiento de anular las comunicaciones pretende “encubrir” los “crímenes y violaciones” que se están llevando a cabo.  

Sin embargo, una semana después de la asonada, Abdel Fattah al-Burhan expresó su deseo de que Hamdok estuviera de vuelta en el Gobierno, por lo que, se han mantenido ciertas negociaciones junto a un equipo de mediadores para asegurar las condiciones exigidas por el derrocado primer ministro para volver a gobernar en su anterior cargo el país africano.  

A todo esto, hay que sumar un golpe de Estado fallido el pasado mes de septiembre, llevado a cabo por altos mandos del ejercito leal al dictador Omar Hassan al-Bashir, lo cual es una de las secuelas que imposibilita la recuperación total del país. 

El expresidente Omar Hassan al-Bashir fue derrocado en el año 2019, después de 30 años de dictadura, la cual comenzó en 1989, y sustituido por un consejo militar de transición.  

En esta foto tomada el 19 de agosto de 2019 el exmandatario Al-Bashir se enfrenta a un juicio por corrupción en Jartum

Antes de que tomara el cargo, Sudán se encontraba en medio de una guerra civil de 21 años entre el norte y el sur, sumado al conflicto de la región occidental de Darfur en 2003. 

Durante sus tres décadas de mandato, Omar Hassan al-Bashir fue acusado de asesinato, extermino, violación, tortura y crímenes de guerra contra miembros de las etnias fur, masalit y zaghawa, en ataques a civiles en Darfur y otros pueblos y aldeas.  

Debido a ello, La Corte Penal Internacional (CPI) lo denunció por crímenes de guerra y de lesa humanidad.  

Tras pasadas tres semanas desde que se produjo el golpe de Estado militar, ha habido algún avance, tales como el restablecimiento del servicio de internet, y el mantenimiento de negociaciones para seguir con el periodo de transición en Sudán.

El acuerdo pactado entre Al-Burham y Hamdok defiende:

Para sentir los peligros que rodean al país y amenazan el éxito del período de transición, como resultado de los conflictos entre fuerzas políticas que se han convertido en una amenaza para la unidad, la seguridad y la estabilidad del país, y como resultado del fracaso de todas las iniciativas para contener la crisis política, la acción y las decisiones del comandante en jefe de las fuerzas armadas el 25 de octubre de 2021, resultaron en la confirmación de que la crisis es esencialmente una crisis política que requiere cierta sabiduría.

A fin de evitar el colapso del contrato de seguridad y su integridad, las partes se comprometieron a trabajar juntas para completar el camino de la corrección democrática en el mejor interés del sudán, y para evitar el deslizamiento de nuestro país hacia lo desconocido, la ruptura del contrato de seguridad y su integridad y la necesidad de completar el período de transición y su éxito para alcanzar un gobierno civil elegido, que se lleva a cabo sólo a través de la unidad de las fuerzas políticas, la fuerza de la revolución, las mujeres jóvenes, las mujeres jóvenes, los comités de resistencia, los viajeros, las personas desplazadas y los refugiados sudaneses.

Para sacar al país de la actual crisis política y con base en las decisiones del comandante en jefe de las fuerzas armadas, acordamos lo siguiente:

En primer lugar, enfatizar que el documento constitucional de 2019 enmienda 2020 es la referencia básica existente para completar el período de transición teniendo en cuenta la situación del este de sudán, y trabajar juntos para abordarlo en un marco nacional que incluya la estabilidad a satisfacción del pueblo del este.

En segundo lugar, los partidos subrayan la necesidad de enmendar el documento constitucional por consenso a fin de lograr y garantizar la participación política integral de todos los componentes de la sociedad, excepto el disuelto partido del congreso nacional.

En tercer lugar, las partes afirman que la asociación de transición entre civiles y militares es el garante y el medio de la estabilidad y la seguridad del sudán, por lo que acordaron hacer cumplir la asociación en espíritu y confianza con un pleno compromiso con la formación de un gobierno civil de competencias nacionales independientes (tecnócratas).

cuarto: el consejo de soberanía de transición debería supervisar la implementación de las tareas del período de transición bajo el artículo 8 del documento constitucional sin interferencia directa en la acción ejecutiva.

quinto: asegurar que el poder se transfiera a tiempo a un gobierno civil electo.

sexto: gestionar el período de transición bajo una declaración política que defina el marco de asociación entre las fuerzas nacionales (políticas y civiles), el componente militar, la administración civil, los comités de resistencia, las fuerzas vivas de la revolución, los sectores de la juventud y las mujeres y los hombres de carretera sufíes.

séptimo: investigar las lesiones y muertes de civiles y militares durante las manifestaciones y llevar a los perpetradores a juicio.

octavo: aplicación del acuerdo de paz de juba, conclusión de los nuevos beneficios y colocación de los no signatarios del acuerdo de paz.

noveno: acelerar la finalización de todas las instituciones de gobierno de transición mediante la formación del consejo legislativo y el tribunal constitucional y el nombramiento del presidente del tribunal supremo y el fiscal general, y la formación sucesiva de las comisiones y otras instituciones de transición y el ejercicio inmediato de sus funciones de acuerdo con calendarios específicos.

décimo: el inicio de un diálogo ampliado y transparente entre todas las fuerzas políticas y comunitarias y las fuerzas de la revolución viva establece el establecimiento de la convención constitucional.

once: las partes subrayan la necesidad de reestructurar el comité para desmantelar el sistema del 30 de junio con una revisión de su desempeño en el período anterior, con cuadros calificados en las especialidades y conocimientos necesarios para que pueda realizar su trabajo de manera exitosa y justa con la activación del comité de apelaciones y revisar sus decisiones de acuerdo con los grados de litigio legalmente prescritos.

doce: liberación de todos los detenidos políticos.

trece: trabajar para construir un ejército nacional unificado.

catorce: al firmar esta declaración política, se revocará la decisión del comandante en jefe de las fuerzas armadas de eximir al primer ministro del consejo de transición.
 

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