La base situada en el centro de Mali fue atacada por morteros y armas automáticas dejando 20 heridos 

Heridos 20 efectivos del cuerpo de paz tras un ataque a su campamento en Mali 

PHOTO/ONU - Un miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Camp Castor 

La base temporal de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali (MINUSMA) fue atacada a las 7 de la mañana (hora local). La base se encuentra en una zona de gran actividad yihadista, cerca de Kéréna, en las inmediaciones de Douentza. El portavoz de la misión de Naciones Unidas, Olivier Salgado, anunció que “El personal de mantenimiento de la paz fue objeto de fuego directo e indirecto de agresores desconocidos alrededor de las 7:00 a.m. hora local”. El propio Salgado explicó que Mahamat Saleh Annadif, representante especial del secretario general de la ONU y jefe de MINUSMA, “condena enérgicamente este cobarde ataque al personal de mantenimiento de la paz y se ha asegurado de que se tomen todas las medidas necesarias para que los heridos reciban la atención adecuada”.  

Según diversas fuentes, los heridos forman parte del contingente togolés de MINUSMA y algunos de ellos se encuentran gravemente heridos. En el comunicado oficial afirman que la “contundente respuesta” de sus soldados consiguió repeler el asalto y forzó a los asaltantes a huir, sin dejar ninguna baja entre los enemigos. El ataque combinado estuvo compuesto por una explosión inicial, seguida de un tiroteo. A pesar de desconocer la autoría, el modus operandi parece similar al utilizado por el Grupo de Defensa del Islam y los Musulmanes (Jnim en árabe), fiel aliado del grupo terrorista Al-Qaeda. Esta filial volvió a hacer el pasado domingo un llamamiento a sus huestes para centrar sus agresiones en los soldados chadianos de la MINUSMA. Además, afirman que sus ataques contra los efectivos del cuerpo de paz se producen casi a diario y que el número de víctimas es mucho mayor al que comunican las fuentes oficiales.  

En esta foto de archivo tomada el 24 de julio de 2019, soldados senegaleses de la misión de paz de la ONU en Malí MINUSMA  PHOTO/AFP 

Afortunadamente en este caso no hay que lamentar ningún fallecimiento, como sí ocurrió el pasado enero a causa de un ataque con explosivos improvisados, una de las armas más utilizadas por los yihadistas en sus ofensivas. También en la región de Boni, al sur del país y a unos 100 kilómetros de la frontera con Burkina Faso, se produjo un ataque la semana pasada, dejando un total de 10 fallecidos de ascendencia maliense. Este ataque fue también atribuido al Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes.  

PHOTO/AFP 

La misión de MINUSMA se ha convertido en la misión más mortífera de todo el mundo, según la propia ONU. Desde su creación en el año 2014, se han registrado 225 muertos a causa de los continuos ataques orquestados por los distintos grupos yihadistas de la región. Suelen utilizar bombas-trampa, bombardeos en sus cuarteles o emboscadas en carreteras.  

Mali, como el resto de regiones del Sahel – zona de transición que abarca el espacio entre el desierto del Sahara al norte y la sabana sudanesa al sur – ha registrado un preocupante aumento en el número de ataques tanto por parte de la filial de Al-Qaeda como del autodenominado Estado Islámico, lo que ha hecho incrementar aún más la violencia intercomunitaria y los desplazamientos de decenas de miles de personas.  

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