Dos soldados turcos mueren en un bombardeo después de que Ankara lanzase un ataque contra las posiciones del régimen de Al-Asad

Intercambio de golpes en Idlib

photo_camera AFP/BAKR ALKASEM - Un soldado turco junto a un convoy militar al este de la ciudad de Idlib, el 20 de febrero de 2020, en medio de la actual ofensiva del régimen en el último gran bastión rebelde del noroeste del país

Damasco y Ankara continúan librando su propia guerra en el noroeste de Siria. La tensión aumenta día a día, tanto en el campo retórico como en el militar, y no parece que vaya a detenerse pronto. Un nuevo capítulo en la ofensiva de las tropas de Bachar al-Asad se ha saldado con la muerte de dos soldados turcos. Otros dos han resultado heridos, según un comunicado publicado por el Ministerio de Defensa del país.

La autoría del ataque no está confirmada. A lo largo de las últimas semanas, la mayor parte de los bombardeos efectuados sobre las posiciones turcas han corrido a cargo de los cazas rusos Sukhoi, que se han destacado como un factor clave en la campaña de Damasco para recuperar los últimos reductos de resistencia. Previamente, la artillería turca había lanzado un amplio bombardeo contra las posiciones sirias que, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés), causó 13 bajas entre soldados y milicianos afines. Según fuentes oficiales turcas, el número de blancos abatidos ascendió hasta los 114.

Soldados turcos se despliegan en una posición cercana a la aldea de Al-Nayrab, a unos 14 kilómetros al sudeste de la ciudad de Idlib
Idlib: ¿la última batalla?

A lo largo de las últimas semanas, la relación entre Turquía y Siria se ha tensado de un modo que no se había visto con anterioridad durante los nueve años de guerra en el país de Oriente Próximo. Desde la muerte de ocho soldados y un civil de nacionalidad turca en el puesto de control de Saraqeb el pasado mes de enero, el intercambio de ataques, sobre todo aéreos, se ha convertido en la norma. Solo en el último mes, 19 soldados turcos han muerto en diferentes ataques lanzados desde las filas oficialistas.

La campaña de Al-Asad parece ir avanzando de forma adecuada para los intereses de Damasco. Según el portal de noticias emiratí Al-Ain, las tropas del régimen han recuperado 58 localidades en los alrededores de Idlib y Hama en los últimos tres días. Hace apenas unos días, liberaron prácticamente todos los focos de resistencia que quedaban cerca de Alepo. Además, se han hecho con el control de las principales vías de comunicación, en lo que podría ser un paso decisivo de cara a la resolución de la guerra. 

No obstante, las milicias proturcas han realizado varias incursiones terrestres con el objetivo de recuperar el terreno perdido. Los comandos militares de Ankara y sus grupos aliados, entre los que se encuentran terroristas yihadistas pertenecientes al antiguo Frente al-Nusra, filial de Al-Qaeda en Siria, siguen contando con margen para operar sobre el territorio.

En Idlib, todos los frentes siguen abiertos. Se trata del último foco de resistencia activa el presidente Al-Asad en la guerra. Paradójicamente, la parte más afectada por los combates se encuentra en lo que se conoce como la “zona de desescalada”, una región que, según los acuerdos de Astaná y Sochi debería estar libre de combates entre los bandos. Ambos bandos se acusan de haber roto el pacto y, ahora, las milicias islamistas apoyadas por Turquía resisten aún el avance del régimen, propiciado por el apoyo desde el aire de Rusia.

Los combatientes sirios apoyados por Turquía celebran en la ciudad de Saraqeb, en la parte oriental de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, el 27 de febrero de 2020

La escalada es también dialéctica. En los últimos días, las autoridades turcas y rusas han intercambiado severas advertencias: nadie está dispuesto a cambiar de política con respecto a Siria. “No daremos ni el más mínimo paso atrás en Idlib”, ha advertido Erdogan, que ha anunciado, además, que sus tropas desplegadas sobre el terreno planean un contraataque para expulsar al Ejército sirio de los puestos de observación que ocupa en la región. 

El ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov, por su parte, ha manifestado que su Gobierno, por el momento, tampoco contempla la posibilidad de un alto el fuego inmediato. El Kremlin sí que se ha admitido que Turquía, Rusia e Irán mantendrán próximamente un encuentro para tratar el asunto y buscar una solución.

Los intereses de las potencias internacionales en el país levantino son bastante grandes. Además de las reservas de petróleo que contiene, las alianzas geopolíticas sobre el terreno son importantes. A Rusia e Irán les interesa un poder aliado fuerte a cargo de Damasco para que les asegure un paso seguro al Mediterráneo. Turquía, por su parte, busca asentar la influencia del islamismo político, como está tratando de hacer en otros escenarios. 

Oleadas de humo sobre edificios durante un ataque aéreo de las fuerzas del régimen sobre la aldea de Al-Nayrab, a unos 14 kilómetros al sudeste de la ciudad de Idlib en el noroeste de Siria el 25 de febrero de 2020
Flujo incesante de refugiados

Mientras la Unión Europea y Naciones Unidas llaman a las dos partes a reducir las tensiones, los civiles son los que más sufren las consecuencias de estos enfrentamientos. El SOHR ha documentado que, solamente en la jornada del miércoles, 26 civiles han sido asesinados en diversos ataques aéreos de ambos bandos entre las regiones de Idlib y Alepo.

Según los cálculos publicados por Naciones Unidas, más de 900.000 personas han huido de la región noroeste de Siria desde el pasado mes de diciembre. Se considera que es el mayor ciclo de éxodo desde que comenzó la guerra. La mayoría se dirige hacia el norte, hacia la frontera con Turquía, donde más de tres millones y medio de personas malviven ya en campos de refugiados. 

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