El presidente tunecino, Kais Saied, habría sufrido un intento de asesinato por parte del partido islamista

Investigaciones sobre el intento de asesinato al presidente tunecino apuntan al partido Ennahda

photo_camera AFP/FETHI BELAID - El presidente tunecino Kais Saied

Las autoridades judiciales tunecinas han anunciado la apertura de una investigación sobre un presunto intento de asesinato al presidente tunecino, Kais Saied.

En este sentido, el Ministerio de Justicia agregó en un comunicado que de acuerdo con lo planteado el martes pasado y lo que se circula sobre el intento de asesinato del presidente de la República, “la ministra de Justicia en funciones, Hasna Ben Suleiman, autorizó a la Fiscalía General para realizar las investigaciones necesarias sobre el asunto y realizar los seguimientos necesarios al respecto”. 

Atalayar_Presidente Túnez

El pasado mes de enero, Saied habría sufrido “un intento de envenenamiento” a través de una carta que contendría ricino, una sustancia letal que ha sido empleada por grupos terroristas islámicos. La misiva habría sido abierta por su principal ayudante, Nadia Akacha, que habría caído enferma tras sufrir fuertes episodios de ceguera. La carta fue enviada para su análisis por un servicio especial del Ministerio de Interior, según declararon en un comunicado.

Las primeras investigaciones acusan, presuntamente, al movimiento Ennahda de la Hermandad, principal fuerza parlamentaria de Túnez y socio actual del Gobierno. El pasado mes de febrero, decenas de miles de simpatizantes del partido islamista salieron a las calles a manifestarse en una demostración para apoyar al primer ministro, Hichem Mechichi, opositor del presidente Kais Saied. Estas protestas han intensificado más la tensión entre ambas figuras ya enfrentadas ante la negativa del presidente por reorganizar el Gobierno. 

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Los enfrentamientos entre ambos políticos se han sucedido en el transcurso de los meses. El pasado enero, Mechichi obtuvo apoyos para destituir a los ministros de Medio Ambiente y de Cultura, así como de Justicia y Energía, junto con otras 25 carteras con el fin de crear un gabinete “más efectivo”. Sin embargo, el presidente Saied lo rechazó al considerar que no fue consultado previamente y que cinco de los nuevos Ministerios estarían implicados en casos de corrupción.

Saied llegó al poder en el año en 2019 y desde ese momento ha sido acusado de sentar las bases para realizar “un golpe suave” en Túnez. Los comicios legislativos dieron como resultado un Parlamento fragmentado y complicado dividido entre una decena de partidos y una veintena de independientes. En esta línea, el partido islamista Ennahda cuenta en la actualidad con 52 escaños de los 217 del Parlamento. Este resultado ha sido clave para el partido islamista para el transcurso de las negociaciones enfocadas en formar un nuevo Gobierno, el que sería el tercero en casi un año. De esta forma el partido islamista ha sido clave para convertirse en el principal apoyo del Ejecutivo. 

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Del mismo modo, el mes pasado el presidente bloqueó los esfuerzos parlamentarios para crear un Tribunal Constitucional. Por este motivo, Ennahda ha acusado al mandatario Saied de tener “tendencias autoritarias” y “monopolizar los poderes” en un contexto en el cual el país mantiene un pulso institucional entre las tres presidencias. En uno de sus discursos, el mandatario reivindicó su papel como “comandante supremo” del Ejército, pero también de las fuerzas de seguridad del país, argumento que no tendría base jurídica ya que en un comunicado de prensa difundido por Ennahda, “sólo la Carta Magna tendría poder sobre las Fuerzas Armadas”.

En la actualidad, el país tunecino se encuentra sumido en una grave crisis económica que ha provocado movilizaciones sociales en la que ya se considera la crisis más grave desde que el régimen de Zine al Abidine ben Alí cayera como consecuencia del triunfo de la revolución de los Jazmines, en el año 2011. 

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En este sentido, Túnez ha sido el país árabe que más consiguió avanzar en el proceso de transición democrática en el contexto de las Primaveras Árabes. Tras la fuerte presión por parte de las manifestaciones sociales, el régimen de Ben Alí fue destituido y se llevó a cabo la elaboración de la primera Constitución tunecina, adoptada el 26 de enero de 2014 por la Asamblea Constituyente. 


 

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