El régimen de los ayatolás pasa a la ofensiva contra los medios internacionales que se hacen eco de las cifras de muertos en las protestas de noviembre

Irán lanza una cortina de humo sobre los muertos en las manifestaciones

PHOTO/AFP - Manifestantes iraníes se reúnen alrededor de un incendio durante una manifestación contra el aumento de los precios de la gasolina en Teherán, en noviembre de 2019

¿Qué está ocurriendo realmente en Irán? Es difícil dar una respuesta a esta cuestión, tanto desde dentro como desde fuera del país asiático. Un mes y medio después de que comenzasen las protestas más sangrientas desde la Revolución de 1979, el régimen sigue negándose a publicar cualquier dato sobre las personas asesinadas. Aunque fuentes oficiales han admitido que muchas personas murieron en los altercados con las fuerzas de seguridad, no han especificado cuántas exactamente. Las protestas comenzaron por la abrupta subida de los precios del petróleo, pero pronto cobraron una dimensión más política.

A principios de esta semana, un informe especial de la agencia Reuters aseguró de que la cifra de muertos ascendía a no menos de 1.500 personas en solo cuatro días de enfrentamientos. El número es significativamente mayor que los que habían proporcionado organizaciones en defensa de los derechos humanos, que, más bien, situaban el total de víctimas mortales en unos cientos. La cifra fue facilitada por fuentes anónimas del ministerio del Interior, que afirmaron haber seguido órdenes directas del ayatolá Ali Jamenei. “La República Islámica está en peligro. Haced lo que sea necesario para detenerlo. Es una orden”, mandó el jefe del Estado, según las fuentes consultadas por Reuters. 

Las cifras fueron corroboradas por la opositora Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI, por sus siglas en inglés) y por el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), que agrupa a ciudadanos iraníes exiliados y tiene su sede en París. El oficialismo, sin embargo, no da crédito a los datos y acusa a los medios internacionales de ser un altavoz de los grupos contrarios a Teherán. Las instancias del régimen han puesto en marcha su máquina de propaganda con la finalidad de pergeñar una operación de descrédito sobre la reputada agencia británica

En uno de sus titulares, la agencia oficial IRNA califica el informe de Reuters como directamente “falso”. Por su parte, algunos rostros destacados del aparato de poder han salido al paso de las noticias publicadas en el documento y no han tardado en criticar las filtraciones. “Reuters es una agencia mentirosa”, se ha despachado el portavoz del Gobierno Ali Rabiyee, en declaraciones recogidas por la agencia gubernamental iraní Fars. Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional del País (SNSC, por su siglas en inglés), ha sugerido que 6 de cada 7 víctimas ni siquiera había muerto como consecuencia de los choques con los cuerpos de seguridad, y que habían sido utilizadas para inflar las cifras imputables a la Administración.

En la misma línea ha incidido el presidente del Secretariado de Información y Comunicaciones del SNSC Alireza Zarifian Yeganeh: “Estas afirmaciones se miden en base a unos estándares de guerra psicológica premeditada y carecen de credibilidad”. “Las protestas realizadas por Reuters en su informe no tienen ningún valor, no solo en términos de seguridad e inteligencia, sino en el campo del periodismo y los datos, y deterioraran la ya manchada credibilidad de la agencia”, ha añadido.

Mapa de Irán que localiza los lugares donde han sido asesinados los manifestantes
Más protestas, más represión

La controversia por la cifra de víctimas coincide con el entierro de la mayor parte de los fallecidos. Los rituales funerarios tienen lugar cuarenta días después de que las víctimas fueran asesinadas, después del periodo de luto que establece la tradición chií. No obstante, tampoco esa liturgia ha sido respetada. Este jueves, se habían convocado nuevas concentraciones ciudadanas para, entre otros propósitos, honrar a los fallecidos. Sus familiares han entonado proclamas contra Jamenei al grito de “asesino” y “criminal”, según ha informado The New York Times.

Sin embargo, las manifestaciones y las ceremonias de enterramiento se han celebrado en medio de un clima de tensión palpable. Los cuerpos de seguridad, así como grupos de paramilitares afines al Gobierno, han sido desplegados en los principales núcleos urbanos y han desfilado por sus calles en vehículos blindados. Cincuenta personas han sido arrestadas. 

La agencia de noticias semioficial ILNA informó que las autoridades de Irán han cerrado el servicio de Internet móvil en algunas provincias por motivos de seguridad

“Teherán se encuentra ahora bajo una paz y una seguridad totales. Nuestros enemigos están constantemente intentando instigar caos e inestabilidad, pero se encontrarán con el puño de hierro de las fuerzas de seguridad”, ha advertido el brigadier general Hossein Rahimi, jefe de Policía de la capital.

Las manifestaciones de este jueves han tenido lugar a pesar de las medidas preventivas que había tomado el Ejecutivo. Las autoridades habían impuesto nuevos cortes de la red de internet a lo largo y ancho de todo el país con el objetivo de minar la capacidad de convocatoria ciudadana. Así, los iraníes tampoco lo tienen fácil para saber qué es lo que ocurre más allá de sus fronteras. 

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